Livestock Research for Rural Development 13 (5) 2001 | Citation of this paper |
L
Rodríguez
Vivas, A
Ortega
Pacheco , C
Y Machain
Williams
y R
Santos
Ricalde
En muchos países está aumentando el interés en la producción de cerdos en exterior. Sin embargo, los parásitos gastrointestinales (PGI) son uno de los principales problemas, ya que afecta el rendimiento productivo de los animales. En el presente estudio se comparó la excreción de huevecillos y ooquistes de PGI, los cambios de peso vivo y el comportamiento de la camada en marranas mantenidas en dos sistemas de producción (interior y exterior) en el trópico mexicano. Se utilizaron 18 marranas primerizas híbridas de una misma granja, divididas en dos grupos: Seis en el sistema en interior y doce en el sistema en exterior. De cada marrana se obtuvieron nueve muestras de heces fecales de acuerdo con el siguiente esquema: muestra uno (el día de la monta), muestras dos a siete (15, 30, 45, 60, 75 y 90 días de gestación), muestra ocho (el día del parto), y muestra nueve (15 días postparto). Las muestras fueron procesadas mediante las técnicas de Flotación Centrifugada y McMaster. En el estudio se identificaron los géneros Isospora y Trichuris, y el orden Strongylida.
El género Isospora presentó en los sistemas exterior e
interior una incidencia del 95 y 41%, respectivamente. Las marranas del sistema en
exterior presentaron mayores promedios de excreciones
de ooquistes del género Isospora (1224) que las
marranas del sistema en interior (206). Sin embargo, no se observo efecto del sistema de
producción sobre los cambios de peso vivo de la marrana durante la gestación y la
lactancia, y sobre el comportamiento de la camada. El orden Strongylida y el género Trichuris presentaron incidencias £ al 33% y no presentaron una dinámica de excreción
definida.
In many
countries there is an increasing interest in outdoor pig production. However,
gastrointestinal parasites (GIP) are a problem, because they reduce the productive
performance of the animals. The research reported in this paper compared the egg and
oocyst excretion from GIP, weight changes during pregnancy and lactation, and litter
performance of sows kept in two production systems (outdoor vs indoor). Eighteen primiparous sows of similar origin were
divided in two groups: Six were kept in an indoor system and twelve in an outdoor system.
Samples of faeces were taken from each sow
according to the following scheme: sample one (at mating), samples two to seven (at 15,
30, 45, 60, 75 and 90 days of gestation), sample eight (at farrowing) and sample nine (15
days after farrowing). The samples were analyzed using the centrifuge flotation and
McMaster technique.
Isospora
were prevalent
in 94 and 41 % of the sows in the outdoor and
indoor systems, respectively. The sows in the outdoor system had a higher excretion of
oocysts from Isospora (1224) than sows kept
indoors (206). There was no effect of production
system on weight changes of the sows during pregnancy and lactation, and on litter
performance. Trichuris and Strongylida showed prevalences £
to 33 % and they did not have a defined excretion.
Introducción
La industria
porcina es una actividad que ha tenido un incremento en el ámbito mundial, tanto en los
países desarrollados como en los subdesarrollados. Como resultado, la oferta y la demanda
de carne ha aumentado considerablemente en la población humana (Lobo y López 1988). El
mejoramiento de la eficiencia biológica en la producción porcina, condujo a la
especialización y confinamiento del cerdo en un ambiente artificial, separándolo cada
vez más de su hábitat natural y haciéndolo depender del hombre y su tecnología casi en
su totalidad. Esta modificación de su patrón de comportamiento propició una nueva
interrelación entre el animal, el agente y el ambiente. Dicha interrelación incrementa a
menudo, la presentación de diversos problemas en la salud animal.
El sistema de
producción en interior tiene ventajas ya que disminuye la exposición de los animales a
algunos microorganismos o vectores involucrados, facilita las prácticas de manejo tales
como la atención de las hembras en el parto y el cuidado de los recién nacidos (Moncol
1996). Sin embargo, la explotación de un gran número de animales en espacios reducidos
permite también la diseminación de otros tipos de enfermedades, altos costos de
producción y el deterioro del bienestar de los animales (Whittemore 1982; Brouns y
Edwards 1992; Dale 1993). Estas limitantes han propiciado el renacimiento de los sistemas
de producción en exterior en muchos países (Brouns y Edwards 1992); sin embargo, el
parasitismo gastrointestinal es una de los principales problemas, ya que afecta el
rendimiento productivo de los animales (Pattison
et al 1979).
El objetivo del
presente estudio fue el comparar la excreción de huevecillos y ooquistes de parásitos
gastrointestinales (PGI), los cambios de peso vivo y comportamiento de la camada en
marranas criadas en dos sistemas de producción (interior y exterior) en el trópico
mexicano.
El estudio se
realizó en el área de nutrición y granja de cerdos de la Facultad de Medicina
Veterinaria y Zootecnia (FMVZ) de la Universidad Autónoma de Yucatán, (UADY) ubicada en
la zona centro del estado de Yucatán, México. El estado de Yucatán se encuentra ubicado
entre latitudes cercanas al trópico de cáncer sobre el litoral del Golfo de México, con
una altura promedio sobre el nivel del mar de 10 metros. El clima de la región es
considerado como cálido subhúmedo con régimen de lluvias en verano. La temperatura
media anual es de 26 ºC (Duch 1988; Gobierno del Estado 1998).
Se utilizaron
18 marranas primerizas híbridas de una misma granja, con un peso promedio de 126 ± 11.1
kg. La investigación se realizó entre abril y septiembre de 1998. Se formaron dos
grupos:
Seis marranas
en el sistema en interior.
Doce marranas
en el sistema en exterior.
Las marranas
después de ser servidas se colocaron en un sistema de producción en interior donde se
mantuvieron durante la gestación y la lactancia. Durante la gestación se mantuvieron en
un corral con piso de concreto, paredes de cemento y techo de lámina. Cinco días antes
de la fecha probable de parto, las marranas fueron trasladadas a un área de maternidad en
donde estuvieron confinadas en parideras elevadas con piso de malla. Cada jaula estaba
equipada con comedero individual y bebederos automáticos. Durante la gestación las
marranas recibieron 2 kg de alimento comercial y después del parto el alimento se
proporcionó ad libitum.
Las marranas
después de ser servidas se alojaron en un área que contaba con un sombreador y 4
potreros de zacate estrella Africana (Cynodon
nlemfuensis), los cuales se mantuvieron bajo riego durante el experimento. Los
potreros estaban divididos por cercas eléctricas, donde fueron alimentadas individuales
con alimento comercial y agua ad libitum. Adicionalmente los animales tuvieron oportunidad
de pastar libremente en los potreros. Los potreros fueron manejados bajo un sistema
rotacional de siete días de pastoreo por 21 días de descanso. Cinco días antes de la
fecha probable del parto, las marranas se trasladaron a otro potrero, acondicionado como
área de parto. En este potrero los animales permanecieron durante todo el período de
lactancia (21 días) y contaba con un refugio construido con armazón de hierro, techo,
comedero individual y un bebedero automático. Cada potrero estaba dividido por un cerco
eléctrico, con la finalidad de restringir el movimiento de las marranas de un potrero a
otro y evitar el amamantamiento cruzado. Durante la gestación las marranas recibieron 2
kg de alimento comercial y después del parto el alimento se proporcionó ad libitum.
Noventa
días previos al estudio, las marranas de ambos grupos no recibieron tratamiento
antihelmíntico o coccidiostatos.
Las marranas
fueron muestreadas directamente del recto para la obtención de heces fecales, mediante
bolsas de polietileno debidamente identificadas. De cada marrana, nueve muestras fueron
tomadas desde la mota al postparto. Las muestras fueron tomadas de acuerdo con el
siguiente esquema: muestra uno (el día de la monta), muestras dos-siete (15, 30, 45, 60,
75 y 90 días de gestación), muestra ocho (el día del parto), y muestra nueve (15 días
postparto). Las muestras fueron transportadas inmediatamente al laboratorio de
Parasitología de la FMVZ-UADY, para su análisis mediante las técnicas de Flotación
Centrifugada y McMaster descritas por Rodríguez et al (1994).
Los cambios de
peso vivo de las marranas se obtuvieron pesando a cada marrana en ambos sistemas antes de
la monta, inmediatamente después del parto y al destete, en una báscula con capacidad de
500 kg. Las marranas antes de ser pesadas fueron dietadas 12 horas para reducir el efecto
de llenado del tracto gastrointestinal.
El número de
lechones nacidos y destetados se registró para cada camada. El peso de la camada fue
medido al nacimiento y a los 21 días de edad (destete), utilizando una báscula con
capacidad de 10 kg.
Se obtuvo la
dinámica de excreción de huevecillos y ooquistes de parásitos gastrointestinales (PGI).
Al mismo tiempo se obtuvo la incidencia para cada parásito mediante la siguiente fórmula
(Thrusfield 1985):
Incidencia
= No de animales positivos a la prueba de Flotación Centrifugada x 100
Número de
animales muestreados
La excreción
de ooquistes del género Isospora, los pesos de
las marranas al parto y al destete y el comportamiento de la camada se analizo
estadísticamente mediante la prueba de t,
teniendo como variable independiente al sistema (interior vs exterior). Para
analizar la excreción de ooquistes del genero Isospora
se utilizo la cantidad promedio de ooquistes por gramo de heces (o/gh) reportada por la
técnica de McMaster en los 9 muestreos de cada animal. Para el género Trichuris y el
orden Strongylida se utilizó estadística
descriptiva. Para analizar los pesos de las marranas al parto y al destete se utilizo como covariable el peso a
la monta de cada marrana.
En el estudio se identificaron los géneros Isospora y Trichuris, y el orden Strongylida. En la Figura 1 se presenta la incidencia de las marranas en el sistema en exterior e interior durante los nueve muestreos. El género Isospora presentó en los sistemas exterior e interior una incidencia del 95 y 41%, respectivamente.
Figura 1. Comparación
de la incidencia del género Isospora entre
marranas mantenidas en dos sistemas de
producción (exterior e interior), en el trópico mexicano.
El género Trichuris solamente se presentó en las marranas del sistema en exterior, con incidencias de entre 0 y 33%. El orden Strongylida solamente se presentó en las marranas en el sistema en exterior. La incidencia encontrada fue del 16% en el muestreo 8 (parto) y 33% en el muestreo 9 (postparto).
Las marranas
del sistema en exterior presentaron mayores promedios de
excreciones de ooquistes del género Isospora
(1223.5) en comparación con las marranas en el sistema en interior (205.3)
(P<0.05; Error Estándar de la Media, 93.79). La máxima excreción de o/gh en el
sistema en exterior se encontró durante la gestación de las marranas (Figura 2).
El orden Strongylida y el género Trichuris no tuvieron una dinámica de excreción de huevecillos por gramo de heces definida durante el estudio.
Según los
datos de la Tabla 1, la mayor incidencia de parásitos observada en el sistema de
producción en exterior, no tuvo bajo las condiciones en que se realizo este experimento,
ningún efecto sobre los cambios de peso vivo de las marranas y sobre el comportamiento de
la camada durante la lactancia.
Tabla 1. Cambios de peso vivo de la marrana y comportamiento de la camada en marranas mantenidas en dos sistemas de producción en el trópico Mexicano |
|||
|
Exterior |
Interior |
ESM |
Peso a la monta (kg) |
149 |
169 |
3.42 * |
Peso
después del parto (kg) a |
155 |
157 |
2.23 |
Pesos después del destete (kg) a |
150 |
145 |
3.20 |
Lechones Nacidos totales |
9.9 |
9.3 |
0.49 |
Lechones Nacidos vivos |
9.6 |
9.0 |
0.47 |
Peso de la camada al nacimiento (kg) |
13.3 |
11.9 |
0.61 |
Lechones destetados |
7.6 |
7.5 |
0.33 |
Peso de la camada al destete (kg) |
38.2 |
43.1 |
1.72 |
* P<0.05; ESM Error Estandar del promedio |
En los sistemas
de producción porcina, Salazar (1985) y Rodríguez et al (2001) reportaron que los
principales PGI son los géneros Isospora, Oesophagostomum, Ascaris, Trichuris
e Hyostrongylus, coincidiendo con lo
encontrado en el presente estudio, donde los principales parásitos fueron los géneros Isospora y
Trichuris y el orden Strongylida.
El género Isospora fue el más frecuente en ambos sistemas;
sin embargo, las excreciones de o/gh fueron mayores en los animales mantenidos en el
sistema en exterior en ambas fases. Este resultado es similar a lo reportado por Liebano
et al (1986), Villagómez y Mejía (1992) y White (1996) quienes indican que la
presentación de las parasitosis está muy relacionada con el sistema de producción y el
manejo de los animales.
En el sistema
en exterior se observó un aumento considerable en la excreción de o/gh y una alta
incidencia del género Isospora. Según
Armstrong (1993), la frecuencia de la coccidiosis es mayor en los sistemas en exterior, ya que el género Isospora es rápidamente diseminado a través de la
piara, debido a que los ooquistes son difíciles de destruir, principalmente en
explotaciones con bajo nivel sanitario (Stuart et al 1980; Lindsay et al 1982; White 1996; Stuart y Brough 1997; Cottrell
1998). Además, el uso del sistema de riego en los pastos del sistema en exterior
permitieron una elevada humedad que favoreció la esporulación de los ooquistes y por
ende una constante reinfección de los animales (Rodríguez et al 1994; White 1996).
Durante el
estudio la incidencia del género Isospora se
mantuvo en 100 % en el sistema en exterior excepto al momento del parto. Esto pudo deberse
a que las cerdas se trasladaron del área de pastoreo a un pequeño potrero utilizado como
área de parto, lo que contribuyó a separar a los animales de la fuente principal de
reinfección. Blood y Radostits (1997) mencionan que para que la infección se mantenga
constante es necesario una continua reinfección vía fecal-oral.
Por otra parte
en el sistema en interior la incidencia disminuyó gradualmente hasta que en los tres
últimos muestreos, no se encontraron casos positivos. Esto pudo ser el resultado del
manejo higiénico que existe en estas explotaciones (Cottrell 1998); en las cuales el aseo
constante de los corrales y los materiales de construcción de las instalaciones
favorecieron los bajos niveles de parásitos en las explotaciones, contribuyendo a romper
su ciclo de vida (Robinson y Morin 1982; Blood y Radostits 1997). Además, las marranas en
el sistema de producción en interior se mantuvieron durante la lactancia en jaulas
elevadas, lo que redujo el contacto de los animales con las heces.
El género Isospora produce en los cerdos diarrea,
deshidratación, y baja ganancia de peso (Stuart et al 1980). Las manifestaciones
clínicas en cerdos adultos son reducidas; sin embargo, las marranas son una fuente
importante de contaminación del ambiente y por lo tanto actúan como diseminadores en las
piaras, poniendo en riesgo la salud de los animales jóvenes (Stuart et al 1980; Robinson
y Morin 1982).
Por su parte el
género Trichuris y el orden Strongylida tuvieron baja incidencia y excreción
de h/gh; sin embargo, no se descarta la posibilidad que juntos con el género Isospora puedan contribuir al problema del
parasitismos gastrointestinal en cerdos mantenidos en el sistema en exterior (Angus 1983;
Niemeyer 1996; Esrony et al 1997). Es importante mencionar el papel del orden Strongylida, ya que los huevecillos del géneros Oesophagostomum e Hyostrongylus aún perteneciendo a diferentes
familias pueden ser fácilmente confundidos, ya que estos no poseen características que
los puedan diferenciar, por lo que se debe recurrir al cultivo de larvas para poder
identificar los géneros (Angus 1983).
La mayor
incidencia de parásitos gastrointestinales del género Isospora en la marranas matenidas en exterior no se
reflejó en los cambios de peso vivo de la marrana durante la gestación y la lactancia y
sobre el comportamiento de la camada. Esto coincide con lo reportado por Vado, (1995)
quien observo una alta excreción de huevecillos de parásitos del genero Isospora en marranas mantenidas en exterior,
principalmente durante la temporada de lluvias, pero sin ningún efecto sobre el
comportamiento de las marranas y sus camadas. Estos resultados sugieren que las marranas
mantenidas en sistemas de producción en exterior tal vez pueden soportar niveles altos de
parásitos del genero Isospora, sin detrimento
sobre la producción.
En futuros
estudios es necesario realizar cultivos de larvas e investigar el impacto económico de
los PGI en los cerdos explotados en el sistema en exterior con la finalidad de proponer
programas de sanitarios tendientes a mejorar la salud de los cerdos.
Se concluye
para este trabajo que las marranas explotadas en el sistema en exterior tuvieron mayor
incidencia y excreción de ooquistes en comparación con las marranas explotadas en los
sistemas en interior. Esta situación fue favorecida por el mayor contacto de los animales
con los parásitos, debido a las características particulares del sistema en exterior.
Aunque, sin embargo no se observo ningún efecto sobre los cambios de peso de las marranas
y el comportamiento de la camada.
Los autores
agradecen la colaboración del personal del departamento de nutrición animal de la
Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad Autónoma de Yucatán. Este
trabajo fue financiado por CONACYT (proyecto 0304 -PB)
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