Livestock Research for Rural Development 13 (5) 2001 | Citation of this paper |
The objective
of the experiment was to explore the effect of the phosphorus (P) supplementation on
Pelibuey ewes, in terms of reproductive activity postpartum. Forty-four pregnant ewes were
used and were split into two groups. Twenty three were supplemented with P (E) and 21
without (T). Ewes had a three month pregnancy. All ewes grazed an irrigated paddock of
African Star Grass (Cynodon plectostachyus), and
received 75 g/day/animal of a balanced feed low in P. The E group received a mineral
mixture with 20.9% of Ca and 11.5% of P, the source of P was calcium orthophosphate. The T
group received the same mineral mixture but without P, and with 11.5% of Ca. Heat
observations were recorded twice a day, using androgenized females and entire males.
Females in heat were serviced by natural mating. The lambs received supplementation and
were weaned at 90 days. Every 15 days blood samples were taken to determine levels of Ca
and P (n=5). After lambing and until oestrus, every 15 days, concentrations of Ca and P in
rib number twelve were determined. Grass was sampled every 21 days for Ca and P
concentrations. The results did not show differences between E and T (P>0.05) in the
time interval from partum to first estrus. The levels and concentrations of Ca and P in
serum and bone were similar in both groups. The P supplementation did not affect the lamb
live weight at birth neither at weaning. It is concluded that P supplementation did not
affect the productivity pospartum of the Pelibuey ewe on pasture.
El objetivo
del trabajo fue conocer el efecto de la suplementación de fósforo (P) en la dieta de
borregas Pelibuey en pastoreo, sobre la actividad productiva y reproductiva posparto. Se
utilizaron 44 ovejas con 3 meses de gestación, divididas en dos grupos: 23 suplementadas
con sales minerales con P (E) y 21 suplementadas con sales minerales sin P (T). Todos los
animales pastorearon en praderas de Estrella de África (Cynodon plectostachyus) bajo riego y recibieron 75
g/animal/día de alimento balanceado con bajo contenido de P con la finalidad de propiciar
una buena condición física. El grupo E recibió una mezcla mineral con un contenido de
calcio (Ca) de 20.9% y 11.5% de P, la fuente de P fue el ortofosfato de Ca. El grupo T
recibió una mezcla mineral sin P y con un contenido de Ca de 11.5%. Se detectó estro dos
veces al día. A los animales en celo se les dio monta natural. Los corderos nacidos
fueron suplementados y destetados a los 90 días. Se obtuvieron muestras de suero para
medir niveles de Ca y P (n=5) cada 15 días después de paridas. Además se tomaron
biopsias de costilla, cada 15 días, para determinar concentraciones de Ca y P. El pasto
se muestreó cada 21 días para estimar el contenido de Ca y P. Los grupos en estudio no
mostraron diferencias (P>0.05) en el intervalo parto-primer celo. Los niveles y
concentraciones de Ca y P en suero y hueso fueron similares en ambos grupos. La
suplementación fosforada no afectó el peso al nacimiento ni al destete de las crías. Se
concluye que la suplementación fosforada no afectó la productividad de la oveja Pelibuey
en pastoreo durante la etapa de posparto.
El Estado de
Yucatán, México, no es tradicionalmente productor de ganado ovino, comparado con otros
en el país como el Estado de Chiapas o el Estado de México, cuyos rebaños superan el
medio millón de cabezas. La población del rebaño estatal pasó de 8,184 cabezas en 1970
a 42,200 en 1993 (INEGI 1994). De esta población la región Noreste (zona ganadera)
concentró el 40.2%, y la región Centro-Norte (zona henequenera) el 54.5%, el resto se
encuentra disperso en la zona Sur del Estado (INEGI-Gobierno del Estado de Yucatán 1994).
La crianza de ovinos está asociada primordialmente con la economía de subsistencia de
familias campesinas y comienza a
establecerse como una actividad empresarial.
La mayoría
de los suelos y de las gramíneas cultivadas en las regiones tropicales de América
Latina, donde pastorean los rumiantes, presentan deficiencias de minerales (McDowell et al
1983). En el estado de Yucatán se ha demostrado que existe un déficit de fósforo (P) en
los pastos (Castillo et al 1981), además de la ausencia de cobalto y selenio, y en un
nivel marginal el cobre y el zinc (Millán et al 1990). Estos desbalances producen
alteraciones en el metabolismo animal y reducen la productividad. No obstante lo anterior,
el aporte de suplemento mineral a rumiantes en pastoreo, para corregir esta situación, no
es una práctica difundida en la zona (Franco et al 1991).
Es bien
conocida la estrecha interrelación que existe entre la nutrición y la reproducción. Los
procesos reproductivos en la hembra (presentación de la pubertad, reinicio de la
actividad ovárica posparto, etc.) son determinados por múltiples factores que pueden
tener origen genético y ambiental; los de origen ambiental explican el 80% de la
variación del comportamiento animal, y de éste, el 50% es determinado por el aporte
adecuado de nutrimentos (Taylor y Chávez 1990). En condiciones en donde no existe gran
variación en la cantidad y calidad del alimento, los problemas reproductivos son
mínimos, pero en las condiciones de clima tropical, en donde existe una marcada época de
lluvias y otra de seca, la disponibilidad y calidad del alimento es variable, lo que trae
como consecuencia alteraciones en la eficiencia reproductiva, que se manifiesta como
retraso en la actividad reproductivay fallas en la concepción (McDowell
et al 1983)
El objetivo de
este trabajo fue estudiar los efectos de la suplementación de P sobre la actividad
productiva y reproductiva posparto en ovinos de raza Pelibuey que pastorean en zacate
Estrella de África bajo riego en Yucatán, para evaluar el intervalo parto-primer estro,
la tasa de gestación al primer estro posparto, el nivel sérico y óseo de calcio y
fósforo, así como el crecimiento de las crías hasta el destete.
El experimento
se realizó en las instalaciones del Campo Experimental Mocochá, dependiente del
Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, de la
Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, ubicado
en el km 1 de la carretera Mocochá-Hacienda Too. La región tiene clima Awo(i´)g, con
una temperatura media anual promedio de 25.8°C y una precipitación pluvial media de
984 mm (Duch 1988).
Se utilizaron
praderas de Estrella de África (Cynodon
plectostachyus), ya establecidas con una cobertura superior al 85%. Las praderas no
habían sido fertilizadas en los 4 años previos a la realización del experimento. La
superficie utilizada fue de 2.4 ha, con una carga animal de 1.2 Unidades Animal/ha. Fueron
irrigadas por aspersión durante 3 h, con una lámina cercana a 20 mm de agua, retornando
el riego al mismo lugar en aproximadamente 10 días.
Se emplearon
44 borregas de la raza Pelibuey en pastoreo, que tenían en promedio aproximadamente 3
meses de gestación, las cuales fueron divididas en 2 grupos, que recibieron dos
suplementos minerales: mezcla mineral con P (grupo experimental E) (n= 23) y mezcla
mineral sin P (grupo testigo T) (n= 21). La composición de los suplementos utilizados se
encuentra en la Tabla 1.
Tabla 1. Composición de los suplementos minerales para ovejas Pelibuey en pastoreo en zacate Estrella de África. (% BS) | ||
Ingrediente | Grupo Experimental |
Grupo
Testigo |
Ortofosfato de Calcio |
49.7 |
- |
Sal común | 13.9 |
63.7 |
Carbonato de Calcio | 30.4 |
30.3 |
Sulfato de Magnesio | 6.0 |
6.0 |
To t a l |
100 |
100 |
Composición mineral (analizada) |
|
|
Calcio |
21.9 |
11.4 |
Fósforo | 12.5 |
- |
La
composición del suplemento con P fue ajustada cada 21 días, de acuerdo con la
composición fosforada del pasto; al consumo de suplemento mineral; y a los requerimientos
de las borregas (NRC 1985; Kearl 1982), para los siguientes estados fisiológicos: preñez
tardía y lactancia con dos crías. Se estableció como objetivo suplementar 1.4
g/animal/día de P durante la gestación y 2.3 g/animal/día de P durante la lactación.
Para lograrlo, fue modificada la relación en el suplemento mineral entre el ortofosfato
de calcio (Ca) y el carbonato de Ca.
La edad
promedio de los animales fue de 2.9±0.61 y 2.8±0.72 años para grupos E y T,
respectivamente. En cuanto al número de partos, hubo 10 y 9 ovejas primerizas, 5 y 6
ovejas de primer parto, además de 8 y 6 ovejas con dos partos para los grupos E y T,
respectivamente.
El manejo
preparto de las borregas se inició dos meses y medio antes de las fechas probables de
parto, estableciendo períodos de 15 días de adaptación al manejo a la suplementación
antes de iniciar el período experimental. Los animales estaban en pastoreo de 6:30 AM a
12:30 IM y posteriormente eran confinados en corrales, separados, el lote E y T. Los
corrales disponían de bebedero, saladero y comedero, donde todos recibían solo 75
g/animal/día de un alimento balanceado con bajo contenido de P (Tabla 2) con el objeto de
que todos mantuvieran una condición corporal de regular a buena (de 2 a 3) (Russel et al
1969). El aporte de suplemento continuó hasta terminada la lactancia.
Tabla 2. Composición del alimento balanceado bajo en fósforo proporcionado a ovejas Pelibuey en pastoreo en zacate Estrella de África. | |
Ingrediente |
%, Base Húmeda |
Cascarilla de soya | 67.30 |
Almidón de maíz | 14.20 |
Melaza de caña | 11.80 |
Aceite de soya | 2.64 |
Urea | 1.89 |
Carbonato de Calcio | 1.45 |
Sal común | 0.52 |
Vitaminas ADE* |
0.22 |
TOTAL | 100.00 |
Composición
analizada |
|
Proteína cruda |
13.3 % |
Energía Metabolizable (estimada) | 2.4 Mcal/kg |
Materia Mineral | 5.9% |
Calcio | 1.34% |
Fósforo total | 0.11% |
*4 millones de IU de vit A/kg; 200,000 UI de vit D3/kg; 1200 UI de vit E/kg |
Las ovejas
fueron desparasitadas por vía oral antes del parto. El manejo posparto fue semejante al
de preparto, con la variante de que los animales pastorearon dos veces al día, de 7:30 a
12:00 y de 15:00 a 17:00 h.
Al día
siguiente del parto y hasta que la última oveja entró en celo, se detectó el estro dos
veces al día: de 6:00 a 7:00 h y de 17:00 a 18:00 h; para ello se utilizaron hembras
androgenizadas (Quintal et al 1988) y machos enteros. A las borregas en celo se les dio
monta natural en ese momento, y se repitió a las 12 h.
Los corderos
estuvieron con la madre hasta el destete a los 90 días. Aproximadamente a los 15 días de
nacidos, se les suministró a discreción y por separado, un alimento balanceado con 14%
de proteína cruda, 1.34% de Ca y 0.11% de P.
Un mes antes
del inicio del experimento se inició el muestreo del pasto Estrella de África, para la
determinación de Ca y P (AOAC 1990), posteriormente se realizó un muestreo cada 21
días; éste se llevó a cabo en el potrero al cual iban a entrar a pastorear los
animales. Se seleccionaron al azar 8 sitios en la periferia del potrero y dos en el
centro. El corte fue realizado manualmente a una altura de 15 cm, siguiendo las
recomendaciones de Fick et al (1979) quienes sugieren seguir al animal en el potrero y
colectar las muestras de aquello que representa lo que el ovino consume, desechando las
partes más leñosas o secas del pasto.
Para la
determinación de minerales (Ca y P) en suero, se colectaron muestras de sangre de 5
animales por lote (E y T) cada 15 días, separando el suero, desproteinizando con ácido
tricloroacético, para posteriormente
congelar las muestras a -10°C hasta su análisis. El muestreo se
inició 60 días antes del parto y finalizó cuando el animal presentó celo. Los animales
muestreados fueron siempre los mismos. El Ca se analizó por espectrofotometría de
absorción atómica de llama de acetileno (Fick et al 1979). La determinación de P se
realizó por el método colorimétrico (Fick et al 1979).
Quincenalmente se realizaron biopsias
de costillas de un animal distinto por cada tratamiento (n= 11 por grupo), para determinar
Ca y P en hueso. Se siguieron los pasos descritos por Fick et al (1979) para la obtención y el manejo de
muestras de hueso.
El
procesamiento de los datos para intervalo parto-primer estro, se realizó por un análisis
de varianza para un diseño completamente al
azar, con dos tratamientos (E y T), prueba exacta de Fisher para rangos de reinicio de
actividad ovárica, y Ji cuadrada para datos porcentuales (Snedecor y Cochran 1980). Para
las variables de peso y condición corporal de la ovejas, se utilizó un modelo lineal de
efectos fijos. Tomando como efectos el tratamiento y los períodos (inicio del trabajo, al
parto, 30, 60 y 90 días posparto) se utilizaron como covariable los días a celo
posparto. La comparación de medias se realizó por una prueba múltiple de T. Para las
variables peso al nacimiento y peso al destete se utilizó un modelo lineal de efectos
fijos, tomando como efectos el tratamiento, sexo, tipo de parto (sencillo o doble) y tipo
de crianza (parto sencillo: destete una cría; parto doble: destete dos crías y parto
doble: destete una cría), utilizando como covariables el peso de la madre al parto y el
peso al nacimiento. La comparación de medias fue llevada a cabo mediante por una prueba
múltiple de T.
No se
observaron diferencias (P>0.05) entre tratamientos en días a primer celo posparto; sin
embargo, cabe aclarar que en el lote testigo, de los 20 animales que lo integraban, dos
animales no presentaron celo, aun cuando ya habían transcurrido más de 250 días. En
cuanto al porcentaje de ovejas en celo, hasta los 100 días no fueron detectadas
diferencias significativas (Tabla 3). Sin embargo, a 160 días se encontró diferencia
significativa (P<0.05) a favor del grupo experimental (100% vs 90% para el grupo
E y T, respectivamente), debiéndose a las dos borregas del grupo testigo que no entraron
en celo.
Tabla 3. Eficiencia reproductiva y productiva de ovejas Pelibuey en pastoreo en zacate Estrella de África con y sin suplementación fosforada*. | ||
Variable | Grupo Experimental |
Grupo
Testigo |
Días al primer celo posparto | 103.6 ± 30.3 a |
94.0 ± 22.9 a |
% total de ovejas en celo a 100 días | 56.5 a |
55.0 a |
Número de Partos | 23 |
18 |
Peso al parto | 26.8 ± 4.0 a |
26.3 ± 4.3 a |
Partos sencillos | 18 a |
16 a |
Partos
dobles |
5 a |
5 a |
Crías machos | 12 a |
13 a |
Crías hembras | 16 a |
12 a |
*Distinta literal en la fila indica P<0.05 |
Todas las
ovejas recibieron monta al momento de entrar en calor, por lo que el intervalo
parto-primer servicio fue el mismo que el de reinicio de celo. El porcentaje de gestación
a primer servicio fue de 78.2% para el grupo experimental y de 76.4% para el testigo, no
habiéndose encontrado diferencias estadísticas entre tratamientos (P>0.05).
No se
encontraron diferencias (P>0.05) en la evolución del peso vivo de las borregas,
atribuible al tratamiento experimental. El promedio global de cada grupo fue de 29.8±1.6 kg para el grupo experimental y de
29.1±1.5 kg para el testigo. En general se
observó poca variación en el peso de las ovejas a través del trabajo, tendiendo a
incrementarse después del parto. Después del destete, ambos grupos terminaron con un
peso vivo mayor al que tenían al inicio del experimento.
La condición
corporal tuvo un comportamiento similar a lo observado en el peso vivo. El promedio
encontrado fue de 2.8 ± 0.4 y 2.7 ± 0.4 para el grupo E y T, respectivamente
(P>0.05).
No se
encontró diferencia significativa en peso al parto de las ovejas entre tratamientos (26.8±4.0 kg grupo experimental y 26.3±4.3 kg grupo testigo). El número de
partos dobles fue igual para ambos grupos (5) y la proporción de sexos fue la esperada
(cerca del 50% para cada sexo). Una de las ovejas del grupo testigo, de parto doble,
murió junto con sus crías debido al ataque de depredadores al momento de parir, lo que
disminuyó el tamaño de la muestra (n=20) (Tabla 4).
Tabla 4. Peso (kg) de crías de ovejas Pelibuey en pastoreo en zacate estrella de África con y sin suplementación fosforada *. (media mínimo-cuadrática ± EEM) |
||
|
Experimental |
Testigo |
Peso al nacimiento |
2.1 ± 0.09 a |
2.0 ± 0.11 a |
Hembras |
2.0 ± 0.12a |
2.1 ± 0.15 a |
Machos |
2.2 ± 0.15 a |
1.8 ± 0.15 b |
Peso al destete |
13.1 ± 0.98 a |
10.3 ± 0.82 a |
Hembras |
11.9 ± 1.20 a |
9.8 ± 1.26 a |
Machos |
14.2 ± 1.29 a |
10.7 ± 1.06 b |
Promedio de cuadrados mínimos y error
estándar. |
En cuanto a
las medias de cuadrados mínimos del peso al nacimiento por tratamiento y por sexo en cada
tratamiento, no se encontró diferencia significativa (P>0.05) en peso al nacimiento
entre tratamientos: 2.1 kg vs 2.0 kg para el grupo E y T, respectivamente. Al
analizar los pesos al nacimiento entre sexos por cada tratamiento, se detectaron
diferencias (P<0.05) entre los pesos de los machos, pero no en los de hembras, para los
grupos E y T, respectivamente.
Respecto a
las medias de cuadrados mínimos del peso al destete por tratamiento y por sexo de cada
tratamiento, no se encontraron diferencias entre tratamientos (P>0.05). Tampoco se
detectaron diferencias estadísticas entre el peso al destete de hembras, pero sí en
machos (P<0.05): 14.2 ±1.29 kg y 10.7 ±1.06 kg, para el grupo E y T, respectivamente. Las
covariables peso al parto de la oveja y el peso al nacimiento de las crías tuvieron
efectos significativos sobre la variable peso al destete de las crías (P<0.05) (Cuadro
4).
La mortalidad
del nacimiento al destete fue de 39.2% y 34.2% (P>0.05) para el lote con P y sin P,
respectivamente.
Se encontró
10.6 ± 0.19 mg/100 ml y 10.4 ± 0.16 mg/100 ml de Ca en suero para los
grupos E
y T,
respectivamente (P<0.01) (Figura 1).
Se encontró
una media de 5.3 ± 1.8 (grupo experimental) y 5.1 ± 1.3 mg/100 ml de P (grupo testigo)
(P>0.05) (Figura 2).
La media del
contenido de Ca en costilla fue de 26.4 ± 0.65% para el grupo experimental y 26.5 ±
0.82% para el grupo testigo (P>0.05) (Figura 3).
Se
encontró una media de 11.3 ± 0.35% de P en el grupo experimental y 11.4 ± 0.32%
en el grupo testigo (P>0.05) (Figura 4).
El contenido
promedio de Ca (% base seca) en el pasto Estrella de África a lo largo del experimento
fue de 0.67 ± 0.06 y el de P fue 0.20 ± 0.03 (% base seca) (n= 11).
Los resultados
del intervalo parto-primer estro encontrados en este trabajo son semejantes a los
obtenidos en una recopilación y análisis de parámetros productivos y reproductivos de
borregos Pelibuey en México (Rodríguez 1993), en donde se encontraron valores de 89±19 días y 98±11 días para el intervalo parto-primer
celo, en los años 1986 y 1992, en condiciones geográficas y de manejo semejantes a las
de este trabajo.
Los
resultados del porcentaje de gestación al primer servicio obtenidos en este trabajo, son
superiores a los de Rojas et al (1991),
quienes encontraron 53% de gestación a primer servicio, si bien, estos autores
utilizaron ovejas sincronizadas con 0.22 g de acetato de melengestrol/animal/ día,
durante siete días.
Los cambios
de peso vivo en el último tercio de la gestación (de octubre a diciembre) fueron
positivos, ya que los animales ganaron peso debido al aumento del volumen del (de los)
cordero (s), pero al parto (de enero, febrero y parte de marzo), los animales perdieron 4
kg en promedio; situación que se considera normal, ya que estas pérdidas se deben al
peso de la cría (2 kg en promedio), al peso de la placenta (0.5 kg en promedio) y a los
líquidos que contiene (1.5 kg en promedio). Después del parto, se presentó una
tendencia a ganar peso, aunque en el lote testigo se notó una ligera pérdida (0.5 kg),
con respecto al lote experimental, para posteriormente presentar una franca recuperación
que coincide con el reinicio de la actividad ovárica.
La condición
corporal a partir de los 60 días posparto mejoró significativamente, y esta mejoría
continuó hasta que los animales entraron en celo. La característica de mejorar la
condición corporal al reinicio de celo, es la esperada, ya que existe una relación entre
estas dos variables (Rojas et al 1986), en términos de que a mejor condición corporal,
menor tiempo para reiniciar el celo. La condición corporal estuvo en valores intermedios,
de regular a buena, lo cual sugiere que la suplementación con el alimento balanceado bajo
en P resultó favorable de acuerdo con lo que se esperaba.
En relación
con la productividad, no se detectó efecto de tratamiento sobre el peso al nacimiento de
las crías. Los resultados de este trabajo fueron ligeramente inferiores a los promedios
de peso registrados para ovino Pelibuey por otros autores (Quintal et al 1990; Rojas et al
1993), entre 2.4 kg y 2.7 kg en promedio. Sin embargo, Rodríguez (1993), en su
recopilación de parámetros productivos y reproductivos encontró un rango de 2.0±0.3 kg hasta 2.9±0.8 kg por lo que los resultados de
este trabajo están en el rango normal de peso al nacimiento de ovinos de la raza
Pelibuey. Este mismo autor registró un peso al destete dentro de un rango de 9.7±3.4 kg hasta 16.1±0.8 kg, bajo diferentes sistemas de
manejo, por lo que los resultados obtenidos en este estudio están también dentro de este
rango.
Los niveles
de Ca y P en el suero, encontrados en este trabajo, están por encima del nivel crítico
de 8 mg/100 ml de Ca en suero (McDowell et al 1983; Conrad et al 1983). En cuanto al P,
las medias encontradas en suero en ambos lotes estuvieron por encima del nivel crítico de
4.5 mg/100 ml de P en suero (McDowell et al
1983; Conrad et al 1983). Por lo tanto, según este criterio, no se detectó deficiencia
atribuible a estos minerales en ninguno de los lotes.
El promedio
de los resultados de Ca en obtenidos en hueso están por encima del nivel crítico, que es
de 24.5% (McDowell et al 1983; Conrad et al 1983). Los resultados obtenidos en las
concentraciones de P en hueso se ubican en un nivel marginal en relación con el nivel
crítico de deficiencia, (menor al 11.5%) para P en hueso desgrasado (McDowell et al 1983;
Conrad et al 1983). Estos niveles ligeramente deficitarios, bajos al inicio del estudio,
pero con una tendencia hacia un aumento gradual, se pueden considerar normales, ya que las
demandas de P asociadas con el desarrollo del feto y la producción de leche se
incrementan rápidamente en la preñez tardía, y alcanzan un pico en la lactación
temprana, para luego disminuir.
El contenido
de Ca en el pasto fue bastante homogéneo, no presentó variaciones notables. La
península de Yucatán se caracteriza por la relativa uniformidad que presenta el manto
rocoso más superficial; destaca por su origen sedimentario típicamente marino y por ser
de materiales constituidos químicamente por carbonato de calcio en una muy alta
proporción bajo la forma mineral de calcita (Duch 1988). Aunque algunos autores (McDowell
et al 1983; Conrad et al 1983) consideran que México es deficiente en Ca, en la
península no existe deficiencia de este mineral en el suelo, ni en los pastos.
El contenido
de P en el pasto, al igual que el del Ca, fue homogéneo. El rango fue de 0.16% a 0.24%,
durante los nueve meses de muestreo. Estos resultados se encuentran por abajo del nivel
crítico de este mineral en pastos (Conrad et al 1983), del 0.25%. Sin embargo,
aparentemente esto no afectó el comportamiento de los animales que no fueron
suplementados con P.
La relación
promedio de Ca:P en el pasto Estrella de África estimado en este trabajo fue de 3.3:1,
oscilando entre 2.5:1 hasta 5.9:1. Se encontraron dentro del rango normal que oscila entre
1:1 hasta 7:1, y que no conduce a problemas en la absorción de estos minerales (Gueguen
et al 1988).
El consumo
total de Ca y P en las ovejas pudo ser calculado hipotéticamente utilizando datos
disponibles en la literatura especializada, y posteriormente fue contrastado con el
requerimiento de estos animales (National Research Council 1985; Kearl 1982). Los
resultados de este cálculo deben tomarse con reservas ya que el consumo de Ca y P
calculado a partir de la ingesta del pasto se llevó a cabo usando los muestreos manuales
de pasto asumiendo que esa es la fracción que consumen los animales. Para ser exacta esta
medición, debiera realizarse empleando animales canulados en el esófago.
Las Figuras 5
y 6 presentan el aporte de Ca por los diferentes insumos utilizados en la alimentación de
las ovejas y el requerimiento diario en g. para el grupo E y T, respectivamente. La
estimación del consumo voluntario de materia seca de forraje pastoreado proviene de
experimentos realizados en la misma zona de estudio, con ovejas Pelibuey en pastoreo de
praderas de Estrella de África y manejo semejante (G Cantón et al 1991; Ortega et al
1986), por lo que estas estimaciones son lo más parecido al presente experimento.
El
consumo de Ca a partir del pasto, en ambos grupos experimentales durante el segundo tercio
de gestación, fue de 3.2 g y 3.13 g, mientras que el requerimiento fue de 3.9 g; en el
tercer tercio de gestación el consumo de Ca fue de 5.3 g y 5.8 g con un requerimiento de
6.4 g. En lactación, el requerimiento fue de 8.4 g, el pasto aportó entre 11.2 g y 11.9
g de Ca. Esto indica que durante la gestación pudiera presentarse deficiencia de Ca en
animales en pastoreo que no fueran suplementados con este mineral. El consumo de Ca a
partir de la mezcla mineral fue de 4.4 g para el lote experimental y 2.6 g para el
testigo. El Ca aportado por el alimento balanceado fue igual para ambos grupos: 0.8 g. La
suma de los consumos de Ca (pasto,
suplemento mineral y alimento balanceado) en ambos grupos fue superior a las necesidades
de las ovejas durante todo el período experimental.
Las Figuras 7
y 8 presentan el aporte de P por los diferentes insumos utilizados en la alimentación de
las borregas y el requerimiento diario en g.
El P consumido a partir del pasto Estrella de África, en el segundo tercio de gestación,
fue similar en ambos grupos: 1 g.; mientras que el requerimiento se ha establecido en 2.1
g; en el tercer tercio el aporte del P fue de 2 g y 1.4 g para los grupos E y T,
respectivamente; esta cantidad fue inferior al requerimiento de 3.1 g. En lactación, el
requerimiento fue de 6.1 g, el pasto aportó entre 2.6 g y 3.8 g de P; este cálculo
hipotético permite suponer que el consumo de P a partir del pasto en ambos grupos
resultó ser inferior a las necesidades de las ovejas. El aporte de P del suplemento
mineral fue de 2.3 g para el grupo experimental, el grupo testigo no lo recibió. El P
aportado por el alimento balanceado fue igual para ambos grupos de tratamiento (E y T):
0.07 g. De lo anterior se puede resumir que el consumo de P en el grupo experimental pudo
satisfacer el requerimiento nutrimental durante la gestación, habiendo sido marginal
durante la lactación; en cambio, el grupo testigo no llenó sus necesidades de este
mineral a partir del consumo de pasto Estrella de África y alimento balanceado.
Aparentemente,
no se manifestó en este trabajo un claro efecto benéfico atribuible a la suplementación
de P en las ovejas en pastoreo; posiblemente debido a
que los requerimientos nutrimentales (National Research Council 1985; Kearl 1982)
de este mineral estén sobrestimados. Otros autores (Segura y Castellanos 1999) han
sugerido la misma situación trabajando con ganado Cebú en pastoreo en una zona cercana a
donde se desarrolló este trabajo. Será recomendable conducir experimentación
específica para cuantificar el requerimiento de Ca y P de ovinos de pelo.
Con base en los
resultados obtenidos se puede concluir que la suplementación fosforada no afectó la
productividad de la oveja Pelibuey en pastoreo en la etapa de posparto.
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Received 29 September 2001