Livestock Research for Rural Development 18 (7) 2006 Guidelines to authors LRRD News

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Prácticas de manejo utilizadas por productores de ovinos de pelo de dos sectores sociales en Campeche, México

A Dzib-Can, G Torres-Hernández*, A Ortiz-de-Montellano y E Aceves-Navarro**

Instituto Tecnológico Agropecuario de Campeche, Chiná, Camp
* Colegio de Postgraduados, Campus Montecillo, Montecillo Edo. de México
** Colegio de Postgraduados, Campus Campeche, Campeche, Camp.
glatohe@colpos.mx ó gtorresh@hotmail.com


Resumen

Se realizó un estudio en 66 granjas de ovinos de pelo (32 del sector privado y 34 del sector social) del Municipio de Campeche, Estado de Campeche, con la finalidad de caracterizar las prácticas de manejo que utilizan los productores en sus rebaños. La metodología se basó en un cuestionario y observación directa para colectar información sobre alimentación, sanidad, mejoramiento genético, reproducción, forrajes y comercialización. Los datos se analizaron por estadística descriptiva y análisis multivariado mediante agrupación.

Las semejanzas y diferencias del manejo entre las unidades ovinas permitió calificarlas y agruparlas en tres niveles de tecnificación: alto, medio y bajo. El 30.5 % de las granjas se clasificaron en el nivel alto, el 42.4% en el nivel medio y el 27.1 % en el nivel bajo. La mayoría de las granjas del sector social están en los niveles bajo y medio (75 % y 64 %, respectivamente), mientras que el sector privado conforma el 83 % del nivel alto. Se discuten las características diferenciales de los componentes del manejo animal entre los niveles de tecnificación, y se concluye que el sub-sector ovino del Municipio de Campeche está pasando de unidades de explotación familiar o de traspatio hacia unidades de carácter comercial.

Palabras clave: ovinos de pelo, prácticas de manejo, sector privado, sector social



Management practices utilized by producers of hair sheep of two social sectors in Campeche, México

Abstract

A study was conducted in 66 hair sheep farms (32 of the private sector and 34 of the social sector) in the Municipality of Campeche, State of Campeche, to characterize the management practices utilized by the producers in their flocks. The methodology was based on a questionnaire and direct observation to collect information on feeding, health care, genetic improvement, reproduction, forages and marketing. Data were analyzed by descriptive statistics and multivariate analysis by means of clusters.

The similarities and differences in management among the sheep farms allowed to grade and group them into three technological levels: high, medium and low. A 30.5% of the farms were classified in the high level, 42.4% in the medium level and 27.1 % in the low level. The majority of the farms in the social sector are in the low and medium levels (75% and 64%, respectively ), whereas the farms in the private sector are in the high level (83%). The differential characteristics in the animal management component between the technological levels are discussed, and it is concluded that the sheep sub-sector in the Municipality of Campeche is changing from a household to a commercial production system.

Keywords: hair sheep, management practices, private sector, social sector


Introducción

El Programa Nacional de los Recursos Genéticos Pecuarios de México (SAGARPA 2004a) indica que la producción ovina enfrenta una problemática compleja, con pequeños rebaños de baja productividad, escasa organización de los productores y problemas sanitarios. Además, estima que sólo un 20 % de las explotaciones ovinas se consideran como tecnificadas o semitecnificadas y el otro 80% son explotaciones de sistemas tradicionales, llamados también de traspatio. Con el propósito de comprender las interacciones de esta ganadería con su ambiente físico y socioeconómico se han efectuado estudios en varias regiones tropicales de México (Valencia et al 1975; Berdugo y Franco 1990); Nuncio-Ochoa et al 2001; Espinosa Garcia 2001; como requisito para planificar su desarrollo (Preston 1995; Udo 1999).

En el estado de Campeche, en la Península de Yucatán, México, se registra un inventario ovino de 90 131 cabezas, distribuidas en sus 11 municipios (SAGARPA 2004b). En esta zona, Ortiz de Montellano (1998) identificó 4 tipos de explotaciones de acuerdo con la finalidad del producto: 1) autoconsumo, en donde la unidad tiene hasta 10 ovinos que pastan en el traspatio o los caminos vecinales, y la producción se destina al consumo familiar; 2) explotaciones de pequeña escala, que poseen entre 15 y 50 animales, en donde la actividad, a pesar de que es secundaria, genera ingresos o recursos para el ahorro; 3) explotaciones ovinas de mediana escala, que poseen entre 50 y 100 ovinos que tienen representatividad económica para el productor y requieren un mínimo de 5 ha; y por último 4) explotaciones comerciales con rebaños de más de 100 cabezas, que requieren infraestructura básica y contrato de mano de obra. Así también, este autor clasificó a las unidades productivas en 2 niveles de tecnificación:

1) poco tecnificados, cuando sus conocimientos se han generado por experiencia empírica, y
2) medianamente tecnificados, cuando tienen acceso a paquetes tecnológico, ya sea por iniciativa propia o por iniciativa institucional.

Al respecto, se argumenta que la producción animal en los trópicos de Latinoamérica se basa en la adaptación incompleta, y en ocasiones equivocada, de modelos desarrollados en climas templados (Sánchez 2004). Dentro del marco de estas premisas se efectuó este estudio para conocer las actividades tecnológicas que caracterizan el manejo de los rebaños ovinos en el municipio de Campeche, como criterio necesario para planificar su desarrollo y mejoramiento.


Materiales y Métodos

Descripción del área de estudio

El estudio se realizó en el territorio municipal de Campeche. Se reconoce la predominancia del clima Aw1 cálido subhúmedo, con lluvias en verano. La temperatura media anual de la zona oscila entre 24.5 y 27 oC y la precipitación promedio anual es de 1020 mm, con una época lluviosa de 154 días (mayo-septiembre). Son notables la selva baja subperennifolia, la selva mediana subcaducifolia, la sabana y en menor cuantía la vegetación hidrófita, con altitudes que van de 0 a 200 msnm (Juárez 1991; COTECOCA 1995).

Delimitación del marco de muestreo

La población de estudio se dividió en dos subpoblaciones: los productores del padrón de la Asociación de Ovinocultores (Sector Privado) y los ovinocultores ejidales (Sector Social), con 20 vientres o más, ubicados en las 26 localidades que conforman el Municipio de Campeche. Del Sector Privado fueron localizados y encuestados 32 socios y en el Sector Social se identificaron y encuestaron 34 productores de ovinos. Esta muestra representa el 24 % de las Unidades de Producción Rural que tienen ovinos (INEGI 1991) y el 56.6 % de la población ovina, ambos dentro del área municipal. Las bases metodológicas fueron la encuesta y observación directa en las unidades productivas (Segura y Honhold 1993).

Diseño del cuestionario

Este se diseñó con preguntas cerradas, de opción múltiple y en algunos casos con posibilidades de opinión, que tenían el propósito de recoger variables que permitieran caracterizar las actividades del manejo de la granja ovina en el municipio de Campeche, como son: manejo alimenticio, manejo reproductivo, manejo sanitario, mejoramiento genético, manejo de los recursos forrajeros y comercialización.

Análisis estadístico

Los datos de los cuestionarios se clasificaron y procesaron para obtener estadísticos descriptivos (Steel y Torrie 1988). A las actividades de manejo se les asignó un valor del 1 al 5, que corresponden de la tecnología más simple a la más compleja, con lo cual se efectuó un análisis multivariado por agrupación (Johnson Dallas 2000) para identificar diferencias y semejanzas en el manejo de la explotación entre grupos de productores, con lo que fue posible obtener una calificación para los tres niveles de tecnificación.


Resultados y discusión

De acuerdo con el análisis por agrupación de las actividades tecnológicas que componen el manejo del rebaño ovino, se integraron 3 grupos de ovinocultores con puntuaciones de 45.4, 38.0 y 34.3, con las que se clasificaron 3 niveles de tecnificación: alto, mediano y bajo, respectivamente. Las principales características diferenciales de estos componentes entre niveles se discuten a continuación y se presentan en el Cuadro 1.


Cuadro 1.   Características tecnológicas de los ovinocultores del municipio de Campeche

Característica

Nivel de tecnificación

Alto

Medio

Bajo

Ovinos/rebaño*

110

50

53

Años en la cría  ovina*

7

6

4

Finalidad de la cría

Venta

Venta+ autoconsumo

Venta+ autoconsumo

Es rentable

No

Si

Si

Dificultad para vender

No

No

No

Asociarse para vender

Si

No

No

Alimento base

Pastoreo+ forraje

Pastoreo

Pastoreo

Tipo de pastura

Natural  + cultivado

Natural

Natural

Tipo de cerco

Malla borreguera

Malla borreguera

Alambre de púas

Descanso del  pastizal

Si

Si

No

Composición racial

Pelibuey + Blackbelly

Pelibuey + Blackbelly

Blackbelly

Rasgo de interés

Reproductivo

Reproductivo

Rusticidad

Registros

Si

Si

No

Vacunas por año

2

3

1

Empadre

Continuo

Continuo

Continuo

Relación Macho:Hembra

1:25

1:40

1:40

Edad de deshecho de hembras

3-4 años

Ignoran

No deshechan

* Se refiere a medianas.


Componentes socioeconómicos

Para el número de ovinos por rebaño y los años dedicados a su crianza se presentan las medianas, debido a la amplia variabilidad de los datos, pues se encontraron rebaños que tenían de 20 hasta 1200 animales, tanto en el sector social como en el privado. De la misma manera, se identificaron productores que tenían desde 1 año hasta más de 20 con experiencia en la cría de ovinos. El nivel más alto de tecnificación se caracterizó por tener 110 cabezas en la unidad productiva y 7 años dedicados a la cría ovina, lo que adquiere un carácter comercial, debido a que la finalidad principal es la venta de los animales. Los productores de este nivel no tienen dificultad para vender; sin embargo, no pueden detectar la rentabilidad de la empresa, por lo que manifestaron la necesidad de organizarse para comercializar mejor sus animales (Cuadro 1).

Los niveles medio y bajo de tecnificación explotan la mitad del número (50 y 53) de animales que en el nivel alto, los años de permanencia en la cría ovina son ligeramente inferiores, pero la finalidad de la explotación se orienta por igual a la venta y al autoconsumo de la unidad de producción. En estos niveles sí se detecta la rentabilidad y, al igual que en el nivel alto, no hay dificultad para vender; por lo tanto, no existe interés por una organización de productores. Nuncio Ochoa et al (2001) encontraron en Tabasco, México, que los sistemas extensivo tradicional y semintensivo tecnificado se caracterizan por explotar 30 y 150 ovinos, respectivamente, además de tener 5 y 8 años de experiencia en la ovinocultura.

Aún cuando el registro (o control) de la producción se ubica en otro componente, aquí se hará referencia a él por su fuerte implicación en las posibilidades de hacer una evaluación de los rendimientos productivos y de la rentabilidad de la unidad (Rondón et al 2001). En el caso del nivel alto de tecnificación se asegura que el productor tiene registros; sin embargo, al efectuar la revisión de ellos se evidenció que sólo se trata de anotaciones no sistematizadas ni periódicas de eventos reproductivos, principalmente fechas de pariciones. La utilidad de estos registros se minimiza debido a que es rara entre los productores. Además, la rentabilidad se complica debido a que el mayor tamaño del rebaño exige mayores inversiones en infraestructura y equipo, en mano de obra, en alimentación y en el mantenimiento de la salud, de los cuales se carece de los datos correspondientes. En los niveles medio y bajo no existe una fuerte motivación por la ganancia económica que propicie el incremento de la producción, especialmente porque ello implica inversiones y riesgos (Kosgey et al 2003); de esta forma, el productor aprecia mejor los ingresos por concepto de animales vendidos.

Componente alimenticio

Las características que definen el nivel de tecnificación alto son el empleo de forraje (además del pastoreo) para la alimentación del rebaño. También se identifica el cultivo de pastos para complementar la pastura natural, el empleo de malla borreguera no sólo para el resguardo del rebaño, sino también para el diseño de áreas de pastoreo que permitan el descanso de los potreros. El cultivo de forrajes, además de mejorar la oferta alimenticia, disminuye los riesgos durante la época seca del año, debido a que generalmente los cultivos se refieren a pastos de corte, entre ellos variedades de Pennisetum purpureum, caña de azúcar y sorgo forrajero en menos frecuencia. Para esta zona del Estado la COTECOCA (1995) informa la existencia de explotaciones pecuarias con sistemas semintensivos que utilizan esquilmos agrícolas, principalmente de maíz, subproductos agroindustriales como el pulido de arroz y la melaza. El nivel medio de tecnificación se diferencia porque la alimentación es solamente a base de pastoreo en pastizales naturales, no hay pastos cultivados, pero sí se permite el descanso de los pastizales mediante la utilización de cercos construidos con malla borreguera. Contrariamente, en el nivel bajo de tecnificación no se utilizan cercos apropiados para controlar el pastoreo y que permitan el descanso de los pastizales; más aún, se notó la existencia de rebaños que pastorean en caminos vecinales, traspatios y áreas agrícolas donde ya se ha cosechado (Ortiz de Montellano 1998).

Componente genético

Las razas Pelibuey y Blackbelly componen los rebaños en los niveles medio y alto, aunque es importante señalar que no existe un control racial en los apareamientos. Los productores de estos niveles aseguran que las características reproductivas son las tienen mayor impacto económico en el rendimiento del rebaño, por ello son los rasgos que más aprecian en sus animales. Así también, ya existe un marcado interés por registrar los eventos productivos del rebaño. En el nivel bajo de tecnificación existe una notable presencia de la raza Blackbelly, de la cual principalmente se valora su rusticidad y se carece de interés por el registro productivo. Cabe señalar que en cualquier nivel es posible encontrar otras razas ovinas, entre ellas la Katahdin y Dorper, pero, tal como lo señaló Ortiz de Montellano (1998), no forman parte de un definido plan de mejora genética. Varios autores han destacado que las características reproductivas y la rusticidad distinguen a las razas Pelibuey y Blackbelly en clima tropical (Berruecos et al 1975; Mason 1988; Thomas 1991; Wildeus 1997). Más concretamente, Sierra (1998) define la rusticidad como la capacidad de los animales para sobrevivir, producir y reproducirse bajo condiciones adversas. El poco interés por los registros productivos es evidencia de la falta de capacitación y asistencia técnica, que muestre la utilidad de ellos en la evaluación y la toma de decisiones en el manejo del rebaño (Plasse 1989).

Componente sanitario

Aquí se hace referencia a las 2 prácticas más importantes para la prevención de las enfermedades, la vacunación y la desparasitación. Los niveles alto y medio realizan estas actividades con igual regularidad; en el primer caso lo hacen 2 y 3 veces al año, y deparasitan cada 3 meses. En el nivel bajo se vacuna 1 vez al año y se desparasita cada 6 meses. Es importante señalar que en algunas explotaciones de este último nivel estas prácticas no se realizan, pues se afirma que los animales no se enferman. Asimismo, los planes de vacunación y desparasitación surgen de la experiencia del productor y de las sugerencias que recibe de las farmacias veterinarias y de los agentes que ofrecen medicamentos (Torres-Acosta 2003). La mayor regularidad de las desparasitaciones, en comparación con las vacunaciones, sugiere que el productor estima que la parasitosis es la que afecta más severamente a sus animales. En este sentido, Torres-Acosta (2003) señaló que en el Estado de Yucatán el 72 % de los ovinocultores utilizan desparasitante; además, congruentes con este estudio, Godfrey y D'Souza (2001) informaron que en los ovinos de pelo de las Islas Vírgenes se tienen pocas enfermedades que causen severas pérdidas; sin embargo, debido a las altas temperaturas y precipitaciones de las regiones tropicales, la parasitosis gastrointestinal causa el mayor impacto negativo en pequeños rumiantes (Chandrawathani et al 1999).

Componente reproductivo

Aún cuando la generalidad indica que en los 3 niveles de tecnificación los productores emplean el apareamiento continuo (Cuadro 1), existen algunos productores del sector privado que han iniciado un empadre controlado. En el nivel alto se cuida la relación 1:25 entre sementales y hembras, así como también se atiende la eliminación de la hembras improductivas a la edad de 3-4 años. Esta proporción macho-hembra es la se sugiere para garantizar una mayor eficiencia del proceso reproductivo (Rondón et al 2001). En los niveles medio y bajo la proporción entre sementales y hembras es 1:40, y en el nivel medio, aunque se eliminan hembras improductivas, se ignora la edad en que esto ocurre. En el caso del nivel bajo no hay eliminación de hembras como práctica de manejo, ellas permanecen en la unidad hasta que son vendidas o consumidas, según la necesidad del productor, o bien, sencillamente mueren. De esta forma, el componente reproductivo es uno de los más rezagados, a pesar de que en un rebaño el número de corderos producidos cada año es normalmente el factor más importante para controlar el margen de rentabilidad de la unidad productiva (Gabiña 1989; Dickerson 1996; Kosgey et al 2003).

Niveles de tecnificación

El término niveles de tecnificación se utilizó con la finalidad de calificar las condiciones de manejo de la unidad ovina, esas condiciones fueron referidas en el Cuadro 1. Entonces, se destaca que la mayoría de los productores del sector privado se ubican en el nivel más alto de tecnificación, mientras que la mayoría de los productores del sector social se ubican en los niveles bajo y medio (Cuadro 2). Lo anterior indica que la tecnificación del manejo ovino está determinada en gran medida por el nivel socioeconómico de la granja (Ortiz de Montellano 1998; Nuncio Ochoa et al 2001).


Cuadro 2.   Nivel de tecnificación por sector socioeconómico en la ovinocultura del municipio de Campeche

Sector

Nivel de tecnificación (%)

Alto

Medio

Bajo

Social

17

64

75

Privado

83

36

25

Total

100

100

100


Finalmente, la mayor proporción de las unidades de producción ovina del municipio de Campeche se clasificaron como de nivel medio de tecnificación, una proporción ligeramente menor se ubicó en el nivel alto, y la menor se clasificó dentro del nivel bajo (Cuadro 3).


Cuadro 3.  Nivel de tecnificación en la ovinocultura del municipio de Campeche

Nivel

% en la ovinocultura

Alto

30.5

Medio

42.4

Bajo

27.1

Total

100


Esto coincide con las apreciaciones de Ortiz de Montellano (1998) y Nuncio Ochoa et al (2001), en el sentido de que la ovinocultura del sureste de México comienza a tener una dinámica significativa, impulsada por la demanda de los mercados del centro del país, principalmente la Ciudad de México y zonas aledañas. Asimismo, se asegura que la producción de los pequeños rumiantes puede mejorarse atendiendo los factores ambientales ligados a la nutrición, la sanidad , los alojamientos y la mejora genética (Jaitner et al 2001).


Conclusiones

Las diferencias que los ovinocultores tienen en el manejo de los rebaños permitió clasificarlos en 3 niveles de tecnificación: alto, medio y bajo, siendo las características diferenciales en el nivel alto: 110 cabezas en explotación, que representan el doble que los explotados en los niveles medio y bajo, orientación comercial de la actividad, notable interés por una organización para la comercialización, introducción de forrajes mejorados en los potreros naturales, diseño de cercos para el control del pastoreo, complemento del pastoreo con oferta de forraje, inicios en el registro productivo, vacunas y desparasitaciones 2 y 4 veces al año, respectivamente. En general, el manejo reproductivo es el que menos atención ha tenido entre los ovinocultores. Los productores del sector privado están en su mayoría en el nivel alto y los del sector social integran mayoritariamente los niveles medio y bajo. Más del 70 % de las unidades de producción ovina del municipio de Campeche se clasificaron en los niveles medio y alto de tecnificación. Esta ovinocultura se encuentra en tránsito de explotaciones familiares hacia explotaciones comerciales.


Literatura citada

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Received 19 June 2006; Accepted 18 July 2006; Published 28 July 2006

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