Livestock Research for Rural Development 18 (3) 2006 Guidelines to authors LRRD News

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Posibles factores nutricionales, alimenticios y metabólicos que limitan el uso del nitrógeno en la síntesis de proteínas lácteas en hatos lecheros de Antioquia

H J Correa C

Facultad de Ciencias Agropecuarias, Universidad Nacional de Colombia, Sede Medellín
hjcorreac@unalmed.edu.co

Resumen

La leche que se produce en las zonas frías del departamento de Antioquia (Colombia) presenta una muy baja concentración de proteína poniendo en riesgo la competitividad de estos sistemas de producción frente a los mercados internacionales. Con la finalidad de establecer las causas nutricionales, alimentacias y metabólicas implicadas en el uso del nitrógeno en la síntesis de proteínas lácteas, se revisó la información generada bajo estas condiciones y aquella que permitieran explicar la baja concentración de la proteína en la leche.

La información presentada permite establecer el nivel de comprensión que se tiene sobre el metabolismo del nitrógeno en vacas lactantes bajos los sistemas de alimentación que predominan en los hatos de lechería especializada en Antioquia.

Palabras clave: aminoácidos, amonio, ciclo de la urea, degradabilidad ruminal, eficiencia nutricional



Possible nutritional and metabolic factors limiting the use of dietary nitrogen in the synthesis of milk proteins in  dairy herds on pastures mainly of Kikuyu grass (Pennisetum clandestinum)

Abstract

The milk produced in cool regions of Antioquia (Colombia) has a very low protein concentration putting in risk the competitiveness of this animal production systems in the national and international markets. The aim of this review was to establish the nutritional, alimentary and metabolic factors related with the nitrogen use in the synthesis of milk protein under the Antioquia dairy production conditions. The information reviewed can establish the comprehensive level of nitrogen metabolism in lactating cows under the predominating feeding systems in specialized dairy herds of Antioquia.

Key words: amino acids, rumen degradability, ammonia, urea synthesis, nutritional efficiency


Introducción

Debido a que en Colombia existe una gran variedad de climas, topografía, infraestructura y condiciones culturales, se han configurado diversos sistemas de producción de leche (Aldana 1990). Siendo los más importantes los de doble propósito y de lechería especializada. Estos últimos, ubicados en las zonas de trópico alto (región andina), aportan más del 50% de la producción total de leche del país (Osorio 2004) y se caracterizan por un uso más intensivo de tecnología en comparación con el doble propósito (Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural 1999) y por que la leche producida presenta un menor contenido de proteína (Pérez 2000).

Puesto que se ha reconocido que la calidad composicional de la leche, particularmente en lo que tiene que ver con el contenido de proteína, es un factor determinante en el logro de la competitividad de estos sistemas de producción (Pérez 2000; Doepel et al 2004; Rulquin et al 2004), el bajo contenido de proteína en la leche obtenida en los sistemas de producción de lechería especializada pone en riesgo su competitividad frente a los mercados nacionales e internacionales. Muchos países en el mundo han desarrollado esquemas diferenciales de pago de la leche con los que se estimula el contenido de proteína por encima del de grasa. Así, por ejemplo, en Francia la relación entre el precio de la proteína verdadera de la leche a grasa ha cambiado de 0.8 a 2.5 durante la última década (Rulquin et al 2004) En Colombia, por su parte, la cooperativa COLANTA, la procesadora de leche más importante del país, ha venido modificando el esquema de pago de la leche al productor mediante un sistema de bonificaciones en el que la proteína recibe un mejor precio que la grasa (Castro 2004).

Meneses (2005) analizó 1050 datos de 42 hatos lecheros del oriente y norte de Antioquia y encontró un promedio de 3.13 ± 0.14% en el contenido de proteína en la leche mientras que Londoño et al (2005) analizando 905 muestras provenientes del municipio del Santuario, al oriente de Antioquia, encontraron un promedio de 2.97 ± 0.11% para esta variable. Este bajo contenido de proteína estaría asociado a la menor eficiencia en el uso del nitrógeno de la dieta para la síntesis de proteínas lácteas (EFIC) en comparación con los valores reportados en otras latitudes: así, mientras que Alcaráz et al (2001), Delgado (2003), Betancur y Trujillo (2004) y Saldarriaga y Soto (2004) trabajando en el oriente antioqueño reportaron EFIC de 14.8, 16.9, 16.1 y 19.2%, respectivamente, Jonker et al (1998) indican que bajo las condiciones de alimentación en ganado de leche que predomina en los Estados Unidos, esta EFIC oscila entre 21.1 y 38%. Lapierre et al (2005) por su parte, encontraron que en promedio, la EFIC en los sistemas de producción de leche en zonas templadas es de 31% oscilando entre 22 y 44%.

Una menor EFIC necesariamente trae repercusiones negativas tanto en lo ambiental (Knowlton 1998; Lapierre et al 2005), como en lo metabólico (Correa y Cuellar 2004; ), reproductivo (Butler 1998; Correa 2002), productivo (Van Horn et al 1994) y económico (Vandehaar 1998; Hanigan 2005) de tal manera que en la medida en que exista mayor claridad sobre los factores implicados en el uso del nitrógeno de la dieta para la síntesis de proteínas lácteas, mayores serán las probabilidades de mejorar este parámetros y reducir los impactos negativos asociados a la ineficiencia en el uso del nitrógeno.

Esto implica realizar un examen minucioso de todo el proceso que va desde el contenido mismo y composición de las proteínas de los alimentos ofrecidos a los animales, hasta el metabolismo de los aminoácidos en la glándula mamaría y la posterior síntesis de proteínas lácteas, esto es, el consumo de proteínas, la degradación ruminal de las proteínas de los alimentos, la síntesis de proteína microbiana, el flujo ruminal tanto de la proteína microbiana como de la proteína no degradada en el rumen, la digestión intestinal de las proteínas, la absorción de aminoácidos y péptidos, así como el uso metabólico de aminoácidos y péptidos en el intestino, hígado y tejidos extrahepáticos y extramamarios.

La información con que actualmente se cuenta sobre la manera en la que operan estos procesos bajo los sistemas especializados de producción de leche que predominan en Antioquia, es muy limitada. Sin embargo, es posible a partir de esta información plantear algunas hipótesis que podrían explicar la baja EFIC reportada en estos sistemas y, con base en estas proponer algunos enfoques experimentales que bien podrían contribuir a aclarar el panorama del metabolismo del nitrógeno en estos sistemas de producción.

Contenido de proteína y aminoácidos en pastos y suplementos alimenticios

Los sistemas de producción bovina en Colombia están basados en el pastoreo de forrajes de muy diversa calidad nutricional (Aldana 1990). En Antioquia la situación no es muy diferente, particularmente en las zonas de lechería especializada: la mayor parte de estas zonas se encuentran en pastos de bajo potencial productivo como la grama (Cynodon sp), la falsapoa (Holcus lanatus) y el azul orchoro (Dactylis glomerata), aunque hay porcentajes cada vez mayores de pastos de mejor calidad como el kikuyo (Pennisetum clandestinum) y en menor porcentaje, ryegrass (Lollium perenne), a los que se les da un manejo en pastoreo rotacional o en franjas con cerca eléctrica y son sometidos a intensos programas de fertilizados química, particularmente con fertilizantes nitrogenados (Consejo Regional Lácteo 2001).

Algunos trabajos han permitido demostrar que el nivel de fertilización, particularmente la nitrogenada, afecta la calidad nutricional de los forrajes. En general, la fertilización nitrogenada conduce a un incremento en el contenido de N en el forraje (Carulla 1999;  Rodríguez 1999; Messman et al 1992; Minson 1990; Van Vuuren et al 1991) aunado a un incremento en el N soluble y el nitrógeno no proteico (NNP). Los datos presentados en la tabla 1 indican que el contenido de proteína cruda (PC) del pasto kikuyo es muy alto no siendo raros los valores que superan el 20% de la materia seca (MS). Recientemente Read y Fulkerson (2003) señalaron que cuando el nivel de N en el pasto kikuyo supera el 3.5 de la MS (lo que equivale al 22% de PC como porcentaje de la MS), el contenido de nitratos, uno de los principales componentes del NNP, se incrementa dramáticamente.

Tabla 1.  Reportes de composición química del pasto kikuyo (Pennisetum clandestinum) en varias regiones de Antioquia

Municipio

Porcentaje de la MS

Fuente

PC

EE

Cen

FDN

FDA

PCIDN

CNE

Entrerrios

23.00

 

 

 

29.00

 

 

Osorio 1996

San Pedro

26.20

 

 

 

30.10

 

 

Osorio 1996

Entrerrios

25.70

 

 

 

29.60

 

 

Osorio 1996

San Pedro

19.20

 

 

61.30

 

 

 

Osorio 1999

San Pedro

19.20

 

 

57.80

 

 

 

Osorio 1999

Santa Rosa

27.10

 

 

55.60

 

 

 

Osorio 1999

San Pedro

26.50

 

 

56.70

 

 

 

Osorio 1999

San Pedro

16.60

 

 

66.00

 

 

 

Osorio 1999

Ovejas

19.30

 

 

59.10

 

 

 

Osorio 1999

San Pedro

24.70

 

 

56.80

 

 

 

Osorio 1999

Entrerrios

22.20

 

 

57.00

 

 

 

Osorio 1999

San Pedro

27.00

 

 

61.30

 

 

 

Osorio 1999

Santa Elena

20.70

1.69

9.80

61.50

 

 

 

Correa y Marín 2002

Santa Elena

16.80

1.76

10.10

65.60

 

 

 

Correa y Marín 2002

San Pedro

26.06

2.75

10.15

52.90

 

 

 

Montoya y Pino 2002

Entrerrios

17.63

1.63

12.25

66.90

 

 

 

Bernal y Montoya 2004

Santa Elena

21.30

3.40

13.94

52.50

 

5.80

14.66

Gaitán y Pabón 2003

Santa Elena

18.34

3.86

10.24

57.40

31.30

3.34

13.50

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

17.46

4.00

9.17

57.80

31.30

3.38

14.95

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

21.47

4.04

11.33

53.50

28.90

3.11

12.77

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

16.64

3.56

8.97

61.50

32.80

3.82

13.15

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

18.49

3.72

9.84

55.40

29.90

3.68

16.23

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

21.01

4.08

10.04

57.01

28.30

4.20

12.06

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

19.56

4.05

10.07

58.99

29.60

3.60

10.93

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

19.35

3.99

10.57

57.62

29.20

3.81

12.28

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

18.22

3.84

8.65

55.82

30.10

3.45

16.92

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

17.84

3.88

8.66

57.07

29.90

3.59

16.14

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

17.74

4.03

8.75

58.91

31.81

3.49

14.06

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

18.15

3.99

9.02

57.51

31.60

3.30

14.63

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

20.68

4.71

9.57

51.72

30.23

3.89

17.21

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

19.57

4.35

8.94

55.58

31.85

4.04

15.60

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

19.96

4.44

9.61

53.50

29.41

3.63

16.12

Soto y Valencia 2004

Santa Elena

20.18

4.36

9.02

55.90

30.53

3.60

14.14

Soto y Valencia 2004

Promedio

20.72

3.63

9.94

57.87

30.29

3.75

14.43

 

C. V., %

15.80

24.85

12.94

6.58

3.95

15.90

12.57

 

La información sobre el contenido de aminoácidos del pasto kikuyo es muy escasa. Echeverry y Parra, (2001) reportaron el contenido de aminoácidos de este pasto en cuatro muestras con diferente contenido de PC tomadas en un hato lechero del municipio de Envigado (Antioquia). En la figura 1 se aprecia la concentración de aminoácidos de este pasto como porcentaje de la MS.

Figura 1. Contenido de aminoácidos en muestras de pasto kikuyo (Pennisetum clandestinum) con diferente contenido de PC

Como se puede observar en esta figura, y como era de esperarse, existe una clara relación entre el contenido de PC de la muestra y su contenido de aminoácidos. El contenido de la mayoría de los aminoácidos esenciales de este pasto, es menor que el encontrado en la proteína bacteriana del rumen (Clark et al 1992) (figura 2).

Figura 2. Contenido de aminoácidos esenciales del pasto kikuyo y de la proteína bacteriana del rumen (Clark et al 1992).

En la figura 3 se observa más claramente esta relación. Como se puede apreciar, los aminoácidos esenciales con menor concentración relativa en el pasto kikuyo son en su orden, lisina, metionina, isoleucina, treonina, leucina, arginina y valina. Solamente el contenido de fenilalanina e histidina en el pasto kikuyo superan el encontrado en la proteína bacteriana del rumen. Esto es de suma importancia no solo por el hecho de que este pasto es el más utilizado en los sistemas de producción intensiva de leche en Antioquia y otras zonas del país, si no, además por el hecho de que, como se verá más adelante, este pasto representa un porcentaje relativamente alto de la dieta de las vacas lactantes.

Tomado de Echeverri y Parra (2001)

Figura 3. Contenido de aminoácidos esenciales en el pasto kikuyo
como porcentaje de los aminoácidos en la proteína bacteriana del rumen (Clark et al 1992)

Considerando la composición de aminoácidos del pasto kikuyo en comparación con el de la proteína microbiana, no sería aventurado afirmar que sería más provechoso para el animal hospedero que la proteína de este pasto se degradara completamente en el rumen y se transformara en proteína microbiana y reducir el escape de la misma hacia el duodeno, dado que la proteína microbiana posee un perfil de aminoácidos esenciales mucho mejor que el que presenta este pasto.

El contenido de proteína en los alimentos comerciales que se suministran en los hatos lecheros de Antioquia, es otro elemento importante a tener en cuenta en la caracterización de estos sistemas de producción. Por lo general, el contenido de PC en estos alimentos es superior al que requieren los animales y al mínimo que se garantiza en la etiqueta del producto. Es así como Montoya y Pino (2002) encontraron que el contenido de PC del alimento comercial utilizado para suplementar las vacas del trabajo experimental que adelantaron fue de 21.7% cuando la etiqueta del producto indicaba un mínimo de 18% de la MS. Por su parte, Rueda y Taborda (2003) reportaron que la concentración de PC en el alimento comercial utilizado fue de 22.8% cuando el mínimo garantizado en la etiqueta era también del 18%.

Los altos contenidos de PC tanto en la base forrajera (pasto kikuyo) como en los suplementos alimenticios utilizados en los sistemas intensivos de producción de leche en Antioquia, indican que presumiblemente existe un exceso en la concentración de esta fracción en las dietas ofrecidas a las vacas cuando se comparan con los requerimientos establecidos por el NRC (2001). Según este informe, los requerimientos de PC en las dietas para vacas en producción superan el 20% de la MS solamente en animales con producciones superiores a los 30 litros vaca/día en las dos primeras semanas de lactancia y con contenidos de proteína en la leche superiores al 3.5%. Este no es el caso de los sistemas de producción de leche en Antioquia, ni siquiera en las primeras etapas de la lactancia. El pobre perfil de aminoácidos esenciales en el pasto kikuyo, por otro lado, indica una limitación en su aporte hacia el duodeno en la fracción no degrada en el rumen.

Consumo de materia seca y de proteína

La concentración de PC y aminoácidos en los alimentos ofrecidos en los hatos lecheros, no es suficiente para apuntalar hipótesis sobre su uso por parte los animales. El consumo de estas fracciones es de capital importancia. No son muchos los trabajos en los que se halla evaluado el consumo de pastos y suplementos alimenticios en los sistemas de producción de leche en Antioquia. En la tabla 2 se presenta un resumen de la información obtenida sobre el CMS en cuatro trabajos realizados en la Universidad Nacional de Colombia, sede Medellín, mientras que en la tabla 3 se encuentran los datos correspondientes al consumo de PC.

Tabla 2.  Consumo de materia seca (CMS) en vacas lactantes en hatos lecheros en Antioquia

Parámetro

Alcaráz et al 2001

Delgado  2002

Betancur y Trujillo 2004

Saldarriaga y Soto 2004

CMSf1, kg/vaca/día

5.7 ± 0.5

7.5 ± 1.6

15.1 ± 1.4

13.5 ± 2.0

CMSs2, kg/vaca/día

3.4

4.1 ±1.4

6.13 ± 0.05

6.14

Relación f:s

1.7 ± 0.14

2.0 ± 0.9

2.47 ± 0.23

2.2 ± 0.32

CMSt3, kg/vaca/día

8.7 ± 0.7

11.6 ± 1.8

21.2 ± 1.43

19.6 ± 2.0

CMSt, % del PV

1.83 ± 0.14

2.2 ± 0.2

3.6 ± 0.25

3.4 ± 0.29

1 CMS del forraje; 2 CMS del suplemento;  3 CMS total

Estos trabajos se realizaron bajo condiciones de estabulación suministrando pasto kikuyo al libre voluntad y pesando el forraje y el suplemento suministrado y rechazado.

Tabla 3.  Consumo de proteína cruda (CPC) en vacas lactantes en hatos lecheros en Antioquia

 

Alcaráz et al 2001

Delgado 2002

Betancur y Trujillo 2004

Saldarriaga y Soto 2004

CPCf1, kg/vaca/día

1.05 ± 0.13

1.25 ± 0.27

3.08 ± 0.29

2.55 ± 0.30

CPCs2, kg/vaca/día

0.67

0.94 ± 0.32

0.86 ± 0.035

0.83

Relación f:s

1.57 ± 0.19

1.5 ± 0.65

3.60 ± 0.37

3.08 ± 0.36

CPCt3, kg/vaca/día

1.72 ± 0.13

2.19 ± 0.36

3.94 ± 0.29

3.38 ± 0.30

1 Consumo de PC del forraje; 2 Consumo de PC del suplemento;  3 Consumo de PC total

Como se puede apreciar en la tabla 2, el CMS proveniente del forraje osciló entre 1.7 y 2.47 veces el CMS proveniente de los suplementos alimenticios, lo que equivale a decir que el CMS proveniente del forraje correspondió entre el 62.5% (Alcaráz et al 2001) y 71.0% (Betancur y Trujillo 2004) del CMS total.

El CPC proveniente del forraje (tabla 3) varío entre 57.6% (Delgado 2002) y 75.9% (Betancur y Trujillo 2004), indicando que, en general, el pasto kikuyo hace los mayores aportes de PC en la dieta de las vacas lactantes en estos sistemas de producción de leche en Antioquia y dado que, como fue señalado previamente, el perfil de aminoácidos esenciales de este pasto es de menor calidad que el que estaría aportando la proteína bacteriana del rumen, es de esperarse que la proteína no degradable en el rumen (PNDR) de este pasto haga un pobre aporte de aminoácidos en el duodeno.

Degradabilidad ruminal de la proteína

Los estudios de degradabilidad ruminal de la proteína tanto de los forrajes como de los suplementos alimenticios utilizados en los sistemas de producción de leche en Antioquia, se han realizado mediante la técnica de degradabilidad in situ (Ærskov y McDonald 1979).

En la tabla 4 se muestran los parámetros de cinética ruminal y los valores de PDR y PNDR en muestras de pasto kikuyo y de suplementos alimenticios utilizados para la alimentación de ganado de leche en Antioquia. Los parámetros de cinética ruminal y la estimación de la PDR y la PNDR se realizaron con base en las ecuaciones propuestas por Ørskov y McDonald (1979) asumiendo una kp de 0.05/h.

Tabla 4.  Parámetros de cinética ruminal y proteína degradable en rumen (PDR) y no degradable en rumen (PNDR) en muestras de pasto kikuyo y suplementos alimenticios utilizados para la alimentación de ganado de leche en Antioquia

Alimento

PC

Parámetros

PDR

PNDR

Referencia

a

b

c

kikuyo

18.4

32.74

66.26

0.0251

54.87

45.13

Soto y Valencia 2004

kikuyo

17.46

29.18

69.82

0.0345

57.67

42.33

Soto y Valencia 2004

kikuyo

21.47

35.36

63.64

0.0286

58.50

41.50

Soto y Valencia 2004

kikuyo

16.64

40.40

58.60

0.0209

57.69

42.31

Soto y Valencia 2004

kikuyo

18.5

26.79

72.21

0.0263

51.69

48.31

Soto y Valencia 2004

kikuyo

21.01

34.08

64.92

0.0337

60.24

39.76

Soto y Valencia 2004

kikuyo

19.56

28.46

70.54

0.0262

52.70

47.30

Soto y Valencia 2004

kikuyo

19.35

29.13

69.87

0.0279

54.17

45.83

Soto y Valencia 2004

kikuyo

18.22

33.34

65.66

0.0249

55.17

44.83

Soto y Valencia 2004

kikuyo

17.84

32.64

66.36

0.0285

56.73

43.27

Soto y Valencia 2004

kikuyo

17.74

30.91

68.09

0.0240

53.01

46.99

Soto y Valencia 2004

kikuyo

18.15

31.73

67.27

0.0242

53.65

46.35

Soto y Valencia 2004

kikuyo

20.68

28.81

70.19

0.0325

56.44

43.56

Soto y Valencia 2004

kikuyo

19.57

30.34

68.66

0.0333

57.77

42.23

Soto y Valencia 2004

kikuyo

19.96

28.87

70.13

0.0299

55.12

44.88

Soto y Valencia 2004

kikuyo

20.18

27.62

71.38

0.0319

55.44

44.56

Soto y Valencia 2004

kikuyo

21.32

38.02

56.57

0.0402

63.23

36.77

Gaitán y Pabón 2003

kikuyo

17.63

42.89

45.26

0.0310

60.21

39.79

Bernal y Montoya 2003

kikuyo

20.72

19.40

54.40

0.0668

50.51

49.49

Correa y Marín 2002

kikuyo

16.8

18.9

44.9

0.0574

42.9

57.1

Correa y Marín 2002

kikuyo

16.61

33.67

66.33

0.0204

52.91

47.09

Delgado 2002

Promedio

19.03

31.11

64.34

0.0318

55.27

44.73

 

CV

7.876

18.45

12.38

35.315

7.613

9.405

 

Suplemento

15.52

49.47

44.80

0.0370

68.52

31.48

Bernal y Montoya 2003

Suplemento

17.68

29.80

30.20

0.1080

50.44

49.56

Correa y Marín 2002

Suplemento

22.81

52.54

34.67

0.1030

75.88

24.12

Delgado 2002

Promedio

18.67

43.94

36.56

0.0827

64.95

35.05

 

CV

20.06

28.08

20.46

47.93

20.15

37.34

 

Se puede apreciar que, en general, la PDR en el pasto kikuyo es menor que la que presentan los suplementos alimenticios, aunque en estos últimos la variabilidad es mayor. Así mismo se aprecia que, exceptuando los valores reportados por Correa y Marín (2002) para la muestra con 18.6% de PC, la PDR en este pasto supera el 50% de la PC.

Parcelas de pasto kikuyo de las que obtuvieron los datos reportados por Soto y Valencia (2004), fueron utilizadas por Betancur y Trujillo (2004) y por Soto y Saldarriaga (2004) en sus trabajos experimentales. Al utilizar esta información y aquella presentada en la tabla 3, se calculó el consumo de PDR y PNDR a partir del pasto kikuyo y el suplemento alimenticio utilizado en cada experimento. Estos datos se presentan en la tabla 5.

Tabla 5.  Consumo de proteína degradable en rumen (CPDR) y no degradable en rumen (CPNDR) en vacas lactantes del hato lechero del Centro de Producción Paysandú de la Universidad Nacional de Colombia

 

Delgado 2002

Betancur y Trujillo 2004

Saldarriaga y Soto 2004

CPDRf1, kg/vaca/día

0.66 ± 0.14

1.68 ± 0.164

1.41 ± 0.16

CPDRs2, kg/vaca/día

0.71 ± 0.24

0.68 ± 0.018

0.55

Relación f:s

1.05  ± 0.45

2.46 ± 0.24

2.57 ± 0.28

CPNDRf3, kg/vaca/día

0.59 ± 0.12

1.40 ± 0.13

1.14 ± 0.14

CPNDRs4, kg/vaca/día

0.22 ± 0.078

0.17 ± 0.017

0.28

Relación f:s

2.94 ± 1.28

8.2 ±  1.13

4.10 ± 0.51

CPDRt5, kg/vaca/día

1.37 ± 0.24

2.37 ± 0.16

1.96 ± 0.16

CPNDRt6, kg/vaca/día

0.81 ± 0.13

1.57 ± 0.13

1.42 ± 0.14

Relación PDR : PNDR

1.69 ± 0.18

1.51 ± 0.028

1.39  0.04

1 Consumo de PDR del forraje; 2 Consumo de PDR del suplemento; 3 Consumo de PNDR del forraje; 4 Consumo de PNDR del suplemento;  5 Consumo de PDR total;  6 Consumo de PNDR total

En la tabla 5 se puede apreciar que, en general, el consumo de PDR a partir del forraje supera el consumo de esta fracción proveniente de los suplementos aunque existe una gran variabilidad entre los datos. Es así como en el trabajo de Saldarriaga y Soto (2004) el consumo de PDR a partir del forraje fue 2.57 veces el consumo a partir del suplemento, lo que equivale a aproximadamente el 72% de la PDR consumida total, en tanto que en el de Delgado (2002) el consumo de PDR del pasto kikuyo correspondió a aproximadamente el 50% del consumo total.

En la tabla 6 se muestran los requerimientos de PDR y PNDR de las vacas experimentales utilizadas por Delgado (2002), Betancur y Trujillo (2004) y Saldarriaga y Soto (2004), estimados mediante el modelo NRC (2001). En esta tabla se observa que el consumo total de PDR en todos los casos excedió los requerimientos, aunque en el trabajo de Delgado(2002) este exceso fue muy ligero representando solo el 5.2% del requerimiento.

Tabla 6. Requerimientos y balance de PDR y PNDR en vacas Holstein lactantes en  Antioquia del hato lechero del Centro de Producción Paysandú de la Universidad Nacional de Colombia.

 

Delgado 2002

Betancur y Trujillo 2004

Saldarriaga y Soto 2004

PDRr1, kg/vaca/día

1.296 ± 0.147

1.720 ± 0.160

1.634 ± 0.076

PDRb2, kg/vaca/día

0.076 ± 0.126

0.652 ± 0.129

0.327 ± 0.114

PNDRr3, kg/vaca/día

0.556 ± 0.235

1.101 ± 0.214

1.090 ± 0.312

PNDRb4, kg/vaca/día

0.259 ± 0.199

0.470 ± 0.226

0.325 ± 0.374

1 Requerimientos de PDR; 2 Balance para PDR;
3
Requerimientos de PNDR; 4 Balance para PNDR

En los trabajos de Betancur y Trujillo (2004) y Saldarriaga y Soto (2004), estos excesos representaron el 26.7 y el 19.9%, del requerimiento, respectivamente. Es de esperarse que estos excesos de PDR signifiquen un problema para su transformación en proteína microbiana nivel ruminal como se discutirá más adelante.

El consumo de PNDR a partir del pasto kikuyo, por otro lado, fue siempre mayor que el consumo a partir de los suplementos alimenticios. Es así como en el trabajo de Delgado (2002) la PNDR del forraje representó casi el 75% del total de PNDR consumida mientras que en el de Betancur y Trujillo (2004) este porcentaje fue de 87.8% y en el de Saldarriaga y Soto (2004) esta cifra fue del 80.4%. Estos datos estarían indicando un aporte muy importante de una proteína de baja calidad ya que como se señaló previamente el perfil de aminoácidos esenciales de la proteína del pasto kikuyo es de menor calidad que la de la proteína microbial (Clark et al 1992).

De lo anterior se desprende que el contenido de PDR en el pasto kikuyo y, particularmente, en los suplementos alimenticios, son altos lo que hace que el aporte sea mayor que los requerimientos indicando la presencia de graves problemas en la nutrición proteica en estos sistemas de producción de lechería especializada.

Síntesis de proteína microbiana en el rumen

Ha sido reportado que la proteína microbiana sintetizada en el rumen puede aportar más del 50% de los aminoácidos que alcanzan el intestino (Dijktra et al 1998). El perfil de aminoácidos esenciales de la proteína microbiana verdadera es más ajustado al contenido de aminoácidos de la leche que el que presentan algunas fuentes proteicas utilizadas en la alimentación de ganado de leche como son la torta de soya, la harina de pescado y el gluten de maíz (Santos et al 1998). Aún así, presenta limitaciones en su contenido de leucina, isoleucina, valina y arginina. A pesar de ello, se ha considerado que la proteína microbiana es una buena fuente de aminoácidos para el animal (Verbic 2002). Debido a la importancia que esto representa en la nutrición de los rumiantes, se hace necesario establecer los mecanismos que afectan su síntesis bajo las condiciones de producción que predominan en Antioquia.

En la actualidad no existen trabajos en los que se halla estimado la síntesis de proteína microbiana en el rumen bajo las condiciones de alimentación que predominan en las zonas lecheras de Antioquia. Sin embargo, con base en las características nutricionales de los alimentos suministrados a los animales así como en el sistema de alimentación utilizado, es posible establecer algunas hipótesis al respecto.

Ha sido reconocido que tanto la energía como el N disponible en el rumen son los principales factores nutricionales que afectan la síntesis de proteína microbiana en el rumen (Clark et al 1992). De estas dos fracciones, sin embargo, parece ser la energía el factor más limitante (Verbic 2002). Basados en esta idea se han propuesto algunos modelos para predecir la síntesis de proteína microbiana en el rumen. Así, el NRC (2001) estima que cuando la energía en el factor limitante, la síntesis de proteína microbiana en el rumen equivale al 13% de los nutrientes digestibles totales corregidos por el consumo de materia seca (NDTcorr) en tanto que cuando la PDR es el factor limitante, la síntesis de proteína microbiana equivale al 85% de la PDR. Basados en la primera aproximación, Rueda y Taborda (2003) estimaron que la síntesis de proteína microbiana en el rumen de un grupo experimental de vacas lactantes que produjeron 13.35 ± 4.5 kg/vaca/día de leche y consumieron 7.61 ± 1.24 kg/vaca/día de NDTcorr fue 0.986 ± 0.161 kg/vaca/día.

La síntesis de proteína microbiana, sin embargo, no depende únicamente del aporte de energía en sí: la fuente de energía es aún más importante. Clark et al(1992) afirman que la mejor fuente de energía es una mezcla de carbohidratos estructurales (FDN) y no estructurales (CNE). Se ha señalado que la concentración de CNE en las raciones para vacas lactantes debe estar entre 35 y 40% de la MS (Grant 1996; NRC 2001; Stokes 1997) en tanto que la concentración de FDN debe corresponder a alrededor del 30% de la MS (NRC 2001). Los datos de la tabla 1 muestran, sin embargo, que la concentración de FDN en el pasto kikuyo es superior al 55% de la MS y que la concentración de CNE, en el mejor de los casos, no llega al 18% de la MS. La concentración de FDN en los suplementos alimenticios, por otro lado, no compensa los desbalances del pasto kikuyo (tabla 7). Así, mientras que el promedio de la FDN es ligeramente más alto que lo recomendado, los CNE son más bajos.

Tabla 7.  Contenido de fibra en detergente neutro (FDN) y carbohidratos no estructurales en suplementos alimenticios utilizados en ganado de leche en Antioquia

Referencia

FDN

CNE

Rueda y Taborda 2003

26.10

31.78

Bernal y Montoya 2002

40.60

28.99

Montoya y Pino 2002

33.90

27.30

Agudelo y Puerta 2004

37.30

31.80

Correa y Marín 2002

39.80

24.46

Promedio

35.54

28.86

C. V. %

16.56

10.81

De otro lado, ha sido señalado que el contenido de PDR en las dietas para vacas lactantes deberá oscilar entre el 10 y el 12% de la MS (Mahanna 1997; NRC 2001) con lo que la relación CNE : PDR, debe estar entre 3.2 y 3.5 : 1.0 para garantizar el adecuado suministro de energía y N para la síntesis de proteína microbiana en el rumen. Dicha relación fue de 1.83 en el caso del suplemento alimenticio utilizado por Rueda y Taborda (2003), de 2.72 en el del trabajo de Bernal y Montoya (2002) y de 2.74 en el del experimento de Correa y Marín (2002). El pasto kikuyo, por su parte, presenta valores inferiores a 1.3 para esta relación. Esto significa que bajo condiciones de alimentación basadas en este tipo de forrajes y de suplementos alimenticios existe una gran limitación para la síntesis de proteína microbiana tanto por los excesos de PDR como por las deficiencias en CNE.

Esta situación tiende a agudizarse cuando se tiene en cuenta la falta de sincronía en el aporte de los sustratos para la síntesis de proteína microbiana en el rumen. Como fue señalado previamente, el pasto kikuyo hace los mayores aportes de PDR a la dieta de las vacas lactantes en los sistemas de alimentación que predominan en Antioquia, mientras que el aporte de CNE es muy limitado dada su baja concentración. Por el contrario, los suplementos alimenticios se caracterizan por presentar un mayor contenido de CNE y por hacer menores aportes de PDR a la dieta. El suministro de estos suplementos, sin embargo, se realiza durante el ordeño, varias horas después de que el máximo consumo del forraje se ha alcanzado (figura 4) (Agudelo y Puerta 2004).

Agudelo y Puerta (2004)

Figura 4. Comportamiento en pastoreo de vacas lactantes en el hato Paysandú, Santa Elena (Antioquia).

La figura 4 muestra que el porcentaje de animales pastoreando fue alto entre las 4:00 y 6:00 p. m. (> a 70%), medio entre las 8:00 y 10:00 a. m. (entre 50 y 70%) y bajo entre las 11:00 y 12:00 m. (< a 50%). Los ordeños se realizan, sin embargo, a la 1:00 p.m. y 3:00 a.m., cuando el consumo de MS a partir del forraje es restringido. Sin embargo, ha sido resaltada la importancia que tiene la sincronía en el ingreso de las fuentes energéticas y proteicas al rumen sobre la fermentación ruminal y la síntesis proteína microbiana (Herrera-Saldaña et al 1990; NRC 2001; Vaughan et al 2002). En su trabajo, Vaughan et al (2002) encontraron que los niveles de nitrógeno ureico en la sangre (NUS) de vacas Holstein lactantes presentó una concentración más alta en los animales que fueron alimentados con un ración parcialmente mezclada una hora más tarde de haber terminado el pastoreo (POST), que aquellas vacas que fueron alimentadas con esta ración dos horas antes de dar inicio al pastoreo (PRE). Según los autores la menor concentración de NUS en las vacas PRE estaría indicando mayor captura de N amoniacal en la síntesis de proteína microbiana. Por su parte Montoya et al (2004) trabajando en un hato lechero de San Pedro de los Milagros (Antioquia) encontraron que la suplementación con 6.0 ó 12.0 kg/día de papa cruda (Solanum tuberosum) a vacas Holstein lactantes durante el pastoreo de pasto kikuyo, redujo la concentración de nitrógeno ureico en leche (NUL) y mejoró tanto la producción de leche como de proteínas lácteas indicando, presumiblemente, una mejor utilización de las proteínas del pasto kikuyo en la síntesis de proteína microbiana (tabla 8).

Tabla 8.  Efecto del suministro de tres niveles de papa cruda (Solanum tuberosum) sobre la producción y composición de la leche en vacas Holstein lactantes

Parámetro

Cantidad de papa por tratamiento (kg/vaca/día)

0,0

6,0

12,0

EEM

P

Producción lt/vaca/día1

15,82b

17,32a

17,05a

0,53

0,004

Grasa %

2,85

2,76

2,78

0,28

0,72

PC %

3,06

3,13

3,10

0,17

0,65

Grasa/PC

0,93

0,88

0,90

0,11

0,63

NUL mg/dl

19,12a

16,98ab

15,12b

1,87

0,05

Grasa gr

451,79

476,56

472,48

54,20

0,68

PC gr

482,00b

543,98a

528,75a

25,84

0,009

NUL gr

3,05a

2,97ab

2,56b

0,34

0,16

PV gr

475,89b

538,05a

523,62a

25,62

0,008

NNP gr

6,11

5,93

5,12

0,68

0,16

Tomado de Montoya et al (2004).

Estos resultados refuerzan la tesis de que bajo las condiciones de alimentación que predominan en los hatos lecheros de Antioquia, la síntesis de proteína microbiana se encuentra limitada en el aporte sincrónico y suficiente de CNE y que esta falta de sincronía sería parcialmente responsable de las altas concentraciones de nitrógeno ureico en sangre (NUS) y en leche y los bajos contenidos de proteína en la leche.

Formación y absorción de amonio ruminal

El aporte asincrónico e insuficiente de CNE en el rumen con relación al aporte de PDR, implica que el producto final de la fermentación de las proteínas, el amonio, se estaría produciendo en altas cantidades y a tasas superiores a la capacidad que tendría la población microbiana de incorporarlo en proteína microbiana. Esto significa que cantidades importantes de amonio se estarían absorbiendo por la pared ruminal. Ya Leng y Nolan (1984) habían advertido hace más de dos décadas que la producción de amonio en el rumen a partir de la desaminación de las proteínas, se constituye en una de las principales causas de la ineficiencia en la retención de nitrógeno en los rumiantes. Eschenlauer et al (2002) son más contundentes al señalar que la excesiva producción de amonio en el rumen es la mayor ineficiencia nutricional en los rumiantes.

La formación de amonio en el rumen depende de la solubilidad y degradabilidad de la proteína de la dieta y de la proteína endógena (Huntington y Archibeque 1999). Huntington y Archibeque (1999) afirman que al menos entre la mitad y todo el nitrógeno que ingresa al rumen se convierte en amonio. Parker et al (1985; citados por Huntington y Archibeque 1999) trabajando con ovejas estimaron que las pérdidas irreversibles del nitrógeno amoniacal del rumen equivalen a 3.829 + 0.507*NC, donde NC es el nitrógeno consumido. Esta regresión indica que cerca del 50% del NC se transforma en amonio y se pierde para el animal.

También sido señalado que los rumiantes pueden absorber más nitrógeno como amonio que como aminoácidos (Huntington 1986) particularmente cuando se trata de dietas basadas en forrajes con altos contenidos de proteínas (Vaughan et al 2002; Annison y Bryden 1999). Reynolds (1992) estimó que la absorción neta de amonio hacia el sistema porta puede representar hasta 49% del N consumido mientras que Huntington y Archibeque (1999) señalan que la absorción del amonio puede representar hasta el 73% del N consumido. Es muy probable, entonces, que bajo las condiciones de alimentación que predominan en los hatos de lechería especializada en Antioquia, el porcentaje del nitrógeno consumido que es absorbido como amonio, supere el 50%.

Flujo de proteína microbiana y PNDR hacia el duodeno

El que la proteína microbiana sintetizada en el rumen pueda hacer aportes de aminoácidos en el intestino, depende de que esta fluya desde el rumen hacia el duodeno. Sin embargo, debido al reciclaje de la masa microbiana en el rumen, particularmente de protozoarios (Leng et al 1986), no toda la proteína sintetizada en el rumen fluye hacia el duodeno. En el sistema de carbohidratos y proteína neta de Cornell se asume que en ausencia de protozoos el rendimiento de la masa microbiana seca es de 0.5 gramos por cada gramo de carbohidratos fermentados y que en presencia de protozoos este rendimiento cae a 0.4 gramos (Russell et al 1992).

Aunque existen diversos métodos para estimar el flujo de proteína microbiana hacia el duodeno (Carro 1999), la medición de la excreción urinaria de derivados puricos (DP) presenta varias ventajas frente o otros métodos, la más importante de la cual es que se trata de una técnica no invasiva y de fácil ejecución ya que solamente requiere la recolección total de orina y la cuantificación de los DP en esta. También se ha señalado que medición de creatinina en pequeñas muestras de orina a lo largo del día es suficiente para estimar la producción total de orina con lo que la técnica se facilita mucho más (Valadares et al 1999).

Utilizando la técnica de los DP en la orina y haciendo la recolección total de orina con arneses, Rueda y Taborda (2003) estimaron el flujo de proteína microbiana hacia el duodeno en vacas Holstein y encontraron que el promedio fue 0.482 kgr/vaca/día, lo cual correspondió al 48.8% del valor estimado utilizando el modelo del NRC (2001) que como se indicó previamente, fue de 986.4 gr/vaca/día. Esta diferencia puede ser debida a que el modelo NRC (2001) estima la síntesis de proteína microbiana basado en los NDT como fuente de energía para la síntesis microbiana. Sin embargo, se ha reconocido que los lípidos, uno de los componentes de los NDT, no hacen aporte al crecimiento microbiano (Van Soest 1994) y que, por el contrario, pueden reducirla (Sauvant y Bas 2001). Por otro lado, la ecuación del NRC (2001) presume que la eficiencia en el uso de la energía para el crecimiento microbiano es constante y se ignora el costo de mantenimiento de la población microbiana en el rumen. Según Russell et al (1992) el costo de mantenimiento en las bacterias celulolíticas asciende a 0.05 gramos de carbohidratos fermentables por cada gramo de bacteria en rumen/h en tanto que para las bacterias amilolíticas, este costo asciende a 0.15 gramos de carbohidratos fermentables por cada gramo de bacteria en rumen/h. Por otro lado, se deben tener en cuenta las limitaciones que representan el aporte asincrónico e insuficiente de CNE para la síntesis de proteína microbiana en el rumen como se discutió previamente.

Mejía y Vargas (2004), utilizando la misma técnica empleada por Rueda y Taborda (2003), encontraron que el flujo de proteína microbiana al duodeno en vacas Holstein lactantes fue de 0.552 kgr/vaca/día cuando trabajaron con los datos de Saldarriaga y Soto (2004) y fue de 0.471 kgr/vaca/día cuando trabajaron con los datos de Betancur y Trujillo (2004). Auque no se pueden descartar los errores asociados a la técnica de los DP en la orina, los trabajos de Rueda y Taborda (2003) y de Mejía y Vargas (2004) sugieren que el flujo de proteína microbiana hacia el duodeno en vacas Holstein lactantes en las condiciones de explotación que predominan en Antioquia, serían más bajas que las estimadas mediante el modelo NRC (2001).

El trabajo de Rueda y Taborda (2003) se realizó simultáneamente con el de Delgado (2002) mientras que Mejía y Vargas (2004) trabajaron simultáneamente con Betancur y Trujillo (2004) y con Saldarriaga y Soto (2004). Esto permite realizar algunas estimaciones sobre la eficiencia con la que se habría sintetizado la proteína microbiana en el rumen a partir de la PDR consumida. Los datos aparecen en la tabla 9.

Tabla 9.  Eficiencia en la utilización de la PDR para la síntesis de proteína microbiana en el rumen y absorción estimada de N- NH3

 

Delgado 2002

Betancur y Trujillo 2004

Saldarriaga y Soto 2004

CPDRt1, kg/vaca/día

1.37

2.37

1.96

PMcrb2, kg/vaca/día

0.482

0.471

0.552

Efic3, %

35.25

20.3

25.48

PDRnf4, kg/vaca/día

0.889

1.88

1.402

N-NH35, kg/vaca/día

0.142

0.301

0.225

1 Consumo de PDR total;
2
Proteína microbiana sintetizada en el rumen;
3
Eficiencia en el uso de la PDR consumida para la síntesis de proteína microbiana;
4
PDR no fijada en proteína microbiana;
5
N amoniacal producto de la fermentación de la PDR

Los datos de la tabla 9 indican que la eficiencia en el uso de la PDR para la síntesis de proteína microbiana en el rumen es muy baja. El NRC (2001) estima que bajo condiciones en las que exista un suministro adecuado de energía y N al rumen, la eficiencia en el uso de la PDR para la síntesis de proteína microbiana asciende al 85%, una cifra muy superior a la encontrada en los trabajos citados en la tabla 9. Asumiendo que la PDR que no es utilizada en la síntesis de proteína microbiana es transformada hasta amonio, la cantidad de amonio que queda disponible para ser absorbido es bastante alta, lo que confirma las afirmaciones de Leng y Nolan (1984) y de Eschenlauer et al (2002) cuando señalan que la formación de amonio en el rumen es un procesos que genera grandes ineficiencias nutricionales en los rumiantes.

En la tabla 10 se presentan los valores estimados del flujo de aminoácidos hacia el duodeno en los trabajos de Delgado (2002), Betancur y Trujillo (2004) y Saldarriaga y Soto (2004). Estos valores se calcularon asumiendo que la composición de aminoácidos de la PNDR del pasto kikuyo es similar al perfil de aminoácidos de la proteína de este pasto (Tedeschi et al 2001), que el perfil de aminoácidos de la proteína microbiana que fluye al duodeno es similar al perfil publicado por Clark et al (1992) y que el perfil de aminoácidos de la PNDR del suplemento alimenticio es intermedio entre el del pasto kikuyo y el de la proteína microbiana.

Tabla 10.  Flujo de aminoácidos esenciales hacia el duodeno (g/día) en vacas lactantes en Antioquia

Referencia

Lis

Met

Ileu

Treo

Leu

Arg

Val

His

Phe

Delgado 2002

65.3

22.0

51.7

53.3

80.6

51.7

64.8

22.0

55.5

Betancur y Trujillo 2004

93.1

31.3

75.1

77.2

120.7

78.0

98.8

34.2

85.9

Saldarriaga y Soto 2004

94.9

32.0

76.2

78.6

121.0

78.0

98.4

33.8

84.9

Digestibilidad intestinal de las proteínas

Los métodos de evaluación posruminal del valor nutricional de los alimentos pretenden establecer el grado de digestión que sufren las fracciones nutricionales contenidas en la digesta que fluye desde el rumen hacia el tracto posterior (Stern et al 1997). Para adelantar estudios sobre la extensión de la digestión posruminal de las proteínas se ha apelado a técnicas in vitro, in vivo o a técnicas de regresión. Entre las técnicas in vitro la más utilizada es la de los tres pasos (Calsamiglia y Stern 1995) mientras que entre las técnicas in vivo se tienen aquellas en las que se utilizan animales modificados quirúrgicamente (dotados de cánulas duodenales) (Stern et al 1997) o aquellas con animales enteros (Třináctý et al 1999). Con estas dos últimas técnicas se pueden utilizar bolsas móviles. Para este fin también se han utilizado modelos biológicos tales como gallos (Gerber et al 2000) presumiendo que la digestión que se presenta en los residuos de la degradación ruminal en estos animales es equivalente a la que se presentaría en el animal rumiante a nivel posruminal. También ha sido reportado el uso de cerdos como modelos biológicos para el estudio de la digestibilidad posruminal de la proteína de canola (Mustafa et al 2000). En este último trabajo se instalaron cánulas duodenales en tres cerdos a través de las cuales se introdujeron bolsas móviles de nailon con muestras de material no degradado en rumen cuyos resultados fueron comparados con los obtenidos en terneros canulados al duodeno a los que también se les insertaron bolsas móviles de nailon. Los resultados obtenidos por Mustafa et al (2000) sugieren que los cerdos son un buen modelo para adelantar este tipo de estudios.

Basado en esta idea, Monsalve (2004) estimó la digestibilidad intestinal de la proteína del pasto kikuyo cosechado a dos edades y sometido a dos niveles de fertilización nitrogenada utilizando muestras que fueron previamente incubadas en el rumen durante 16 horas. Muestras del residuo de esta incubación se empacaron en bolsas de nailon de 1.5 x 2.5 cm (0.08 gr/bolsa) y luego se introdujeron oralmente a cerdos en levante (60 kg de peso vivo) para ser recogidas posteriormente en las heces y determinar la digestibilidad aparente de la PC. Los resultados (tabla 11) indican que no hubo efecto ni de la fertilización nitrogenada ni de la edad de corte sobre los parámetros evaluados.

Tabla 11.  Efecto de dos niveles de fertilización nitrógenada y dos edades de corte sobre el contenido de proteína cruda, la degradabilidad ruminal in situ a las 16 h y la digestibilidad intestinal del pasto kikuyo (Monsalve 2004).

Tratamiento1

PC

DR 16h, %

DI

Kikuyo 30SF

18.47

52.92

57.97

Kikuyo 60SF

19.60

50.98

62.48

Kikuyo 30CF

17.98

52.66

56.34

Kikuyo 60CF

20.09

50.10

57.50

Promedio

19.04

51.67

58.57

p

0.05

0.65

0.54

CME

1.46

13.20

39.00

1 30SF: cosechado a los 30 días sin recibir fertilización con N; 60SF: cosechado a los 60 días sin recibir fertilización con N; 30CF: cosechado a los 30 días recibiendo 50 de N kg/ha; 60CF: cosechado a los 60 días recibiendo 50 de N kg/ha.

La ausencia de efecto de la fertilización nitrogenada sobre el contenido de proteína cruda del pasto Kikuyo ha sido atribuido al nitrógeno remanente en el suelo aún después de cuatro periodos de corte con intervalos de 30 Días (Soto y Valencia 2004). Esto estaría indicando que presumiblemente es innecesaria la fertilización nitrogenada luego de cada pastoreo y que esta, en consecuencia, estaría generando bajas eficiencias en el uso del nitrógeno para la síntesis de proteína en los forrajes y, por la misma razón, se estaría convirtiendo en una fuente de contaminación para el suelo y las aguas de lixiviación (Knowlton,1998)

Por otro lado, la ausencia de efecto de la edad de corte sobre el contenido de proteína cruda es atribuida al habito de crecimiento del pasto Kikuyo, ya que al tratarse de un pasto con crecimiento rizomatoso y estolonífero, y dado que estos últimos crecen a ras de la superficie del suelo, los órganos vegetativos que quedan disponibles para ser consumidos por los animales son básicamente las hojas, las cuales muestran poca variación a lo largo del periodo del crecimiento vegetativo (Soto y Valencia 2004; Zapata 2000)

La ausencia de efecto de la edad y la fertilización nitrogenada sobre la degradación a las 16 horas no es más que el reflejo de la ausencia de efecto de estos factores sobre el contenido de proteína cruda y de los parámetros de cinética ruminal (Soto y Valencia 2004).

El promedio de la digestibilidad intestinal de la PC en los residuos de la degradabilidad ruminal a las 16 horas fue 58.57% sin que se observaran diferencia significativas entre el nivel de fertilización nitrogenada y la edad de corte (p>0.54). Estos resultados eran de esperarse toda vez que tampoco hubo efecto de estos factores sobre el contenido de PC, los parámetros de cinética ruminal de la PC y la degradabilidad ruminal de la PC a las 16 horas (Monsalve 2004), como fue discutido previamente.

La digestiblidad intestinal de la PNDR del pasto kikuyo hallado por Monsalve (2004) se encuentra dentro de los valores establecidos en el sistema nórdico (NKJ-NJF 1985) para forrajes y dentro de los valores publicados por el NRC (2001) para los forrajes utilizados en los Estado Unidos para alimentar ganado lechero. Así, para Cynodon dactylon se asume un valor de 65%, este asciende a 70% para henos de pasto joven y desciende a 60% para henos de pastos maduros con un contenido de FDN superior a 60%.

Los resultados reportados por Monsalve (2004) son de gran importancia en la comprensión de la nutrición nitrogenada en el ganado lechero en Antioquia. Ya se habían señalado con anterioridad las limitaciones que presenta la proteína del pasto kikuyo en cuanto al contenido de aminoácidos esenciales. Si a estas limitaciones se le suma el hecho de que al menos el 44.73% escapa a la degradación ruminal (tabla 4), que la PNDR proveniente del pasto kikuyo representa más del 75% de la PNDR de la dieta (tabla 5) y a que, como fue reportado por Tedeschi et al (2001), el perfil de aminoácidos de la PNDR de los pastos es similar al del material original, se podría esperar que el perfil de aminoácidos de la proteína de la dieta que alcanza el duodeno, sea pobre en aminoácidos esenciales. Si a esta situación se le suman las limitaciones en la síntesis de proteína microbiana en el rumen y, por lo mismo, el limitado flujo de proteína microbiana hacia el duodeno, el panorama no deja de ser desalentador.

En cuanto a la digestibilidad intestinal de la proteína microbiana, el modelo del NRC (2001) asume que esta equivale al 80% de la proteína microbiana verdadera y que esta última corresponde al 80% de la proteína microbiana sintetizada en el rumen. En el Sistema de Carbohidratos y Proteína Neta de Cornell (Russell et al 1992), por otro lado, se asume que el 60% de la proteína microbiana es proteína verdadera asociada al contenido celular y que el 100% de esta es digerida en los intestinos.

En la actualidad no se cuenta con información sobre la digestibilidad intestinal de la PNDR de los suplementos proteicos utilizados en la alimentación de ganado de leche en Antioquia. Los valores reportados por el NRC (2001) indican que esta digestibilidad puede ser muy variable con valores tan bajos como el 50% para la cascarilla de algodón hasta valores del 93% para la torta de soya (NRC 2001). La mayoría de los valores publicados para las materias primas utilizadas convencionalmente en la elaboración de suplementos alimenticios para ganado de leche en Antioquia, sin embargo, podrían oscilan entre el 80 y 90% de digestibilidad intestinal (tabla 12).

Tabla 12. Digestibilidad intestinal de la PNDR (DIPNDR) de materias primas convencionalmente utilizadas para la elaboración de suplementos alimenticios para ganado de leche en Colombia.

Alimento

DIPNDR

Cascarilla de algodón

50

Cascarilla de soya

70

Maíz molido

90

Residuos de cervecería

80

Salvado de trigo

75

Semilla de algodón

80

Sorgo molido

85

Soya extruída

85

Torta de algodón

92

Torta de pescado

90

Torta de soya

93

Tomado del NRC 2001

La tabla 13 fue calculada asumiendo que la digestibilidad intestinal de la PNDR del pasto kikuyo fue del 58.6%, que la del suplemento alimenticio fue del 85% y que la de la proteína microbiana fue del 80%.

Tabla 13.  Aminoácidos esenciales digestibles (g/día) en vacas lactantes en Antioquia

Referencia

Lis

Met

Ileu

Treo

Leu

Arg

Val

His

Phe

Delgado 2002

47.8

16.1

37.6

38.8

58.1

37.2

46.4

15.7

39.6

Betancur y Trujillo 2004

63.1

21.2

50.5

51.9

80.2

51.7

65.3

22.5

56.4

Saldarriaga y Soto 2004

66.7

22.5

53.3

55.0

83.7

53.8

67.6

23.1

58.1

En la tabla 14, por otro lado, se calculó la relación entre la lisina y los demás aminoácido digestibles presentados en la tabla 13. Así mismo, se presenta esta relación para los datos publicados por Doepel et al (2004) con relación a la cantidad máxima de aminoácidos esenciales digestibles que debe consumir una vaca para maximizar la producción de proteínas lácteas.

Tabla 14.  Relación entre la lisina y los demás aminoácidos esenciales digestibles (g/g).

Referencia

Met

Ileu

Treo

Leu

Arg

Val

His

Phe

Delgado 2002

0.34

0.79

0.81

1.22

0.78

0.97

0.33

0.83

Betancur y Trujillo 2004

0.34

0.80

0.82

1.27

0.82

1.04

0.36

0.90

Saldarriaga y Soto 2004

0.34

0.80

0.82

1.25

0.81

1.01

0.35

0.87

Promedio

0.34

0.80

0.82

1.25

0.80

1.01

0.34

0.86

Doepel et al 2004

0.35

0.73

0.70

1.30

0.66

0.84

0.33

0.72

Como se puede apreciar en la tabla 14, aparentemente la relación que existe entre los demás aminoácidos esenciales digestibles con la lisina digestible en los sistemas de alimentación de ganado de leche en Antioquia pareciera ser correcta excepto en el caso de la metionina y la leucina lo que podría convertirlos en candidatos a ser considerados los aminoácidos limitantes en estos sistemas de producción.

Absorción de aminoácidos y péptidos

La digestión de las proteínas en los rumiantes se realiza en la porción posterior del intestino delgado, concentrándose en la región ileal debido a que solo allí el pH intestinal es lo suficientemente alto como para que actúen las proteasas intestinales. Por la misma razón, la absorción de los productos de la digestión de las proteínas, los aminoácidos y péptidos, se concentra en el último tercio del intestino delgado (Webb 1990; van der Walt 1993).

Los sistemas de transporte para aminoácidos y péptidos son independientes entre sí, aunque existe interacción en los sistemas de transporte de aminoácidos entre si (Webb1990). El transporte de aminoácidos hacia los enterocitos puede ocurrir por difusión simple, difusión facilitada o por transporte activo (dependiente del sodio), dependiendo de la concentración de los aminoácidos en el intestino (Webb1990).

En general, los aminoácidos esenciales se absorben más rápidamente que los no esenciales, destacándose la metionina como el aminoácido de más rápida absorción (Webb1990). Así mismo, se ha establecido que la absorción de péptidos es aún más rápida que la absorción de los aminoácidos esenciales (Webb1990). En general, es posible afirmar que el proceso de absorción de los aminoácidos no es una limitante par explicar la eficiencia en el uso del nitrógeno en rumiantes.

Metabolismo de aminoácidos y péptidos en el intestino

El intestino delgado no solo es responsable de la digestión y absorción de nutrientes si no que, además, juega un papel importante en el catabolismo de la glutamina arterial y los aminoácidos absorbidos (Wu y Morris 1998; Hanigan 2005). Los aminoácidos absorbidos por la mucosa intestinal son utilizados en el intestino para la síntesis de proteínas secretoras, el reemplazo de células epiteliales y como fuente de energía (Lindsay 1993). Tagari y Bergman (1978) trabajando con ovejas, reportaron que solamente entre el 30 y el 80% de los aminoácidos que se absorbieron en el intestino aparecieron en la sangre portal. La producción de proteínas en el tracto grastrointestinal (TGI) puede ser responsable de la utilización de por lo menos el 50% de los aminoácidos absorbidos (Annison y Bryden 1999; Lapierre et al 2000) de tal manera que sólo cerca de la mitad de los aminoácidos aparentemente absorbidos alcanzan el hígado (Lapierre et al 2000). De hecho, la síntesis de proteínas en el TGI representa entre 25 y 30% de la síntesis total de proteínas en el cuerpo (Harris et al 1990: citados por Annison y Bryden 1999). Esta síntesis de proteínas exige, además, un gasto energético importante toda vez que cada aminoácido que se incorpora a la cadena polipéptica gasta 5 ATP (McBride y Kelly 1990). La mayoría de la glutamina y casi todo el glutamato y el aspartato absorbidos son catabolizados en el enterocito constituyéndose en los principales metabolitos energéticos del intestino (Wu y Morris 1998). Seal y Parker (2000) señalan que cerca del 80% de la producción de CO2 de las vísceras que drenan al sistemas porta (VDP) proviene del catabolismo del glutamato y el aspartato.

El glutamato y el aspartato son los aminoácidos más abundantes en la proteína del pasto kikuyo (figura 2), en la proteína microbiana y en la proteína de muchos recursos utilizados en la alimentación de ganado de leche (Clark et al 1992). Esto hace que el flujo de dichos aminoácidos hacia el duodeno sea el más alto (Korhonen et al 2002) y que, de alguna manera, compense la alta demanda que existe por estos aminoácidos a nivel intestinal (Wu y Morris 1998).

En la mucosa intestinal también se presenta la síntesis de algunos aminoácidos siendo los más importantes prolina, arginina y alanina. La prolina es sintetizada a partir de la arginina, glutamina, glutamato y aspartato absorbidos desde el lumen intestinal y a partir de la glutamina arterial. La arginina, a su vez, es sintetizada a partir de la glutamina y la prolina en la mucosa intestinal. Por su parte, la síntesis de alanina esta muy ligada al catabolismo intestinal del glutamato, la glutamina y el aspartato (Wu y Morris 1998), así como a la detoxificación del amonio intestinal. Dado que la absorción del amonio se da a lo largo del tracto gastrointestinal de los rumiantes, la absorción intestinal puede ser importante llegando a representar entre el 27 y el 51% de la absorción total de amonio hacia el sistema porta (Huntington y Archibeque 1999). Cuando la absorción de amonio en el intestino es alta, la síntesis de alanina es probablemente la vía más significativa que se presenta para detoxificarlo en comparación con su incorporación al ciclo de la urea no obstante que las células del epitelio ruminal y de la mucosa duodenal posean la capacidad de incorporar el amonio a la ornitina para formar citrulina (Oba et al 2004). Estos autores establecieron que la síntesis de urea, tanto en el epitelio ruminal como en la mucosa duodenal, fue mayor cuando las células de estos tejidos fueron incubadas con arginina que con otros substratos intermedios del ciclo de la urea. Así mismo, lograron establecer que la síntesis de urea en el epitelio ruminal fue 26 veces más alta que en la mucosa duodenal. Estos resultados indican una alta actividad de la enzima arginasa en el epitelio ruminal. Pero por otro lado, cuando estos tejidos fueron incubados con aspartato, ornitina y cloruro de amonio, la síntesis de urea fue muy baja indicando que presumiblemente la enzima carbamoil - fosfato sintetasa I (CPS-I) presenta baja actividad en estos tejidos y que existe una capacidad limitada de incorporar el amonio absorbido, tanto en el rumen como en el duodeno, al ciclo de la urea en estos mismos tejidos. Según Oba et al (2004), la alta actividad de la enzima arginasa en el epitelio ruminal posiblemente estaría cumpliendo dos funciones. En primer lugar, estaría asegurando el reciclaje de N al rumen y, por otro lado, la ornitina estaría participando en la síntesis de las poliamidas requeridas para mantener las altas tasas de división y de diferenciación celular. Es poco probable que la arginasa participe en un proceso inmediato de reciclaje de N al rumen ya que, como se señaló previamente, la incorporación del amonio al ciclo de la urea en estos tejidos es muy limitado y, por lo tanto, la arginina que se utiliza para la síntesis de la urea no proviene del ciclo de la urea en estos tejidos si no que estaría ingresando vía sanguínea. También resulta poco probable que la segunda función atribuida a la alta actividad de la arginasa sea relevante en estos tejidos ya que, al igual que el rumen, la mucosa duodenal también presenta altas tasas de división celular pero, sin embargo, la actividad de la arginasa es baja. Es más probable que se trate del mecanismo que permite el reciclaje del N hacia el rumen mediado tanto por la arginina como por la glutamina sintetizadas en el hígado. Cabe recordar que la arginina del epitelio intestinal también se origina a partir de la glutamina (Wu y Morris 1998) de tal manera que la glutamina sintetizada en el hígado como un mecanismo alterno de detoxificación del amonio (Haussinger 1983), sea utilizada en el epitelio ruminal para formar arginina y esta, posteriormente, sea catabolizada en urea y ornitina. Así, bajo condiciones de alimentación en las que la formación de amonio en rumen es baja, la cantidad de amonio que ingresa al hígado proveniente del sistema porta también es baja y mayor cantidad de arginina podrá desligarse del ciclo de la urea en el hígado y podrá utilizarse en el epitelio ruminal para sintetizar la urea necesaria en el rumen. Por el contrario, cuando la cantidad de amonio producido en el rumen es alta y, así mismo, es alta la cantidad de amonio que ingresa al hígado, menor será la cantidad de arginina que podrá desprenderse del ciclo de la urea dada la alta demanda de ornitina es este tejido. De esta manera, menor será la cantidad de arginina que quedará disponible para ser utilizada en el epitelio ruminal para formar urea. Es probable, sin embargo, que la ornitina formada en este proceso sea reciclada hacia el hígado. Esto implicaría la existencia de un ciclo de la urea compartimentalizado entre el hígado y el epitelio ruminal. Esta es, de todas maneras, una hipótesis que requiere ser probada pero que podría ser posible ya que ha sido reportado que el metabolismo de la arginina esta altamente compartimentalizado en diferentes órganos debido a que las enzimas que participan en la síntesis y catabolismo de este aminoácido se encuentran distribuidas en diversos órganos (Luiking et al 2004 ; Wu y Morris 1998). Es así como se ha establecido la existencia de una compartimentalización del ciclo de la urea entre el hígado y el riñón en el que el hígado remueve arginina y libera citrulina y ornitina mientras que en el riñón sucede lo contrario (Bergman y Heitmann 1978).

Recapitulando, se hace necesario señalar que el intenso metabolismo que sufren los aminoácidos en la mucosa intestinal, particularmente los no esenciales, se convierte en un importante modulador de la cantidad de aminoácidos absorbidos que finalmente aparecen en la circulación portal. Esto significa que el perfil de aminoácidos de la dieta difiere marcadamente del que se presenta en la sangre portal y debido a las implicaciones que esto tiene en el metabolismo de los tejidos extraintestinales, se hace necesario prestar más atención a dichos procesos metabólicos y a la manera como estos afectan la eficiencia en el uno del nitrógeno en los animales domésticos, en general, y en los rumiantes, en particular.

Metabolismo del nitrógeno en el hígado

El hígado juega un papel central en el metabolismo del nitrógeno modulando la disponibilidad de aminoácidos para los tejidos extrahepáticos (Reynolds 1992). Los aspectos más críticos del metabolismo del nitrógeno que sucede en el hígado incluyen la deaminación y transaminación de aminoácidos seguido por la utilización de los cetoácidos en cetogénesis y gluconeogénesis; la síntesis de urea; la síntesis de aminoácidos escenciales, y la síntesis de la mayoría de las proteínas plasmáticas.

De todos ellos, el ciclo de la urea juega un papel central por estar directamente relacionado con los demás procesos metabólicos, incluida la disponibilidad de aminoácidos para la síntesis de proteínas plasmáticas (Correa y Cuellar 2004).

El hígado, no obstante representar cerca del 5% de la masa corporal consume entre el 21 y 25% del gasto energético del cuerpo (Lindsay 1993). Sin embargo, ha sido establecido que la tasa de uso de energía por el hígado se incrementa con el aumento en la producción de leche, asociado esto, principalmente, con la modificación de nutrientes disponibles para formar aquellos que no se encuentran disponibles para la síntesis de la leche (Freetly y Ferrell 1999). Freetly y Ferrell (1999) señalan que el incremento en el consumo de oxígeno hepático a medida que se incrementa la producción de leche, es debido probablemente al incremento en gluconeogénesis y ureagénesis. La ureagénesis puede consumir entre el 13 y el 19% de todo el oxigeno consumido por el hígado (Huntington y Archibuque 1999).

Annison y Bryden (1999) aseguran que en vacas lactantes de alta producción que pastorean pasturas frescas con alto contenido de PDR y NNP, a menudo presentan una tasa muy alta de transformación del amonio ruminal en urea. Este sería el caso de los sistemas de producción de leche en Antioquia basados en pasto kikuyo.

El amonio es un compuesto neurotóxico observándose un marcado daño cerebral en aquellos casos en los que los procesos de eliminación fallan (King 2002). El hígado remueve y detoxifica el amonio absorbido desde el tracto digestivo, transformándolo principalmente en urea la cual posteriormente es reciclada por saliva o pared ruminal, o eliminada por orina y leche (Annison y Bryden 1999).

La formación de carbamoil fosfato (CbP) a partir de amonio y bicarbonato es el primer paso en la síntesis de la urea (Katz 1992; Waterlow 1999). Esta reacción, sin embargo, es de baja afinidad por el amonio por lo que el amonio que deja la zona intermedia del hígado, que es donde se concentran las enzimas que participan en el ciclo de la urea, debe ser incorporado a otra reacción (Katz 1992): la formación de glutamato .

La enzima glutamato deshidrogenasa cataliza la formación del glutamato a partir de amonio y a - cetoglutarato (King 2000). Esta ruta es importante en animales no-rumiantes, ya que el exceso de amonio puede ser retenido como glutamato o glutamina cuando es excedida la capacidad de la reacción catalizada por la CPS-I (Haussinger 1983). Es de esperarse que esta reacción también se presente en los rumiantes, particularmente cuando consumen dietas que generen altas cantidades de amonio en rumen como es el caso de los sistemas de alimentación en las lecherías especializadas en Antioquia. En estas condiciones una parte del amonio absorbido ingresa al ciclo de la urea al formar CbP mientras que otra porción, dependiendo de la cantidad de amonio absorbida, será retenida por la ruta del glutamato. Este aminoácido, a su vez, se puede condensar con otra molécula de amonio para formar glutamina, reacción que es catalizada por la enzima glutamina sintetasa (King 2000). Esta reacción, al contrario de la catalizada por la CPS-I, es de baja capacidad pero de alta afinidad (Julliard et al 1971).

La vía de la glutamina es importante por varias razones (Correa y Cuellar 2004). Primero, produce el aminoácido glutamina, uno de los 20 principales aminoácidos. En segundo lugar, en los mamíferos la glutamina es el principal aminoácido establecido en el sistema circulatorio. Su papel es transportar amonio desde varios tejidos, principalmente tejidos periféricos, hacia el riñón, donde es hidrolizada por la enzima glutaminasa para regenerar glutamato liberando el ión amonio. Este último es finalmente excretado en orina (King 2000). De esta forma, glutamina permite excretar rápidamente, sin necesidad de pasar a través del ciclo de la urea, el ión amonio. Este proceso, sin embargo, puede representar un costo para el organismo en cuanto a la disponibilidad de precursores para gluconeogénesis dado que para la formación de glutamato se gasta a - cetoglutarato. Esta es precisamente la reacción que hace del ión amonio un compuesto tóxico en el cerebro (King 2000).

Los resultados reportados por Montoya et al (2004) parecen reforzar esta hipótesis. Estos autores trabajaron con vacas Holstein lactantes de mediana producción (ver tabla 8) alimentadas con pasto kikuyo con un contenido de 26% de PC y encontraron que la relación entre la concentración de glucosa y nitrógeno ureico en la sangre fue negativa indicando presumiblemente una saturación del ciclo de la urea con la consecuente utilización de a - cetoglutarato para la síntesis de glutamato en detrimento de la producción de glucosa.

Esta también podría ser la razón por la que in vitro, la adición de NH4Cl a hepatocitos de corderos reduce la utilización de propionato y alanina en gluconeogénesis (Overton et al 1998). Bajo esta hipótesis, se podría esperar una marcada reducción en gluconeogénesis en vacas periparturientas que consumen forrajes jóvenes con alto contenido en proteína degradable en rumen y movilizan cantidades importantes de proteínas lábiles con el consecuente incremento de amonio hacía el hígado (Komaragiri y Erdman 1997).

Hacia el glutamato convergen la mayoría de las transaminasas. Esto representa una forma de simplificar en un solo aminoácido la recolección del grupo amino proveniente de diversos aminoácidos. Este aminoácido es degradado a a - cetoglutarato y amonio, reacción que es catalizada, así mismo, por la enzima glutamato deshidrogenasa (King 2000). En esta reacción inversa, el NAD+ participa como cofactor para dar origen al NADH+H, molécula que genera tres ATP durante la fosforilación oxidativa.

Otra implicación metabólica de suma importancia para la economía del nitrógeno en rumiantes tiene que ver con la necesidad de un segundo átomo de nitrógeno proveniente del aspartato que puede exceder la disponibilidad de aspartato y estimular su síntesis por transaminación desde otros aminoácidos (Annison y Bryden 1999; Moorby and Theobald 1999; Mutsvangwa 1999) con el consecuente desgaste de aminoácidos que bien podrían quedar disponibles para ser utilizados por tejidos extrahepáticos y síntesis de proteínas lácteas (Moorby and Theobald 1999, Reynolds et al 1994). La formación del aspartato se da por la transaminación entre el glutamato y el oxaloacetato para formar aspartato y a - cetoglutarato (Mutsvangwa et al 1999). Reynolds (1992) ha propuesto que el gasto de aminoácidos para regenerar el aspartato que participa en el ciclo de la urea, podría incrementar los requerimientos de aminoácidos por el animal y, en consecuencia, reducir la eficiencia en la utilización de la proteína. Mutsvangwa et al (1999), evaluaron el efecto de la adición de cloruro de amonio a hepatocitos de ovejas aislados sobre el flujo de aminoácidos hacia los dos átomos de nitrógeno de la urea, con lo que pudieron establecer el uso preferencial del amonio para proveer estos dos átomos a través de la vía del aspartato y la del carbamoil fosfato. Los autores encontraron, además, evidencia que demuestra que la detoxificación del amonio hacia urea estimula el catabolismo de la metionina lo que implicaría que en rumiantes alimentados con dietas que contengan altos contenidos de proteína degradable en rumen, como es el caso de las vacas lactantes en los sistemas especializados basados en pasto kikuyo (Pennisetum clandestinum), se podrían presentar limitaciones para cubrir los requerimientos por este aminoácido. Esto implicaría, así mismo, que los requerimientos por este aminoácido podrían ser comparativamente más altos, bajo estas condiciones de alimentación, que en aquellas basadas en ensilaje de maíz y alfalfa como las que predominan en Norteamérica. Si a esto se le suma el hecho de que el aporte de este aminoácido en las condiciones de alimentación que predominan en Antioquia para ganado lechero es bajo con relación al aporte de lisina (ver tabla 13), refuerza aún más la idea de que se trata del aminoácido más limitante para la producción de proteínas lácteas en estas condiciones de alimentación.

La síntesis de proteínas de exportación en el hígado (apoproteínas, albúminas, fibrinógeno, etc) que puede alcanzar 120 g/día en una vaca en producción, presentan altas cantidades de histidina y fenilalanina afectando la disponibilidad de estos aminoácidos para los tejidos extrahepáticos (Lapierre y Lobley 2001).

En general, se reconoce que en el hígado se remueve una mayor cantidad de aminoácidos no esenciales dada su participación en gluconeogénesis (Lapierre et al 2000; Reynolds et al 1994). Galvis et al (2003) realizaron biopsias hepáticas a un grupo de 10 vacas Holstein de un hato lechero del municipio de San Pedro de los Milagros (Antioquia) y encontraron una relación positiva entre la actividad de la enzima fosfoenolpiruvato carboxikinasa y la concentración plasmática de nitrógeno ureico sugiriendo que los aminoácidos gluconeogénicos se constituyeron en una fuente importante para la síntesis de glucosa. Alanina y glicina son los aminoácidos removidos en mayor cantidad por el hígado seguidos por la glutamina, mientras que los aminoácidos de cadena ramificada y la leucina son removidos en baja cantidad (Reynolds et al 1994). De esta manera, luego de su paso por el hígado es mayor la cantidad de aminoácidos de cadena ramifica, lisina y glutamato disponibles para los tejidos periféricos, incluida la glándula mamaria, que los demás aminoácidos (Reynolds et al 1994). Reynolds et al (1988) estimaron que el hígado puede remover en promedio hasta el 42% de los aminoácidos en vacas lactantes produciendo 32 litros de leche. Blouin et al (2002) encontraron que la utilización neta de los aminoácidos absorbidos en la vena porta a su paso por el hígado varía desde valores tan bajos como 4% para la Lisina hasta el 83% para la Glicina sin que los resultados se vieran afectados por el nivel de suministro de proteína metabolizable, excepto en el caso de la glicina (p<0.07) cuya extracción fue muy alta (83%) cuando el suministro de proteína metabolizable fue alta, pero presentando muy baja extracción (11%) cuando el suministro de proteína metabolizable fue baja.

El hígado parece jugar un papel muy importante en el mantenimiento del perfil de aminoácidos en la sangre periférica removiendo los aminoácidos que se encuentren en exceso (Lapierre et al 2000).

Resumiendo, al igual que la mucosa intestinal, el hígado remueve gran cantidad de aminoácidos no esenciales siendo un importante modulador del perfil de aminoácidos absorbidos en el intestino determinando, en última instancia, la cantidad de aminoácidos disponibles para los tejidos extrahepáticos incluida la glándula mamaria. La extracción de aminoácidos por el hígado varia entre el 25 y 50% de los aminoácidos que ingresan variando ampliamente entre cada aminoácido.

Metabolismo del nitrógeno en tejidos extrahepáticos

En términos cuantitativos, los tejidos periféricos (músculos, huesos, tejidos adiposo, piel) juegan un papel de menor importancia en el metabolismo del nitrógeno que el que representan la mucosa intestinal y el hígado. Así, aunque la canal (músculos, huesos y tejido adiposo) y la piel en su conjunto representan entre el 80 y 90% del peso corporal utilizan menos del 50% del consumo total de energía en un rumiante en descanso (Harris y Lobley 1991). En términos generales, la tasa fraccional de síntesis de proteínas en mucho mayor en el intestino de ovejas (50%/d) (Lobley et al 1994) que en los músculos (3 - 4 %/d) (Lobley 1993). Los tejidos periféricos, sin embargo, son el principal sitio de acumulación de nutrientes y, por lo mismo, de movilización de estos. Komaragiri y Erdman (1997) encontraron que la movilización de proteínas corporales en vacas Holstein recién paridas fue de 21 kg hasta la quinta semana post parto lo que significa una movilización de 0.6 kg/día. Dicha movilización de proteínas, particularmente aquellas provenientes del tejido muscular, apoya al direccionamiento de nutrientes hacia la glándula mamaria al inicio de la lactancia (Bell et al 2000; Bauman 2000). De manera similar, bajo condiciones de subalimentación la movilización de proteínas de almacenamiento menos importantes para la conservación de la vida (músculo) pueden ser utilizadas para conservar la estructura y función de órganos vitales (hígado, riñones, sistema cardiovascular) (Lobley 2003). Los mecanismos que subyacen al direccionamiento de nutrientes hacia la glándula mamaria durante la lactancia ha sido discutido durante más de dos décadas (Bauman y Currie 1980; Bell 1995; Grummer 1995; Drackley 1999; Bauman 2000).

Reynolds et al (1994) reportaron que, en promedio, el 36% de los aminoácidos que escaparon a la extracción hepática fueron recuperados en la proteína de la leche. En el caso de los aminoácidos esenciales, este valor es más alto aunque existen marcadas diferencias entre ellos. Los datos reportados por Lobley y Lapierre (2001) da luces al respecto (tabla 15).

Tabla 15.  Relación entre la absorción intestinal, el suministro post hepático, la extracción por la glándula mamaria y la aparición en proteínas lácteas de algunos aminoácidos esenciales en vacas lactantes.

 

His

Leu

Lys

Met

Phe

Thr

Absorción intestinal, A

37

116

108

32

85

63

Suministro post hepático, H

26

138

111

22

43

58

Extracción en glándula mamaria, G

28

118

104

27

50

47

Producción en leche, L

22

81

69

23

41

37

Eficiencia L : A

0.59

0.70

0.64

0.72

0.48

0.59

Eficiencia L : H

0.85

0.59

0.62

1.05

0.95

0.64

Tomado de Lobley y Lapierre (2001)

En la tabla 15 se aprecia que la eficiencia con la que los aminoácidos disponibles a nivel post hepáticos son incorporados en la leche (Eficiencia L : H) varía entre 0.59 para la leucina y alrededor de 1.0 para metionina y fenilalanina. La eficiencia de la histidina es también alta (0.85) y este aminoácido junto con tirosina, metionina y fenilalanina que son liberados a nivel post hepático, son utilizados para la síntesis de proteínas lácteas con una eficiencia cercana al 100%. Por tal razón, la disminución en la disponibilidad post hepática de cualquiera de estos aminoácidos, es decir, un incremento en la extracción hepática, afectará la síntesis de proteínas lácteas (Lapierre et al 2000). La menor eficiencia observada en otros aminoácidos estaría indicando que estos son utilizados en el metabolismo de tejidos extrahepáticos, incluido el de la glándula mamaria (Bequette et al 1997).

Metabolismo del nitrógeno en la glándula mamaria

Aunque los procesos metabólicos más importantes de la glándula mamaria involucran la síntesis y excreción de los componentes de la leche, estos dependen del buen funcionamiento de los tejidos mamarios. Los tejidos de la glándula mamaria están conformados por células secretoras y no secretoras las cuales sufren procesos de crecimiento, diferenciación y apoptósis a lo largo de la lactancia y el periodo seco (Capuco et al 1997). Irónicamente, a pesar de la importancia que representa la glándula mamaria en la industria lechera mundial, se conoce poco acerca de sus procesos fisiológicos durante el periodo seco y la lactancia. Es muy limitada la información que se tiene acerca de la extensión en la involución, crecimiento y diferenciación que ocurre en la glándula mamaria de los bovinos durante estos periodos (Capuco et al 1997; NRC 2001). Al igual que el crecimiento del útero grávido, el de la glándula mamaria se incrementa dramáticamente durante las últimas semanas de la gestación (Capuco et al 1997) existiendo, además, una fuerte interacción entre el desarrollo del útero grávido y el de la glándula mamaria mediado por el láctogeno placentario, los estrógenos y la progesterona (Bauman y Currie 1980). No existen, sin embargo, datos suficientes que permitan establecer el uso de nutrientes para el desarrollo de la glándula mamaria ni la forma en que se resuelve la distribución de los nutrientes entre el desarrollo de la glándula mamaria y el del útero grávido (NRC 2001).

La glándula mamaria recibe el perfil de aminoácidos que resulta de los procesos acumulados desde el consumo mismo de proteína hasta el metabolismo de los aminoácidos en tejidos extrahepáticos, como fue reseñado previamente. El porcentaje de extracción de aminoácidos por la glándula mamaria es muy variable tanto entre aminoácidos como dentro de un mismo aminoácido dependiendo de la dieta recibida. Así, por ejemplo, para la serina se han reportado valores tan bajos como 0,7% en una dieta basada en ensilaje de pastos y cebada (Korhonen et al 2002) hasta valores tan altos como 39.9% en una dieta basada en alfalfa y maíz hojuelado al vapor (Tagari et al 2004). Otro aminoácido que muestra alta variabilidad es la asparagina mientras que el glutamato, la alanina y el aspartato muestran baja variabilidad (tabla 16).

Tabla 16.  Porcentaje de extracción de aminoácidos por la glándula mamaria en vacas alimentadas con diferentes dietas

 

Control1

FM1

SBM1

CGM1

SFC1

SRC2

C. V.

Arg

24.8

27.4

37.4

30.2

50.1

42.5

27.50

His

49.9

51.4

36.1

49.3

38.4

28.7

21.88

Ile

31.8

30.8

34.6

44.9

39.9

35.4

14.66

Leu

54.6

49.4

53.2

40.8

46.7

41.6

12.10

Lys

51.7

44.9

47.6

60.3

62

56.5

12.84

Met

39.1

35.5

58.2

53.3

60.1

68

24.15

Phe

29.8

41.5

41.8

35.3

49.5

41.4

16.77

Thr

18.3

18.9

22.1

25.4

37.3

29.8

28.75

Trp

11.9

16.7

21.7

3.5

14.2

16.9

43.51

Val

25.9

19.6

26

29.9

24.9

20.8

15.40

Ala

10.2

9.4

10.6

11.5

12.6

10.7

10.19

Asn

13.6

21.7

17.4

18.7

58.8

55.7

66.28

Asp

34.6

40.9

43.2

39.3

45

36.6

9.84

Cys

5.5

2.8

4.5

3.8

5.3

1.9

35.78

Gln

9.3

19.4

21.8

19.4

15.1

19.3

25.97

Glu

71.1

75.5

68.9

75.4

71.1

63.4

6.36

Gly

1.3

3.4

6.5

2.3

0.9

2.8

70.00

Pro

12.7

18.6

12.2

10.7

19.7

17.9

25.24

Ser

0.7

7.1

13.1

9.8

39.9

37.3

91.76

Tyr

25.7

37.4

35

29.3

40

31.4

16.07

1Korhonen et al 2002: Control: basada en ensilaje de tres pastos y cebada en una relación 55 : 45 con13.4% de PC; FM: control + torta de pescado con 17% de PC; SBM: control + torta de soya con 17% de PC; CGM: control + gluten de maíz con 17% de PC;
2
Tagari et al 2004: SFC: maíz hojuelado en vapor; SRC: maíz rolado en vapor.

Bequette et al (1997) trabajando con cabras lactantes, también reportaron una alta variabilidad en la partición de los aminoácidos plasmáticos hacia la glándula mamaria. En su trabajo encontraron que menos del 20% de la histidina, serina y fenilalanina plasmática fueron dirigidas hacia la glándula mamaria; entre el 20 y el 30% de arginina, treonina, tirosina y leucina fueron particionadas hacia la glándula mamaria; y entre el 30 y 40% prolina, isoleucina, lisina y valina fueron dirigidos hacia la glándula mamaria. Así, en promedio, el 25% de los aminoácidos plasmáticos se dirigieron hacia la glándula mamaria. Dentro de la glándula mamaria, la partición de los aminoácidos entre la síntesis de proteínas lácteas y otras funciones metabólicas también varía entre aminoácidos. Arginina, prolina, fenilalanina, tirosina, histidina y treonina presentan una menor actividad metabólica en la glándula mamaría siendo utilizados principalmente en la síntesis de proteínas lácteas. Al contrario, valina, isoleucina y leucina, tienen una mayor participación en procesos metabólicos de la glándula mamaria diferentes a la síntesis de proteínas lácteas (Bequette et al 1997).

Existen muchas dificultades para interpretar y comparar estos datos debido en primer lugar a que los aminoácidos no solo son transportados en el plasma sanguíneo, si no, además en los glóbulos rojos existiendo una pobre correlación entre la extracción de aminoácidos desde el plasma sanguíneo con la extracción de aminoácidos desde la sangre entera (Hanigan et al 1991). Así, los resultados del trabajo de Korhonen et al (2002) y de Tagari et al (2004) presentados en la tabla 16, fueron obtenidos con base en el análisis de aminoácidos en plasma sanguíneo. Así mismo, los resultados del trabajo de Bequette et al (1997) reseñados previamente, también fueron a partir del análisis de aminoácidos en plasma sanguíneo.

En segundo lugar, ha sido demostrado que el aporte de aminoácidos ligados a los péptidos que son extraídos por la glándula mamaria, es cuantitativamente muy importante. Tagari et al, (2004) reportaron una significativa correlación entre la extracción por la glándula mamaria de la mayoría de los aminoácidos y su incorporación en proteínas de la leche. Solamente glutamina, glicina y serina estuvieron pobremente correlacionados. Sin embargo, cuando se incluyeron los aminoácidos ligados a los péptidos extraídos por la glándula mamaria, las correlaciones se modificaron. Así, se mejoraron las correlaciones para arginina, histidina, lisina y metionina pero disminuyeron para isoleucina, leucina, fenilalanina, triptófano y valina.

Los resultados de Tagari et al (2004) presentados en la tabla 16 corresponden únicamente para aminoácidos libres así como los resultados de los trabajos de Korhonen et al (2002) y de Bequette et al (1997).

Finalmente, cabe resaltar los resultados del trabajo de Black et al (1990) quienes estimaron la tasa y la extensión de la oxidación de 20 aminoácidos en vacas lactantes. Estos autores encontraron que solamente cuatro aminoácidos - glutamato, aspartato, alanina y glutamina - fueron oxidados intensamente (ver figura 5) y que la extensión en su oxidación es comparable a la obtenida en ácidos grasos volátiles.

Adaptado de Black et al (1990)

Figura 5. Porcentaje de oxidación hasta CO2 de 20 aminoácidos en vacas lactantes

La oxidación observada en los demás aminoácidos fue significativamente más baja, indicando, presumiblemente, una mayor disponibilidad en el tiempo, para ser utilizados en la síntesis de proteínas. Histidina y treonina fueron los aminoácidos que mostraron la menor extensión en su oxidación hasta CO2.

En cuanto a la tasa de oxidación, Black et al (1990) reportaron que la aparición de CO2 luego de la infusión de los aminoácidos marcados, fue más rápida en alanina y aspartato (menos de un minuto) que en arginina (casi tres minutos), representando el nivel de complejidad de las reacciones catabólicas que se presenta en cada caso.

Los resultados de Black et al (1990) indican que los aminoácidos esenciales presentan una vida media más prolongada en el animal que los aminoácidos no esenciales lo que, desde el punto de vista de la economía del N, es de suma importancia para el rumiante. Muy probablemente tanto la extensión como la tasa de oxidación de los aminoácidos puedan ser utilizadas como estimadores del requerimiento por parte del animal. Sin embargo, es necesario señalar que los resultados del trabajo de Black et al (1990) presentan un sesgo muy importante para ser utilizados como estimadores de la oxidación de estos aminoácidos en el animal ya que estos fueron introducidos en la vena porta y excepto en el caso de la glutamina (Wu y Morris 1998), los demás aminoácidos que viajan en la sangre presentan muy baja extracción por el epitelio intestinal y, como fue señalado previamente, entre el 30 y el 80% de los aminoácidos absorbidos en el intestino son metabolizados allí mismo (Tagari y Bergman 1978) y cerca del 80% de la producción de CO2 de las vísceras que drenan al sistemas porta (VDP) proviene del catabolismo del glutamato y el aspartato (Seal y Parker 2000).


Conclusiones


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Received 15 December 2005; Accepted 4 January 2006; Published 23 March 2006

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