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Condensed tannins (CT) are complex substances (plant polyphenols) which combine with proteins and other polymers to form stable complexes according to concentration, structure and molecular weight. CTs are secondary compounds that occur in temperate forage plants. Concentrations of CT range from 0,01 to 10 % of dry matter (DM). Diets with tannin concentrations of 2 to 4 % of DM enhance nutritive value, productive and sanitary performance of grazing animals, for example cultivars of Lotus pedunculatus and Lotus corniculatus gave improved daily live weight gain and sanitary aspects, it is possible that CT concentrations improved the efficiency of nitrogen digestion. Cold-soluble Quebracho extract has been used as the source of condensed tannins to reduce the level of parasitism and improve the performance of animals infected with internal parasites. The possibility exists that in species like sulla (Hedysarium coronarium) there are direct effects of TC. It will be necessary to investigate the anthelmintic properties of forage species with adequate tannin levels for reducing both parasitism losses as well as the use of chemical anthelmintics.
Los Taninos Condensados (TC) son sustancias de naturaleza compleja con capacidad de reaccionar con macromoléculas y proteínas del forraje, según su concentración, estructura química y peso molecular. Se encuentran comúnmente en las especies forrajeras de la zona templada utilizadas en los sistemas de producción pastoril. La concentración en estas especies es muy variable: 0,01 a 10% de la materia seca (MS). Sin embargo, en un rango de concentración de 2-4 % de la MS, producen cambios a nivel nutricional productivo y sanitario en los animales que los consumen en sus dietas. Algunas especies forrajeras como Lotus. pedunculatus variedad Maku y Lotus corniculatus variedad Goldie han provocado mejoras en aspectos productivos (aumentos en la ganancia de peso) y sanitarios cuando intervienen los taninos, debido probablemente a una mayor disponibilidad proteica. También se ha encontrado respuesta a los taninos presentes en otras fuentes, como los extractos de quebracho debido a mejoras en la resistencia de los animales afectados por parasitosis gastrointestinales (GI). No se descartan acciones directas de los TC presentes en algunas especies forrajeras como sulla (Hedysarium coronarium). Resulta interesante la incorporación de especies forrajeras con una adecuada concentración de TC dentro de los sistemas de producción, para disminuir las perdidas productivas originadas por las parasitosis gastrointestinales y reducir el uso de antihelmínticos.
Los sistemas de producción de carne basados en el pastoreo directo de los animales, además de ser económicos y sostenibles desde el punto de vista de los sistemas, permiten lograr productos de mejor calidad para el consumo humano.
La eficiencia de la conversión del alimento consumido está relacionada principalmente con su valor nutritivo, las condiciones sanitarias, factores climáticos y ambientales. Los parásitos gastrointestinales constituyen una de las limitantes sanitarias más importantes de los sistemas de producción de carne. Existe abundante información sobre el efecto negativo de los parásitos, pero poco se conoce sobre cómo reducir las pérdidas con medidas alternativas al uso de antihelmínticos cuya utilización excesiva ha generado problemas de resistencia. En los sistemas de producción de carne pastoriles, conformados sobre la base de especies forrajeras templadas, es posible reducir el uso de antihelmínticos y limitar las pérdidas producidas por las parasitosis gastrointestinales (Robertson y col 1995). En estos sistemas es posible implementar programas sostenibles de control de parásitos, que incrementen la salud de los animales, conserven los recursos y protejan el medio ambiente.
En la naturaleza y dentro de los forrajes utilizados en los sistemas de producción de diferentes regiones del mundo, existen macromoléculas complejas capaces de interferir en los procesos digestivos afectando el consumo, el crecimiento y hasta el valor nutritivo de los mismos. Estas moléculas son conocidas genéricamente con el nombre de taninos. Existen dos tipos de taninos Hidrolizables (TH) y Condensados (TC), siendo éstos últimos los que poseen mayor capacidad de interactuar con otras moléculas afectando a la producción animal.
En la actualidad, existe un reciente interés en TC como integrantes de las dietas de rumiantes, debido a los beneficios potenciales sobre el valor nutritivo de la dieta y la salud animal. Según su concentración en el forraje, las respuestas obtenidas fueron diferentes. Así a altas concentraciones (5-10 % de la materia seca), deprimen el consumo y la digestibilidad del forraje. Mientras que a menor concentración (2-4 % de la materia seca), podrían disminuir las pérdidas de la proteína de la ingesta producida por la proteólisis por los microorganismos del rumen e incrementar la absorción intestinal de las proteínas (Waghorn y col 1997).
Desde el punto de vista de la salud animal, la disminución
de los efectos provocados por la acción de los parásitos,
por una parte, y el mejoramiento del estado general de los
individuos por otra, originaron diferentes investigaciones
tendientes a esclarecer dichos efectos y en tratar de explicar los
procesos intervienientes (Terrill y col 1992a; Niezen y col 1993;
Niezen y col 1995). Para ello, se han probado distintas especies
forrajeras algunas existentes en nuestro país, como el Lotus
(Lotus corniculatus), y otras exóticas del género
Lotus (Lotus pedunculatus), sulla (Hedysarum
coronarium), llantén (Plantago lanceolata), raigras
perenne (Lolium perenne), alfalfa (Medicago sativa).
Estas especies contienen diferentes concentraciones de taninos en
su composición, observándose en alguna de ellas efecto
antihelmíntico (Robertson y col 1995; Hodgson y col
1996).
Los objetivos de esta revisión son describir la composición estructural de los taninos. Determinar las especies forrajeras templadas que contienen taninos. Identificar los efectos nutricionales que producen los taninos en los forrajes y en los rumiantes. Describir la respuesta animal a los taninos de los rumiantes afectados por parasitosis gastrointestinales, en sistemas pastoriles donde participan especies forrajeras templadas, e identificar los posibles mecanismos de acción intervinientes.
Los taninos son compuestos fenólicos secundarios de elevado peso molecular (500 a > 20000) presentes en la naturaleza, que se encuentran frecuentemente en frutas, árboles, en forrajeras templadas principalmente leguminosas, y otras especies como sorgo y maíz utilizadas comúnmente en la alimentación del ganado.
En la naturaleza pueden encontrarse dos tipos de taninos:
condensados e hidrolizables, según su estructura química.
Los TC son polímeros flavonoides, que pueden ser
oxidativamente degradados en ácido a antocianidinas. Los TH
son polímeros de ácido gálico o ácido
hexahidroxidifenólico, ésteres de glucosa y otros
polifenoles. Las principales diferencias estructurales existentes
entre los taninos condensados e hidrolizables afectarían la
actividad de los taninos. Los principales efectos estarían
dados por la interacción con la proteína por parte de los
TC no así con los TH, estos últimos son rápidamente
degradados en grupos fenólicos más pequeños,
incapaces de reaccionar con las proteínas del medio (Hagerman
y col 1992).
Los TC o proantocianidinas, son polímeros de flavonas, que se encuentran presentes en los tallos, las hojas e inflorescencias de diversas especies forrajeras. Este grupo de taninos interactúan con las proteínas formando complejos. En general, esta interacción es muy selectiva teniendo especial afinidad por aquellas de cadenas más largas y con prolinas ricas en proteínas. Producto de esta interacción las proteínas precipitan a un pH cercano a su punto isoeléctrico. La facilidad de los TC de formar esos complejos es el aspecto más importante en sus efectos nutricionales y toxicológicos. La proteína no es degradada en el rumen, pero está disponible para la digestión en el abomaso e intestino delgado. En un rango de pH de entre 5 y 7,5 en el rumen, la proteína permanece unida a los taninos, pero a pH bajos (pH < 3,5) la proteína es liberada.
Los taninos condensados se encuentran principalmente en plantas dicotiledóneas, las plantas herbáceas tienen a menudo TC en las semillas, por ejemplo alfalfa, semillas de algodón, porotos y en los pétalos de las flores. Las especies templadas contienen los TC en el follaje como el género Lotus y la especie Sulla (Hedysarium coronarium), (Waghorn y col 1997).
La cantidad y el tipo de taninos sintetizados por las plantas
varían considerablemente dependiendo entre otras cosas de la
especie, el cultivar, tejido, el estado de desarrollo y las
condiciones ambientales. Por lo tanto, el estudio de los efectos
nutricionales de los taninos en los animales requiere de la
cuantificación de los mismos para cada dieta en particular, de
la estructura química y de la fisiología del animal en
estudio (Barry y Manley 1984).
En general, la concentración de los taninos presentes en la naturaleza muestra una gran variabilidad. En la tabla 1 se presentan las especies agrupadas según diferentes rangos de concentración de taninos. Esta variación esta dada por la especie fundamentalmente y por los diferentes órganos que componen la planta.
Tabla 1. Clasificación de las especies forrajeras de clima templado según la concentración de taninos presentes en su composición |
|
Especies |
Concentración de taninos totales en la planta, % MS. |
Lotus grande (Lotus pedunculatus) |
5,0-7,7 |
Sulla (Hedysarium coronarium) |
4,5 |
Trébol pata de pájaro (Lotus corniculatus) |
2,0-4,7 |
Raigrás perenne (Lolium perenne) |
0,8-1,0 |
Llantén (Plantago lanceolata) |
0,8-1,0 |
Achicoria (Cichorium intybus) |
<0,2 |
Holcus lanatus |
<0,2 |
Trébol blanco (Trifolium repens) |
<0,2 |
Trébol rojo (Trifolium pratense) |
0,17 |
Alfalfa (Medicago sativa) |
0,05 |
Terrill y col. (1992b); Barry y McNabb (1999) |
Douglas y col (1993) determinaron en distintas especies forrajeras la concentración de taninos totales en los tallos y en las láminas de las hojas, expresada como porcentaje de la materia seca de la especie forrajera considerada. Así encontraron que cuando se trata de especies con alta concentración de taninos (5-8% de MS) las hojas y tallos tienen concentración semejante y cuando la concentración es baja (<2% de la MS) la lámina de la hoja posee entre 2 a 5 veces más que en otros órganos de la planta como por ejemplo los tallos.
La capacidad de los TC para unirse a otras moléculas constituye el aspecto más importante para comprender los efectos que se les atribuyen sobre los procesos de digestión. Debido a su estructura química poseen la capacidad de unirse a diferentes compuestos como proteínas, polisacáridos, minerales, carbohidratos, celulosa, células de las membranas bacterianas y enzimas involucradas en la digestión de los compuestos antes mencionados.
Durante estos procesos, los taninos pueden tener efectos positivos y negativos sobre el valor nutritivo de los forrajes según la concentración en la que se encuentren. Así, a altas concentraciones, 6-10% de la MS deprimen el consumo voluntario y la palatabilidad de las especies forrajeras. También reducen la digestibilidad: de la materia seca, de la materia orgánica, de la fibra, de la proteína, y de los carbohidratos y por consiguiente afectan negativamente el desempeño productivo de los animales (Barry y col 1986; Reed y col 1990).
En moderada y baja concentración, (2-4 % de la MS), su
efecto es beneficioso, previenen infecciones y aumentan la
distribución de nitrógeno no amónico y de los
aminoácidos esenciales desde el rumen (Barry y Manley 1984; Mc
Nabb y col 1993).
La presencia de TC en leguminosas puede disminuir el consumo de
las mismas por actuar sobre la palatabilidad de estas especies,
afectando la digestión. La formación de complejos entre
las proteínas salivales y taninos provocan una sensación
de astringencia que pueden aumentar la salivación disminuyendo
la palatabilidad de las especies (Waghorn et al1994).
Sin embargo, estos efectos parecen estar más sujetos a los
efectos propios del funcionamiento del rumen y del intestino. Los
TC parecen reducir la tasa de fermentación provocando efectos
sobre el llenado del rumen (Waghorn et al 1994), hasta
situaciones más severas en las que se reduce la digestión
de la fibra y del nitrógeno. También pueden reducir la
digestibilidad de las células de la pared por adherirse a
enzimas bacterianas o por formar complejos indigestibles con
carbohidratos estructurales (Reed 1995).
Experimentalmente estos efectos pueden revertirse cuando se le
suministra PEG (propilen glicol) a la dieta de los animales
afectados que actúa acomplejando los taninos de la dieta y
evitando que estos se unan a las proteínas, siempre que se
realice dentro de los treinta minutos posteriores a la
formación de los complejos.
El crecimiento animal es una medida indirecta del total consumido y la disponibilidad de nutrientes de la dieta. En animales que fueron alimentados con Acacia siberiana y Acacia nilotica, con elevadas concentraciones de TC en su composición, se observaron efectos negativos en cuanto a crecimiento, presumiblemente originado por una combinación de un consumo reducido con una baja digestibilidad de proteína (Reed 1995). Sin embargo, además de los efectos ya mencionados existe una correlación positiva entre la concentración de taninos y la hormona de crecimiento (GH), que aumenta la retención de Nitrógeno por un lado y el "turnover" de los lípidos por el otro. Cuando los complejos taninos proteínas se digieren, reaccionan con las proteínas de la pared del intestino y estimulan la secreción de (GH). Estos efectos pudieron revertirse con la administración de PEG, con afinidad por los taninos (Mangan 1988).
Para Waghorn y Shelton (1997), el trébol pata de
pájaro produce efectos negativos sobre el valor nutritivo de
los forrajes. En ensayos producidos in vitro donde esta
especie se mezclaba en una proporción de 1:2, se produjo la
precipitación del 50% de la proteína soluble y la
inhibición de la conversión neta a amonio. Sin embargo,
cuando fue suministrado a ovinos se observó poco efecto de los
TC sobre la función ruminal. Por otro lado cuando el
trébol pata de pájaro, se suministraba solo, los TC
redujeron la concentración de amonio en el rumen y la
digestibilidad del Nitrógeno en 7-8 puntos. Esta diferencia
entre los resultados observados in vitro e in vivo
sugiere la necesidad de no extrapolar los resultados obtenidos
entre las dos metodologías utilizadas.
En general los forrajes con una elevada
concentración de TC se asocian con la baja palatabilidad, bajo
consumo y un escaso desempeño productivo de los animales
afectados. Si bien el bajo consumo puede ser consecuencia de una
disminución de la palatabilidad, también podría ser
debido a un desmejoramiento de la función ruminal, o a una
disminución del apetito originada por una baja
concentración de nitrógeno (Waghorn y col
1997).
Los efectos positivos son de importancia práctica para la
producción, para subsanar problemas asociados a las
proteólisis indiscriminadas que ocurren en el organismo.
Diversos trabajos (Barry y Mc Nabb 1999; Douglas y col 1993;
Fraser y col 1997; Montossi y col 1997) sugieren que existe un
rango de concentración de TC (2-4% de la materia seca) optima,
dentro de la cual no se deprime ni la digestión ni el
desempeño productivo animal.
Los taninos afectan el metabolismo proteico, precipitando las
proteínas provenientes de la ingesta, y aumentando su pasaje
hacia el intestino delgado donde son absorbidas.
La estabilidad de los complejos taninos/proteína ha sido
probada in vitro para la caseína; esta proteína
de estructura lineal, es degradada rápidamente en el rumen y
menos del 10% de ella llega al duodeno. Sin embargo, Ferguson y col
1967 (citado por Mangan 1988), encontraron que protegiendo a la
caseína con sustancias como formaldehído de la
degradación microbiana duodenal, se incrementaba la
producción de lana en los animales bajo tratamiento. La
fracción más abundante de proteína que se encuentra
en el forraje es la 1(F1) (ribulosa- 1,5 bifosfato oxigenasa-
carboxilasa EC4.1.1.39), que al igual que la caseína es
rápidamente degradada en el rumen, viéndose afectada del
mismo modo que esta.
Con respecto a los aminoácidos, se observó que para la
especie trébol pata de pájaro con una concentración
2,2% de taninos en la dieta, los TC aumentaron la absorción de
aminoácidos esenciales (AAE) en un 60%, disminuyendo en un 10%
a la absorción de los no esenciales (AANE) (Waghorn y col
1997, Montossi y col 1997). Con una concentración de 1.8 % en
la dieta, se vio afectada la función ruminal,
traduciéndose en una reducción en la digestibilidad del
nitrógeno, asociado a una menor concentración de amonio
ruminal y menor concentración de ácidos grasos
volátiles. Estos hechos pusieron de manifiesto la
reducción en la degradación de las proteínas
provenientes del forraje consumido.
Waghorn y Shelton (1995), midieron el efecto de los taninos
presentes en lotus grande con capacidad para precipitar las
proteínas observando una disminución de la digestibilidad
del nitrógeno de la dieta en un 13%. Esta fue asociada a una
menor concentración ruminal de amoniaco, y de ácidos
grasos volátiles, indicando una reducción en la
degradación ruminal de proteínas de la dieta y aumentando
por consiguiente su absorción intestinal.
Asimismo, los taninos poseen la capacidad de unirse a las
proteínas de otras especies provenientes de la ingesta
precipitándolas. Este efecto se ha comprobado para el caso de
la alfalfa tanto in vivo como in vitro. Wang y col
(1996), evaluerón los taninos presentes en el trébol pata
de pájaro, y concluyó que la mejor producción
de ovejas que pastorearon Lotus en contraste con alfalfa se
debió a que los TC del Lotus complejaron las proteínas y
facilitaron la absorción de aminoácidos específicos
(valina, leucina, arginina y lisina) en el intestino delgado.
Consecuentemente hubo una menor concentración de ácidos
grasos volátiles, producto de una menor desaminación a
nivel ruminal.
Con respecto a la absorción de los AAE, existe una relación lineal positiva entre la concentración de TC en la dieta y el pasaje de nitrógeno no amónico (NNA) duodenal dentro de un determinado rango. Aún así existe una diferencia entre especies, para el género Lotus la diferencia fue a favor del lotus grande en un + 59%, en relación a un +53% para el trébol pata de pájaro, pero solo el 10 % de este fue absorbido, el restante se eliminó por vía fecal.
La interacción de los TC con proteínas y carbohidratos, que ocurre en el rumen puede comprenderse con el concepto de "taninos libres". Este concepto se define como: la cantidad de taninos que sometidos a elevados niveles de centrifugación, no precipitan. La formación de los complejos Taninos-Proteínas ocurre hasta un punto de saturación, a una concentración de TC por encima del 90%, la adición de más taninos no favoreció la formación de más complejos. Esto ocurrió con las proteínas de la ingesta proveniente de un pastoreo de Lotus sp. (Barry y Mc Nabb 1999).
Luego una determinada proporción de taninos no logra conjugarse, y permanece como TC libres, pudiendo unirse a enzimas microbianas inactivas y reduciendo también de este modo la digestión de los carbohidratos (Barry y McNabb 1999). Este concepto también permite explicar que en dietas compuestas por diferentes especies con diferentes concentraciones de TC (trazas a moderadas) se pueden lograr efectos beneficiosos intermedios entre aquellas que poseen bajos niveles y las de concentraciones de TC más elevadas, sobre todo cuando la concentración de TC es elevada respecto de la concentración de proteínas en el medio (Douglas y col 1995; Barry y McNabb 1999). Este efecto se observó en leguminosas de origen tropical cuando la fertilidad de los suelos era baja.
Con respecto a la población microbiana se puede establecer
que lo observado varía en función de la especie forrajera
portadora de los taninos. Terril y col (1992a), encontró un
incremento en la población de protozoos ruminales en trabajos
realizados con sulla. Mientras que Wang y col (1996), observaron el
efecto contrario cuando trabajó con el género Lotus.
Algunos trabajos mencionan efectos sobre bacterias ruminales, como
ocurre con el Fibrobacter succinogenes que puede separarse
de la fibra (substrato) como ocurrió en experimentos con
trébol pata de pájaro.
Los TC también aumentan la eficiencia del reciclado de urea
en el rumen, por disminución de la degradación y
desaminación de proteínas disminuyendo el amonio ruminal.
La concentración de nitrógeno ureico, de amonio ruminal,
y la pérdida de nitrógeno fue menor en ovejas que
pastoreaban especies con moderada concentración de taninos en
su composición (Reed 1995).
En general los taninos liberados de la dieta actúan sobre
el conjunto de la ingesta. Ciertas especies como el raigrás
pueden reducir los TC del alimento ingerido y mejorar los efectos
atribuibles a los taninos provenientes de otras especies como por
ejemplo trébol grande. Los TC del lotus afectan la
digestión de todos los demás componentes de la dieta.
Waghorn y Shelton (1995), determinaron que los taninos presentes en
el lotus grande son capaces de afectar la digestibilidad de lotus y
raigrás cuando se suministran juntos.
Sumado a esto, se ha enunciado una variación en la composición de los taninos, aún dentro de la misma especie pero, en distintas variedades. Así se encontraron diferencias en las dos variedades de Lotus analizadas, tal como lo sugirieran Foo y col 1982, (citado por Waghorn y Shelton 1997) quienes encontraron distintos tamaños y composición de la molécula de taninos condensados. Se desconocen mas detalles de los taninos presentes en las especies del género Lotus, sin embargo, se han encontrado diferentes comportamientos referidos a la inhibición de la proteólisis enzimática.
El trébol pata de pájaro ofrecería los mayores
beneficios en cuanto a valor nutritivo, aumentando la
absorción de aminoácidos esenciales en un 60%, sin
disminuir el consumo voluntario ni la digestibilidad como sucede
con el lotus grande. Se ha utilizado en estudios
comparativos con alfalfa, en corderos, en engorde de vaquillonas y
en vacas de tambo, ya sea como pastura o como ensilado mejorando en
todos los casos el desempeño productivo de los
animales.
En general los mecanismos por los cuales se ve afectada la
función ruminal no son claros, se sabe que los taninos
condensados pueden precipitar proteínas, pero se desconoce si
existe algún efecto proteolítico in vivo.
Es bien conocido que en los rumiantes en pastoreo que consumen dietas de alta calidad alrededor del 70% de la proteína ingerida se degrada en el rumen y que el 30% restante escapa al intestino para su absorción (Waghorn y col 1987). Si bien mucha de la proteína que escapa de la desaminación se compensa con la proteína de origen microbiana, la excesiva degradación proteica puede provocar una insuficiente absorción de aminoácidos necesarios para maximizar la producción de animales jóvenes y en crecimiento.
Los diversos efectos de los taninos condensados desde el aspecto
sanitario han sido mencionados en diferentes ocasiones (Niezen y
col 1995; Robertson y col 1995).
En la práctica, los taninos se utilizan para prevenir la
formación excesiva de espuma (timpanismo) en los rumiantes,
disminuyendo la concentración de proteínas en el rumen.
Además reducen la incidencia de las miasis en los ovinos
(ectoparásitos). En diferentes ensayos, se encontró que
ciertas especies forrajeras como el trébol pata de pájaro
reducía la producción de materia fecal, y como
consecuencia de esto disminuyó la incidencia de estos insectos
(Robertson y col 1995).
Con respecto a las parasitosis gastrointestinales, existe suficiente evidencia que responsabiliza a los TC provenientes de la ingesta, como mejoradores del desempeño productivo de animales afectados por las parasitosis gastrointestinales. Es decir, su nivel productivo no se ve afectado por la enfermedad. Este fenómeno recibe el nombre de Resilencia. Fundamentalmente en la especie ovina, es donde más se ha estudiado este fenómeno (Fraser y col 1997; Robertson y col 1995; Niezen y col 1993). La respuesta animal obtenida fue a favor de aquellas especies forrajeras que tienen un rango de concentración moderada de TC (2-5 % de MS, ver tabla 1). Esto se manifestó fundamentalmente en ganancia de peso, y producción de lana donde no sólo se lograron más kilos extras, sino también vellones con mayor diámetro y largo de fibra. Las diferencias encontradas en cuanto a ganancia de peso fueron significativas para la mayoría de los casos analizados, en pastoreos de especies, como sulla, lotus y sus variedades. Así, se encontraron ganancias de 129 g/día en pastoreos de sulla versus 29 g/día en pastoreos de alfalfa, y de 184 g/día con lotus grande y de 33 g/día sobre pasturas de raigrás y trébol blanco. También Niezen y col en 1998, obtuvieron ganancias de peso superiores en pastoreos de lotus (192 g/día) frente aquellos que pastorearon raigrás (35-65 g/día).
Douglas y col (1995), reportaron un aumento en la productividad
(referido a ganancia de peso y producción de lana) de ovejas
en lactancia y sus crías, debido a un aumento en los
ácidos grasos volátiles y a una mayor digestibilidad del
forraje cuando el trébol pata de pájaro era el
único componente de la dieta. Sin embargo, cuando se
suministraba mezclado con otras especies el aumento en
productividad se reducía aproximadamente a la mitad. Hubo una
mejora importante de la ganancia de peso y la producción de
lana de ovejas en lactancia y corderos destetados pastoreando
Lotus versus alfalfa, con alta y casi nula
concentración de taninos respectivamente, y una mezcla de
estas dos, los mejores resultados se obtuvieron sobre el
Lotus (265 g/día versus 65 g/día) seguido por la
mezcla de ambas (115 g/día). Con respecto a la producción
de lana se observó la misma tendencia, siendo mayor sobre
Lotus que sobre alfalfa e intermedia cuando se pastoreó
la mezcla de ambas.
Esta misma tendencia se manifestó cuando las
categorías utilizadas en los ensayos eran ovinos (adultos) en
lactancia, y animales en crecimiento (engorde) (Scales y col 1995;
Waghorn y col 1987; Waghorn y col 1995; Niezen y col 1995; Niezen y
col 1996; Niezen y col 1998). En estos últimos debido a la
etapa fisiológica en que se encontraban, los requerimientos
proteicos fueron mayores. Por lo tanto, se vieron más
afectados por las parasitosis en su nivel
productivo.
Con respecto a las infecciones parasitarias hubo evidencias de
una menor carga parasitaria (número de parásitos
adultos), y un menor conteo de hpg (huevos por gramo), donde 1
huevo equivale a 50 huevos por gramo de materia fecal, siempre
dentro del rango mencionado de concentración de TC. La misma
tendencia se mantuvo en aquellas dietas donde se ha tratado de
igualar el valor nutritivo y la calidad de los recursos, de modo
tal de medir exclusivamente el efecto de los taninos (Douglas y col
1995). Se ha encontrado una disminución de la carga
parasitaria cercana al 50% en especies como sulla y el género
Lotus con respecto a alfalfa y raigrás (Niezen y col
1995), frecuentemente usadas en sistemas de producción
pastoriles. La misma tendencia se encontró comparando
Lotus versus raigrás, 1640 y 3035 de hpg
respectivamente (Niezen y col 1993).
Dentro de las especies de parásitos gastrointestinales que
más afectan la producción ovina y a la que la
mayoría de los ensayos hacen referencia fueron Ostertagia
circumcincta y Trichostrongylus colubriformis, tanto en
infecciones naturales o provocadas artificialmente con motivo de
estudio.
En los ensayos donde se incluye el uso de PEG se han encontrado
resultados variables. Desde mejoras significativas en ganancia de
peso en especies forrajeras como raigrás (62,2 g/día con
PEG versus 33g/día sin PEG), hasta no provocar ninguna
diferencia en cuanto a este mismo parámetro cuando se aplico
en especies como trébol grande. En lo referente al hpg no se
han encontrado efectos contundentes que sugieran alguna respuesta
al uso de estos compuestos (Niezen y col 1993). El total de
nematodes encontrado varió cuando se utilizó el PEG, lo
que podría sugerir alguna acción inespecífica sobre
los parásitos.
Los estudios sobre el efecto de los TC sobre la ganancia de peso
e incidencia de enfermedades parasitarias se han realizado
utilizando en la dieta de los animales especies con capacidad
antihelmíntica y extractos de quebracho.
Niezen y col (1998), trabajaron sobre el establecimiento y la
fecundidad de los nematodes gastrointestinales en corderos que
pastoreaban trébol grande y raigrás separadamente.
Los corderos se infectaron con 10000 larvas de Ostertagia
circumcincta y 10000 Trichostrongylus colubriformis.
En términos generales, encontraron que los que pastorearon
trébol grande tuvieron menor conteo de huevos y menor cantidad
de larvas de Ostertagia. También se identificó el
sexo de las larvas, encontrándose un menor número de
hembras y mayor materia seca en heces que los que pastorearon
raigrás. No se observaron efectos para el caso de los
Trichostrongylus, sugiriendo que el trébol grande puede
afectar el establecimiento o la persistencia de Ostertagia
circumcincta, sin embargo, no se conocen cuales son los
mecanismos involucrados.
Para evaluar la acción de los TC se trabajó en ensayos
donde participaban animales tratados farmacológicamente.
Robertson y col (1995) utilizaron especies como trébol grande,
alfalfa, sulla y trébol pata de pájaro, con
corderos destetados parasitados naturalmente (1403 hpg). Un grupo
fue desparasitado y el otro no. Se evaluó la ganancia de peso,
la producción y diámetro de lana. En cuanto a la
respuesta productiva, en general se obtuvieron las mejores
ganancias de peso en los animales tratados versus los no tratados,
independientemente del recurso utilizado. Dentro de los no tratados
la ganancia fue superior sobre sulla (175,4 g/día). No se
encontraron diferencias significativas en cuanto a la
producción de lana. Con respecto al conteo de huevos, fue
inferior en los corderos que estaban sobre la sulla
coincidentemente con el número de larvas totales.
En otro experimento, Niezen y col (1993) utilizaron corderos
naturalmente parasitados con una carga de baja a moderada, y a su
vez separados en grupos con y sin tratamiento farmacológico.
Los corderos tratados tuvieron mayor ganancia de peso en ambos
recursos sulla y alfalfa, y siempre fue mejor la respuesta en los
pastoreos de sulla.
Se han detectado individuos capaces de desarrollar resistencia a
la infección parasitaria a través del rechazo del
establecimiento larval, deteriorando el desarrollo de las larvas, y
en algunos casos llegando a expulsar en algún momento, a los
ya establecidos. La resistencia se puede lograr desarrollando la
inmunidad local en el intestino que se manifiesta en tres etapas:
disminución de la tasa de establecimiento larval (disminuye la
capacidad de prensión de la larva tres (L3) o infectiva a la
mucosa intestinal), la postura de huevos debido a la reducción
en el número de hembras logran establecerse, y eventualmente
expulsando a las larvas ya establecidas (Dobson y col 1990). En
relación a este mecanismo, niezen y col (1995) trabajaron
también con corderos pastoreando sulla versus alfalfa a los
cuales dosificaron con 20.000 T. colubriformis, y un
grupo fue tratado farmacológicamente. No se encontraron
diferencias significativas en ganancia de peso y producción de
lana dentro de los animales tratados que pastoreaban uno u otro
recurso. Dentro del grupo de los animales no tratados, obtuvieron
una mayor y significativa ganancia de peso a favor de los corderos
que pastoreaban sulla (129g/día vs. -39g/día).
Además, cuando se sacrificaron los animales, en los no
tratados y que pastorearon sulla, el hpg (figura 1), y el
número de T. colubriformis fue menor.
También el grado de resilencia otorgado por una u otra especie
fue calculado en 0.65 y -0.21 para sulla y alfalfa
respectivamente.
Figura 1 . Conteo de hpg en corderos parasitados no tratados
farmacológicamente
pastoreando alfalfa o sulla. (Niezen y col 1995).
Las diferencias encontradas en la producción de huevos en
los distintos recursos forrajeros fueron significativa (P<
0,05). Pero como se ve en la figura 1 el hpg, disminuyó y se
mantuvo bajo hasta la finalización del ensayo, presumiblemente
debido a un efecto de resistencia de los animales afectados a la
infección de los parásitos. El total de parásitos
que se encontraron dentro de las seis semanas posteriores a la
infección fue menor en los que se encontraban pastoreando la
sulla (siendo los valores de 8016 y 19268 para sulla y alfalfa
respectivamente).
Las parasitosis también producen un desbalance proteico severo debido a las lesiones que ocasionan las larvas y en condiciones muy extremas se puede llegar a estados de anorexia (Abbott y col 1988). Esta sintomatología no se encontró cuando la dieta era a base de sulla, pero si en aquellos animales que no se trataron farmacológicamente y cuya dieta principalmente era a base de alfalfa. Probablemente el desempeño productivo de los corderos infectados mejoraría con dietas cuya composición química incluya a los TC.
En estudios similares de rumiantes que consumieron pasturas
consociadas de trébol blanco y raigrás y de sulla, en los
que se midió pepsinógeno plasmático, se obtuvieron
concentraciones más elevadas en aquellos animales que se
encontraban pastoreando la sulla. Coincidentemente con estos
resultados el número de larvas en pastura fue menor en los que
pastoreaban sulla, pero la ganancia de peso no se vio afectada
(Niezen y col 1998).
También en relación a estos hechos, se observó
una reducción en el conteo de huevos en rumiantes destetados
expuestos a parasitosis gastrointestinales y en este caso
suplementados con proteínas protegidas pero en diferentes
concentraciones según los grupos (57% vs.35%). En ambos
tratamientos se observó un pico de hpg similar en número
y periodo de tiempo, aunque disminuyendo rápidamente en los
que tenían mayor nivel de suplementación proteica, por
mejorar presumiblemente la inmunidad de estos últimos. Es
probable que existan mecanismos específicos por los cuales la
sulla aumenta la resistencia a los parásitos GI dentro del
intestino los cuales no se conocen todavía.
En contraposición a lo visto anteriormente, se encontraron
diferentes resultados analizando otras especies forrajeras. Fraser
y col (1997) obtuvieron las mayores ganancias de peso, variables
conteos de hpg y menor cantidad de parásitos adultos en los
corderos que pastorearon achicoria (Cichorium intybus),
trébol blanco, y Lotus sp que en los que
pastorearon llantén (Plantago lanceolata) y
raigrás. Si se observa la composición de las especies
forrajeras, se ve que el contenido de TC es bajo con respecto a las
especies analizadas anteriormente. Probablemente algunas forrajeras
pueden afectar la carga de parásitos adultos en la pastura,
interfiriendo con la dinámica larval.
Hodgson y col (1996) en estudios comparativos entre Holcus lanatus y Festuca arundinacea (festuca alta), no encontraron diferencias significativas en ganancia de peso pero si en producción de huevos de parásitos, que fue menor sobre Holcus que sobre festuca.
Scales y col 1995 observaron que ovinos en pastoreo sobre
especies forrajeras puras, entre ellas achicoria, alfalfa y
raigrás, obtuvieron diferencias en ganancias de peso (311
g/día) y efectos variables sobre los parásitos. La
achicoria y la alfalfa tuvieron menor número en el tracto
digestivo, y de larvas por kg. de materia seca comparativamente con
las otras especies. El conteo de huevos (hpg) en materia fecal fue
menor en los animales que pastorearon achicoria. Los autores
concluyeron que esta especie puede reducir los efectos del
parasitismo en corderos en crecimiento. Sin embargo, la achicoria
tiene alto contenido de carbohidratos solubles y minerales y bajo
contenido de taninos en su composición (Tabla 1), a diferencia
de las otras especies consideradas hasta ahora.
La mayoría de los autores anteriormente citados coinciden
en que la infestación dada por parásitos
gastrointestinales en ovinos y bovinos varía según el
tipo de pastura considerada (Scales y col 1995). Este concepto ha
dado origen a recientes investigaciones en Nueva Zelanda donde es
común el uso de pasturas consociadas de raigrás y
trébol blanco (gramíneas y leguminosas).
Los experimentos anteriormente enunciados ponen de manifiesto
que la producción de animales infectados con parásitos
puede ser mejorada cuando son alimentados con dietas que contienen
las especies forrajeras antes mencionadas. También que la
superioridad productiva de los animales cuya dieta contenía
sulla y lotus se debió probablemente a la presencia de los TC,
basado en que en general se admite el hecho de que estas
moléculas incrementan el pasaje de proteína "by pass",
hacia el intestino delgado, mejorando los procesos productivos.
Otra forma de administrar TC por vía exógena a los
animales para medir efectos específicos es por medio de
extractos. Los más comúnmente utilizados hasta ahora,
son los extractos de quebracho. Los extractos de quebracho (EQ) son
productos comerciales compuestos por una mezcla de fenoles, con una
concentración aproximada de taninos del 50 por ciento. Butter
y col (1998) utilizaron corderos infectados subclínicamente
con T. columbriformis, y diferentes niveles de proteína
cruda (CP) para evaluar el efecto de los extractos de taninos. No
se observaron efectos sobre la ganancia de peso, descartando los
efectos anti-nutricionales de los taninos provenientes del
quebracho. Tampoco se observaron diferencias en el hpg, descartando
de este modo algún efecto sobre la resistencia de los
individuos involucrados. Presumiblemente con bajos niveles de
proteína hubo una priorización destinada a reparar el
tejido intestinal, mientras que con niveles altos mejoro la
respuesta inmune a la infección.
Athanasiadou y col (2001a) desarrollaron ensayos in
vitro evaluando el efecto antihelmíntico directo de los
extractos de taninos sobre parásitos GI adultos
(Trichostrongylus vitrinus, Haemonchus contortus y
T. circumcincta) y de la administración de tres niveles
de extracto de Quebracho (EQ), en ovejas. En los estudios in
vitro no se encontraron claras evidencias de la acción del
quebracho sobre el desarrollo larval (L3), pero sí sobre la
viabilidad de las larvas infectivas,
disminuyéndola. Los ensayos in vivo mostraron que a mayor
concentración de EQ menor conteo de huevos (CHA).
Existirían diferencias entre especies de parásitos
respecto a la susceptibilidad al EQ.
En otro experimento (Athanasiadou y col, 2001) evaluaron el
efecto de los TC (EQ) sobre los parásitos gastrointestinales
(T. colubriformis). En los tratamientos se consideró
consumo ad libitum de alimentos con alta y bajo nivel de
proteína con o sin suplemento de EQ. La suplementación
reduciría el nivel de parasitismo durante el establecimiento
inicial de la larva y cuando la infección está presente.
El alto nivel de proteína mejora la inmunidad y por lo tanto,
reduce el nivel de parasitismo. El nivel bajo de proteína
puede afectar la bioquímica y/o fisiología del intestino
y crea un ambiente inadecuado para el establecimiento y/o
supervivencia de los parásitos. Los autores concluyen que la
relación negativa entre la nutrición proteica y el nivel
de parasitismo no sería lineal. En este ensayo no hubo un
efecto antihelmíntico directo sino una mejora en el nivel
productivo de los animales. Es posible que los TC necesiten
alcanzar un nivel de concentración en el tracto
gastrointestinal del ovino para que sea efectivo en el control de
parásitos.
Los mecanismos que explican la acción de los TC en los
animales afectados por parasitosis gastrointestinales pueden ser
clasificados como de tipo directo (el efecto es sobre el
parásito en sí mismo) e indirecto (afectan el estado
general del individuo y modifican la respuesta del animal a la
enfermedad).
Durante las parasitosis los individuos afectados, manifiestan
dos síntomas bien característicos: uno la
disminución del apetito, el otro, el incremento de los
requerimientos proteicos, este último debido a la pérdida
de nitrógeno por diversas vías (sangre, plasma y epitelio
intestinal). De este modo, un importante número de
proteínas fue necesario para reparar las lesiones que produce
el establecimiento de los nematodes adultos. Según la
severidad del caso, el tejido muscular puede funcionar como fuente
de aprovisionamiento de estas moléculas. Parte del
nitrógeno que se pierde es recuperado, por procesos de
reabsorción no siempre exitosos generándose una
pérdida de aminoácidos específicos. Poppi y col
(1986), encontraron pérdidas del orden de los 20 a 125 g de
proteína cruda por día, en infecciones con T.
colubriformis según el grado de infección. Estas
pérdidas resultaron más severas entre las semanas 10 a la
12 pos infección.
Por otro lado, como ya se ha expuesto anteriormente,
es claro el efecto que ejercen los TC sobre las proteínas,
incrementando el pasaje de estas al intestino delgado donde son
absorbidas como aminoácidos. El pasaje de proteínas hacia
el intestino delgado (duodeno) y la concentración de los TC en
la pastura, es lineal dentro de cierto rango. En especies como
raigrás y trébol blanco con trazas de TC en su
composición, el pasaje de NAN (nitrógeno no amónico)
duodenal es sólo 0,75 % del total del nitrógeno
consumido. En el género Lotus el pasaje aumenta a
medida que la concentración de TC se acerca a los 40 % de MS
(Barry y McNabb 1999).
La unión de los TC a las proteínas depende
del pH, la concentración, la estructura y el peso molecular de
los taninos. Cuando se incrementa la concentración de los
taninos en Lotus (trébol grande y trébol pata de
pájaro) se reduce la tasa de solubilización y
degradación de la "1 leaf proteína" y se aumenta el
pasaje de NAN hacia el duodeno (Barry y Manley 1984; Barry y col
1986, Waghorn y col 1987; Waghorn, y col 1994). Sin embargo, este
mayor pasaje no se condice con una mayor tasa de absorción
intestinal, por el contrario la tasa disminuye aumentando la
pérdida de N por vía fecal (Barry y Manley 1984; Barry y
col 1986; Terrill y col 1992). Sólo para trébol pata de
pájaro se encontró una mayor absorción aparente de
aminoácidos esenciales (AAE), cisteína, (62%) en el
plasma sanguíneo. A concentraciones medias (3-4 % de MS),
aumenta la absorción de AAE en el duodeno. También se ve
disminuida la degradación de los AAE hasta un 50%, y un 14% de
los no esenciales (NAAE) (Waghorn y col 1987).
Abbott y col (1988) sugieren un aumento de la respuesta inmune
como consecuencia de la mayor disponibilidad de proteína, sin
embargo, cuando las especies que se compararon poseían una
composición proteica semejante, la respuesta encontrada fue
diferente, debido a que la tasa de absorción difiere para las
diferentes especies.
De algún modo se podría compensaría la
pérdida de proteínas que provocan las larvas en
parasitosis severas (3-6 g N/día) con la mayor disponibilidad
proteica que se evidencia por los taninos (Poppi y col 1986). Esto
explicaría en parte la mejor ganancia de peso que se obtiene
en los animales con elevada carga parasitaria En parasitosis muy
severas con marcados cuadros de anorexia, donde se encuentra
involucrado el sistema nervioso central y periférico, se
pueden lograr mejoras con suministros de elevados niveles de
proteína en la dieta o suplementando vía
abomasal.
Los TC poseen la capacidad potencial de unirse también a
las proteínas de origen endógeno (epitelio intestinal),
existen evidencias de cambios en la estructura de las vellosidades
intestinales en animales alimentados con mulga (Acacia
aneura) durante periodos muy prolongados (Kahn y Díaz
Hernández, 2000). Por otra parte, se observaron modificaciones
morfológicas y fisiológicas cuando los taninos alcanzaban
concentraciones elevadas a nivel intestinal. También el pasaje
de más proteínas hacia el intestino modifica el pH del
medio (lumen intestinal). Consecuentemente se altera el epitelio de
la pared, afectando de algún modo al establecimiento
larval.
Existen suficientes evidencias que demuestran que los taninos mejoran la producción de carne y lana cuando los animales se encuentran afectados por parasitosis gastrointestinales. Los resultados fueron bien contundentes en animales jóvenes durante la etapa de crecimiento y engorde. Se ha encontrado un mayor efecto en pastoreos de sulla comparativamente con alfalfa. Cuando los animales estaban bajo tratamiento antihelmíntico, en los animales no tratados, la respuesta obtenida cuando pastorearon la especie sulla fue mayor. En estos animales se ha encontrado una reducción del 25 % en el hpg debido a la reducción en la carga parasitaria (Niezen y col 1995).
Podría existir una acción directa de los taninos sobre los parásitos afectando su establecimiento. Estos mecanismos se probaron sobre los nematodes gastrointestinales como Trichostrongylus resultando evidente en dietas compuestas por sulla, y obteniendo resultados similares cuando se utilizó trébol grande versus raigrás con infecciones del género Ostertagia circumcincta (Niezen y col 1998), sin embargo, estos últimos resultados no fueron tan determinantes.
Los resultados de investigación analizados en esta
revisión indican que dietas compuestas por especies forrajeras
que poseen una concentración de taninos de 2 a 4% de la
materia seca, mejoran la productividad secundaria y la salud
animal, no así en concentraciones más elevadas. En
sistemas de producción ecológica sería fundamental
el uso de esas especies dentro de la rotación en los sistemas
de pastoreo para mantener una elevada productividad, limitar el uso
de antihelmínticos y disminuir las pérdidas productivas y
económicas originadas por las parasitosis gastrointestinales.
Además la incorporación de estas especies permitirán
lograr un producto de mejor calidad para el consumo humano acorde a
potenciales consumidores cada vez más interesados en conocer
el origen, el manejo del animal durante el ciclo de
producción, que asegure la calidad del producto
final.
Surge la necesidad de seguir desarrollando métodos suficientemente precisos para determinar en forma fehaciente la concentración de los TC y los mecanismos de acción. Generar líneas de investigación en nuestras condiciones ambientales y que consideren al ganado bovino en la evaluación. Por otra parte, la existencia en el mercado de forrajeras de diferentes cultivares de Lotus corniculatus (especie considerada de interés), ampliaría el estudio mas allá de la especie en particular.
Los autores agradecen la colaboración de los Pedro
Gómez y Michael Wade por su colaboración en este
trabajo.
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Received 11 November 2003: Accepted 25 January 2004