Livestock Research for Rural Development 13 (5) 2001

Citation of this paper

Efecto de la suplementación fosforada sobre el comportamiento posparto de borregas Pelibuey en el trópico

Eduardo J Cabrera Torres, Arturo F Castellanos Ruelas*,
Rubén C Montes Perez* y Roger Delgado De León*

Campo Experimental El Consuelo. Instituto Nacional de Investigaciones Forestales Agrícolas y Pecuarias. SAGARPA. Chetumal, Q. Roo. México.
*Universidad Autónoma de Yucatán (UADY). Av. Juárez 421. Ciudad Industrial.
CP 97288. Mérida, Yuc. México. Tel (9)946.0989
cruelas@tunku.uady.mx

 

Effect of phosphorus supplementation on postpartum performance of Pelibuey ewes under tropical conditions 

Abstract 

The objective of the experiment was to explore the effect of the phosphorus (P) supplementation on Pelibuey ewes, in terms of reproductive activity postpartum. Forty-four pregnant ewes were used and were split into two groups. Twenty three were supplemented with P (E) and 21 without (T). Ewes had a three month pregnancy. All ewes grazed an irrigated paddock of African Star Grass (Cynodon plectostachyus), and received 75 g/day/animal of a balanced feed low in P. The E group received a mineral mixture with 20.9% of Ca and 11.5% of P, the source of P was calcium orthophosphate. The T group received the same mineral mixture but without P, and with 11.5% of Ca. Heat observations were recorded twice a day, using androgenized females and entire males. Females in heat were serviced by natural mating. The lambs received supplementation and were weaned at 90 days. Every 15 days blood samples were taken to determine levels of Ca and P (n=5). After lambing and until oestrus, every 15 days, concentrations of Ca and P in rib number twelve were determined. Grass was sampled every 21 days for Ca and P concentrations. The results did not show differences between E and T (P>0.05) in the time interval from partum to first estrus. The levels and concentrations of Ca and P in serum and bone were similar in both groups. The P supplementation did not affect the lamb live weight at birth neither at weaning. It is concluded that P supplementation did not affect the productivity pospartum of the Pelibuey ewe on pasture. 

Key words: Pelibuey ewes, pospartum, phosphorus.

 

Resumen 

El objetivo del trabajo fue conocer el efecto de la suplementación de fósforo (P) en la dieta de borregas Pelibuey en pastoreo, sobre la actividad productiva y reproductiva posparto. Se utilizaron 44 ovejas con 3 meses de gestación, divididas en dos grupos: 23 suplementadas con sales minerales con P (E) y 21 suplementadas con sales minerales sin P (T). Todos los animales pastorearon en praderas de Estrella de África (Cynodon plectostachyus) bajo riego y recibieron 75 g/animal/día de alimento balanceado con bajo contenido de P con la finalidad de propiciar una buena condición física. El grupo E recibió una mezcla mineral con un contenido de calcio (Ca) de 20.9% y 11.5% de P, la fuente de P fue el ortofosfato de Ca. El grupo T recibió una mezcla mineral sin P y con un contenido de Ca de 11.5%. Se detectó estro dos veces al día. A los animales en celo se les dio monta natural. Los corderos nacidos fueron suplementados y destetados a los 90 días. Se obtuvieron muestras de suero para medir niveles de Ca y P (n=5) cada 15 días después de paridas. Además se tomaron biopsias de costilla, cada 15 días, para determinar concentraciones de Ca y P. El pasto se muestreó cada 21 días para estimar el contenido de Ca y P. Los grupos en estudio no mostraron diferencias (P>0.05) en el intervalo parto-primer celo. Los niveles y concentraciones de Ca y P en suero y hueso fueron similares en ambos grupos. La suplementación fosforada no afectó el peso al nacimiento ni al destete de las crías. Se concluye que la suplementación fosforada no afectó la productividad de la oveja Pelibuey en pastoreo durante la etapa de posparto. 

Palabras clave: Borrega Pelibuey, posparto, fósforo.

 

Introducción 

El Estado de Yucatán, México, no es tradicionalmente productor de ganado ovino, comparado con otros en el país como el Estado de Chiapas o el Estado de México, cuyos rebaños superan el medio millón de cabezas. La población del rebaño estatal pasó de 8,184 cabezas en 1970 a 42,200 en 1993 (INEGI 1994). De esta población la región Noreste (zona ganadera) concentró el 40.2%, y la región Centro-Norte (zona henequenera) el 54.5%, el resto se encuentra disperso en la zona Sur del Estado (INEGI-Gobierno del Estado de Yucatán 1994). La crianza de ovinos está asociada primordialmente con la economía de subsistencia de familias campesinas  y comienza a establecerse como una actividad empresarial. 

La mayoría de los suelos y de las gramíneas cultivadas en las regiones tropicales de América Latina, donde pastorean los rumiantes, presentan deficiencias de minerales (McDowell et al 1983). En el estado de Yucatán se ha demostrado que existe un déficit de fósforo (P) en los pastos (Castillo et al 1981), además de la ausencia de cobalto y selenio, y en un nivel marginal el cobre y el zinc (Millán et al 1990). Estos desbalances producen alteraciones en el metabolismo animal y reducen la productividad. No obstante lo anterior, el aporte de suplemento mineral a rumiantes en pastoreo, para corregir esta situación, no es una práctica difundida en la zona (Franco et al 1991). 

Es bien conocida la estrecha interrelación que existe entre la nutrición y la reproducción. Los procesos reproductivos en la hembra (presentación de la pubertad, reinicio de la actividad ovárica posparto, etc.) son determinados por múltiples factores que pueden tener origen genético y ambiental; los de origen ambiental explican el 80% de la variación del comportamiento animal, y de éste, el 50% es determinado por el aporte adecuado de nutrimentos (Taylor y Chávez 1990). En condiciones en donde no existe gran variación en la cantidad y calidad del alimento, los problemas reproductivos son mínimos, pero en las condiciones de clima tropical, en donde existe una marcada época de lluvias y otra de seca, la disponibilidad y calidad del alimento es variable, lo que trae como consecuencia alteraciones en la eficiencia reproductiva, que se manifiesta como retraso en la actividad reproductivay fallas en la concepción  (McDowell et al 1983) 

El objetivo de este trabajo fue estudiar los efectos de la suplementación de P sobre la actividad productiva y reproductiva posparto en ovinos de raza Pelibuey que pastorean en zacate Estrella de África bajo riego en Yucatán, para evaluar el intervalo parto-primer estro, la tasa de gestación al primer estro posparto, el nivel sérico y óseo de calcio y fósforo, así como el crecimiento de las crías hasta el destete.

 

Materiales y Métodos 

El experimento se realizó en las instalaciones del Campo Experimental Mocochá, dependiente del Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias, de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación, ubicado en el km 1 de la carretera Mocochá-Hacienda Too. La región tiene clima Awo(i´)g, con una temperatura media anual promedio de 25.8°C y una precipitación pluvial media de 984 mm (Duch 1988). 

Se utilizaron praderas de Estrella de África (Cynodon plectostachyus), ya establecidas con una cobertura superior al 85%. Las praderas no habían sido fertilizadas en los 4 años previos a la realización del experimento. La superficie utilizada fue de 2.4 ha, con una carga animal de 1.2 Unidades Animal/ha. Fueron irrigadas por aspersión durante 3 h, con una lámina cercana a 20 mm de agua, retornando el riego al mismo lugar en aproximadamente 10 días. 

Se emplearon 44 borregas de la raza Pelibuey en pastoreo, que tenían en promedio aproximadamente 3 meses de gestación, las cuales fueron divididas en 2 grupos, que recibieron dos suplementos minerales: mezcla mineral con P (grupo experimental E) (n= 23) y mezcla mineral sin P (grupo testigo T) (n= 21). La composición de los suplementos utilizados se encuentra en la Tabla 1. 

Tabla 1. Composición de los suplementos minerales para ovejas Pelibuey en pastoreo en zacate Estrella de África. (% BS)
Ingrediente

Grupo Experimental
(Con suplementación)

Grupo Testigo
(Sin suplementación)

Ortofosfato de Calcio

49.7

-

Sal común

13.9

63.7

Carbonato de Calcio

30.4

30.3

Sulfato de Magnesio

6.0

6.0

To t a l

100

100

Composición mineral (analizada)

 

 

Calcio

21.9

11.4

Fósforo

12.5

-

La composición del suplemento con P fue ajustada cada 21 días, de acuerdo con la composición fosforada del pasto; al consumo de suplemento mineral; y a los requerimientos de las borregas (NRC 1985; Kearl 1982), para los siguientes estados fisiológicos: preñez tardía y lactancia con dos crías. Se estableció como objetivo suplementar 1.4 g/animal/día de P durante la gestación y 2.3 g/animal/día de P durante la lactación. Para lograrlo, fue modificada la relación en el suplemento mineral entre el ortofosfato de calcio (Ca) y el carbonato de Ca. 

La edad promedio de los animales fue de 2.9±0.61 y 2.8±0.72 años para grupos E y T, respectivamente. En cuanto al número de partos, hubo 10 y 9 ovejas primerizas, 5 y 6 ovejas de primer parto, además de 8 y 6 ovejas con dos partos para los grupos E y T, respectivamente.  

El manejo preparto de las borregas se inició dos meses y medio antes de las fechas probables de parto, estableciendo períodos de 15 días de adaptación al manejo a la suplementación antes de iniciar el período experimental. Los animales estaban en pastoreo de 6:30 AM a 12:30 IM y posteriormente eran confinados en corrales, separados, el lote E y T. Los corrales disponían de bebedero, saladero y comedero, donde todos recibían solo 75 g/animal/día de un alimento balanceado con bajo contenido de P (Tabla 2) con el objeto de que todos mantuvieran una condición corporal de regular a buena (de 2 a 3) (Russel et al 1969). El aporte de suplemento continuó hasta terminada la lactancia.  

Tabla 2. Composición del alimento balanceado bajo en fósforo proporcionado a ovejas Pelibuey en pastoreo en zacate Estrella de África.

Ingrediente

%, Base Húmeda

Cascarilla de soya

67.30

Almidón de maíz

14.20

Melaza de caña

11.80

Aceite de soya

  2.64

Urea

  1.89

Carbonato de Calcio

  1.45

Sal común

  0.52

Vitaminas ADE*

  0.22

TOTAL

100.00

Composición analizada

Proteína cruda 

13.3 %

Energía Metabolizable (estimada)

           2.4 Mcal/kg

Materia Mineral

5.9%

Calcio

  1.34%

Fósforo total

  0.11%

*4 millones de IU de vit A/kg; 200,000 UI de vit D3/kg;  1200 UI de vit E/kg

Las ovejas fueron desparasitadas por vía oral antes del parto. El manejo posparto fue semejante al de preparto, con la variante de que los animales pastorearon dos veces al día, de 7:30 a 12:00 y de 15:00 a 17:00 h.  

Al día siguiente del parto y hasta que la última oveja entró en celo, se detectó el estro dos veces al día: de 6:00 a 7:00 h y de 17:00 a 18:00 h; para ello se utilizaron hembras androgenizadas (Quintal et al 1988) y machos enteros. A las borregas en celo se les dio monta natural en ese momento, y se repitió a las 12 h.  

Los corderos estuvieron con la madre hasta el destete a los 90 días. Aproximadamente a los 15 días de nacidos, se les suministró a discreción y por separado, un alimento balanceado con 14% de proteína cruda, 1.34% de Ca y 0.11% de P.  El pesaje de animales adultos se llevó a cabo cada 15 días; el de corderos, al nacimiento y al destete. La condición corporal en ambos grupos fue medida antes del parto por un evaluador con experiencia y posteriormente con una frecuencia de 15 días.  

Un mes antes del inicio del experimento se inició el muestreo del pasto Estrella de África, para la determinación de Ca y P (AOAC 1990), posteriormente se realizó un muestreo cada 21 días; éste se llevó a cabo en el potrero al cual iban a entrar a pastorear los animales. Se seleccionaron al azar 8 sitios en la periferia del potrero y dos en el centro. El corte fue realizado manualmente a una altura de 15 cm, siguiendo las recomendaciones de Fick et al (1979) quienes sugieren seguir al animal en el potrero y colectar las muestras de aquello que representa lo que el ovino consume, desechando las partes más leñosas o secas del pasto. 

Para la determinación de minerales (Ca y P) en suero, se colectaron muestras de sangre de 5 animales por lote (E y T) cada 15 días, separando el suero, desproteinizando con ácido tricloroacético, para  posteriormente congelar las muestras  a -10°C hasta su análisis. El muestreo se inició 60 días antes del parto y finalizó cuando el animal presentó celo. Los animales muestreados fueron siempre los mismos. El Ca se analizó por espectrofotometría de absorción atómica de llama de acetileno (Fick et al 1979). La determinación de P se realizó por el método colorimétrico (Fick et al 1979).  

Quincenalmente se realizaron biopsias de costillas de un animal distinto por cada tratamiento (n= 11 por grupo), para determinar Ca y P en hueso. Se siguieron los pasos descritos por Fick et al (1979) para la obtención y el manejo de muestras de hueso.  

El procesamiento de los datos para intervalo parto-primer estro, se realizó por un análisis de varianza  para un diseño completamente al azar, con dos tratamientos (E y T), prueba exacta de Fisher para rangos de reinicio de actividad ovárica, y Ji cuadrada para datos porcentuales (Snedecor y Cochran 1980). Para las variables de peso y condición corporal de la ovejas, se utilizó un modelo lineal de efectos fijos. Tomando como efectos el tratamiento y los períodos (inicio del trabajo, al parto, 30, 60 y 90 días posparto) se utilizaron como covariable los días a celo posparto. La comparación de medias se realizó por una prueba múltiple de T. Para las variables peso al nacimiento y peso al destete se utilizó un modelo lineal de efectos fijos, tomando como efectos el tratamiento, sexo, tipo de parto (sencillo o doble) y tipo de crianza (parto sencillo: destete una cría; parto doble: destete dos crías y parto doble: destete una cría), utilizando como covariables el peso de la madre al parto y el peso al nacimiento. La comparación de medias fue llevada a cabo mediante por una prueba múltiple de T. 


Resultados
 

No se observaron diferencias (P>0.05) entre tratamientos en días a primer celo posparto; sin embargo, cabe aclarar que en el lote testigo, de los 20 animales que lo integraban, dos animales no presentaron celo, aun cuando ya habían transcurrido más de 250 días. En cuanto al porcentaje de ovejas en celo, hasta los 100 días no fueron detectadas diferencias significativas (Tabla 3). Sin embargo, a 160 días se encontró diferencia significativa (P<0.05) a favor del grupo experimental (100% vs 90% para el grupo E y T, respectivamente), debiéndose a las dos borregas del grupo testigo que no entraron en celo. 

Tabla 3. Eficiencia reproductiva y productiva de ovejas Pelibuey en pastoreo en zacate Estrella de África con y sin suplementación fosforada*.
Variable

Grupo Experimental
(Con suplementación)

Grupo Testigo
(Sin suplementación)

Días al primer celo posparto

103.6 ± 30.3 a
(n= 23)

94.0 ± 22.9 a
(n= 18)

% total de ovejas en celo a 100 días

56.5 a

55.0 a

Número de Partos

23

         18          

Peso al parto

26.8 ± 4.0 a

26.3 ± 4.3 a

Partos sencillos

18 a

16 a

Partos dobles

5 a

5 a

Crías machos

12 a

13 a

Crías hembras

16 a

12 a

*Distinta literal en la fila indica P<0.05

Todas las ovejas recibieron monta al momento de entrar en calor, por lo que el intervalo parto-primer servicio fue el mismo que el de reinicio de celo. El porcentaje de gestación a primer servicio fue de 78.2% para el grupo experimental y de 76.4% para el testigo, no habiéndose encontrado diferencias estadísticas entre tratamientos (P>0.05). 

No se encontraron diferencias (P>0.05) en la evolución del peso vivo de las borregas, atribuible al tratamiento experimental. El promedio global de cada grupo fue de 29.8±1.6 kg para el grupo experimental y de 29.1±1.5 kg para el testigo. En general se observó poca variación en el peso de las ovejas a través del trabajo, tendiendo a incrementarse después del parto. Después del destete, ambos grupos terminaron con un peso vivo mayor al que tenían al inicio del experimento.  

La condición corporal tuvo un comportamiento similar a lo observado en el peso vivo. El promedio encontrado fue de 2.8 ± 0.4 y 2.7 ± 0.4 para el grupo E y T, respectivamente (P>0.05). 

No se encontró diferencia significativa en peso al parto de las ovejas entre tratamientos (26.8±4.0 kg grupo experimental y 26.3±4.3 kg grupo testigo). El número de partos dobles fue igual para ambos grupos (5) y la proporción de sexos fue la esperada (cerca del 50% para cada sexo). Una de las ovejas del grupo testigo, de parto doble, murió junto con sus crías debido al ataque de depredadores al momento de parir, lo que disminuyó el tamaño de la muestra (n=20) (Tabla 4). 

Tabla 4. Peso (kg) de crías de ovejas Pelibuey en pastoreo en zacate estrella de África con y sin suplementación fosforada *. (media mínimo-cuadrática ± EEM)

 

Experimental
(Con suplementación)

Testigo
(Sin suplementación)

Peso al nacimiento

2.1 ± 0.09 a
(n= 28)

2.0 ± 0.11 a
(n= 23)

    Hembras

2.0 ± 0.12a
(n= 16)

2.1 ± 0.15 a
(n= 11)

    Machos

2.2 ± 0.15 a
(n= 12)

1.8 ± 0.15 b
(n= 12)

Peso al destete

13.1 ± 0.98 a
(n= 17)

10.3 ± 0.82 a
(n= 15)

    Hembras

11.9 ± 1.20 a
(n= 8)

9.8 ± 1.26 a
(n= 6)

    Machos

14.2 ± 1.29 a
(n= 9)

10.7 ± 1.06 b
(n= 9)

Promedio de cuadrados mínimos y error estándar.
* Distinta literal (a,b) en la misma fila indica P<0.05

En cuanto a las medias de cuadrados mínimos del peso al nacimiento por tratamiento y por sexo en cada tratamiento, no se encontró diferencia significativa (P>0.05) en peso al nacimiento entre tratamientos: 2.1 kg vs 2.0 kg para el grupo E y T, respectivamente. Al analizar los pesos al nacimiento entre sexos por cada tratamiento, se detectaron diferencias (P<0.05) entre los pesos de los machos, pero no en los de hembras, para los grupos E y T, respectivamente. 

Respecto a las medias de cuadrados mínimos del peso al destete por tratamiento y por sexo de cada tratamiento, no se encontraron diferencias entre tratamientos (P>0.05). Tampoco se detectaron diferencias estadísticas entre el peso al destete de hembras, pero sí en machos (P<0.05): 14.2 ±1.29 kg y 10.7 ±1.06 kg, para el grupo E y T, respectivamente. Las covariables peso al parto de la oveja y el peso al nacimiento de las crías tuvieron efectos significativos sobre la variable peso al destete de las crías (P<0.05) (Cuadro 4). 

La mortalidad del nacimiento al destete fue de 39.2% y 34.2% (P>0.05) para el lote con P y sin P, respectivamente. 

Se encontró 10.6 ± 0.19 mg/100 ml y 10.4 ± 0.16 mg/100 ml de Ca en suero para los grupos E y T, respectivamente (P<0.01) (Figura 1).    

Se encontró una media de 5.3 ± 1.8 (grupo experimental) y 5.1 ± 1.3 mg/100 ml de P (grupo testigo) (P>0.05) (Figura 2).   

La media del contenido de Ca en costilla fue de 26.4 ± 0.65% para el grupo experimental y 26.5 ± 0.82% para el grupo testigo (P>0.05) (Figura 3).

 

Se encontró una media de 11.3 ± 0.35% de P en el grupo experimental y 11.4 ± 0.32% en el grupo testigo  (P>0.05) (Figura 4).

El contenido promedio de Ca (% base seca) en el pasto Estrella de África a lo largo del experimento fue de 0.67 ± 0.06 y el de P fue 0.20 ± 0.03 (% base seca) (n= 11). 


Discusión 

Los resultados del intervalo parto-primer estro encontrados en este trabajo son semejantes a los obtenidos en una recopilación y análisis de parámetros productivos y reproductivos de borregos Pelibuey en México (Rodríguez 1993), en donde se encontraron valores de 89±19 días y 98±11 días para el intervalo parto-primer celo, en los años 1986 y 1992, en condiciones geográficas y de manejo semejantes a las de este trabajo.  

Los resultados del porcentaje de gestación al primer servicio obtenidos en este trabajo, son superiores a los de Rojas et al (1991), quienes encontraron 53% de gestación a primer servicio, si bien, estos autores utilizaron ovejas sincronizadas con 0.22 g de acetato de melengestrol/animal/ día, durante siete días.  

Los cambios de peso vivo en el último tercio de la gestación (de octubre a diciembre) fueron positivos, ya que los animales ganaron peso debido al aumento del volumen del (de los) cordero (s), pero al parto (de enero, febrero y parte de marzo), los animales perdieron 4 kg en promedio; situación que se considera normal, ya que estas pérdidas se deben al peso de la cría (2 kg en promedio), al peso de la placenta (0.5 kg en promedio) y a los líquidos que contiene (1.5 kg en promedio). Después del parto, se presentó una tendencia a ganar peso, aunque en el lote testigo se notó una ligera pérdida (0.5 kg), con respecto al lote experimental, para posteriormente presentar una franca recuperación que coincide con el reinicio de la actividad ovárica.  

La condición corporal a partir de los 60 días posparto mejoró significativamente, y esta mejoría continuó hasta que los animales entraron en celo. La característica de mejorar la condición corporal al reinicio de celo, es la esperada, ya que existe una relación entre estas dos variables (Rojas et al 1986), en términos de que a mejor condición corporal, menor tiempo para reiniciar el celo. La condición corporal estuvo en valores intermedios, de regular a buena, lo cual sugiere que la suplementación con el alimento balanceado bajo en P resultó favorable de acuerdo con lo que se esperaba. 

En relación con la productividad, no se detectó efecto de tratamiento sobre el peso al nacimiento de las crías. Los resultados de este trabajo fueron ligeramente inferiores a los promedios de peso registrados para ovino Pelibuey por otros autores (Quintal et al 1990; Rojas et al 1993), entre 2.4 kg y 2.7 kg en promedio. Sin embargo, Rodríguez (1993), en su recopilación de parámetros productivos y reproductivos encontró un rango de 2.0±0.3 kg hasta 2.9±0.8 kg por lo que los resultados de este trabajo están en el rango normal de peso al nacimiento de ovinos de la raza Pelibuey. Este mismo autor registró un peso al destete dentro de un rango de 9.7±3.4 kg hasta 16.1±0.8 kg, bajo diferentes sistemas de manejo, por lo que los resultados obtenidos en este estudio están también dentro de este rango. 

Los niveles de Ca y P en el suero, encontrados en este trabajo, están por encima del nivel crítico de 8 mg/100 ml de Ca en suero (McDowell et al 1983; Conrad et al 1983). En cuanto al P, las medias encontradas en suero en ambos lotes estuvieron por encima del nivel crítico de 4.5 mg/100 ml de P en  suero (McDowell et al 1983; Conrad et al 1983). Por lo tanto, según este criterio, no se detectó deficiencia atribuible a estos minerales en ninguno de los lotes. 

El promedio de los resultados de Ca en obtenidos en hueso están por encima del nivel crítico, que es de 24.5% (McDowell et al 1983; Conrad et al 1983). Los resultados obtenidos en las concentraciones de P en hueso se ubican en un nivel marginal en relación con el nivel crítico de deficiencia, (menor al 11.5%) para P en hueso desgrasado (McDowell et al 1983; Conrad et al 1983). Estos niveles ligeramente deficitarios, bajos al inicio del estudio, pero con una tendencia hacia un aumento gradual, se pueden considerar normales, ya que las demandas de P asociadas con el desarrollo del feto y la producción de leche se incrementan rápidamente en la preñez tardía, y alcanzan un pico en la lactación temprana, para luego disminuir. 

El contenido de Ca en el pasto fue bastante homogéneo, no presentó variaciones notables. La península de Yucatán se caracteriza por la relativa uniformidad que presenta el manto rocoso más superficial; destaca por su origen sedimentario típicamente marino y por ser de materiales constituidos químicamente por carbonato de calcio en una muy alta proporción bajo la forma mineral de calcita (Duch 1988). Aunque algunos autores (McDowell et al 1983; Conrad et al 1983) consideran que México es deficiente en Ca, en la península no existe deficiencia de este mineral en el suelo, ni en los pastos. 

El contenido de P en el pasto, al igual que el del Ca, fue homogéneo. El rango fue de 0.16% a 0.24%, durante los nueve meses de muestreo. Estos resultados se encuentran por abajo del nivel crítico de este mineral en pastos (Conrad et al 1983), del 0.25%. Sin embargo, aparentemente esto no afectó el comportamiento de los animales que no fueron suplementados con P. 

La relación promedio de Ca:P en el pasto Estrella de África estimado en este trabajo fue de 3.3:1, oscilando entre 2.5:1 hasta 5.9:1. Se encontraron dentro del rango normal que oscila entre 1:1 hasta 7:1, y que no conduce a problemas en la absorción de estos minerales (Gueguen et al 1988). 

El consumo total de Ca y P en las ovejas pudo ser calculado hipotéticamente utilizando datos disponibles en la literatura especializada, y posteriormente fue contrastado con el requerimiento de estos animales (National Research Council 1985; Kearl 1982). Los resultados de este cálculo deben tomarse con reservas ya que el consumo de Ca y P calculado a partir de la ingesta del pasto se llevó a cabo usando los muestreos manuales de pasto asumiendo que esa es la fracción que consumen los animales. Para ser exacta esta medición, debiera realizarse empleando animales canulados en el esófago.  

Las Figuras 5 y 6 presentan el aporte de Ca por los diferentes insumos utilizados en la alimentación de las ovejas y el requerimiento diario en g. para el grupo E y T, respectivamente. La estimación del consumo voluntario de materia seca de forraje pastoreado proviene de experimentos realizados en la misma zona de estudio, con ovejas Pelibuey en pastoreo de praderas de Estrella de África y manejo semejante (G Cantón et al 1991; Ortega et al 1986), por lo que estas estimaciones son lo más parecido al presente experimento.    

El consumo de Ca a partir del pasto, en ambos grupos experimentales durante el segundo tercio de gestación, fue de 3.2 g y 3.13 g, mientras que el requerimiento fue de 3.9 g; en el tercer tercio de gestación el consumo de Ca fue de 5.3 g y 5.8 g con un requerimiento de 6.4 g. En lactación, el requerimiento fue de 8.4 g, el pasto aportó entre 11.2 g y 11.9 g de Ca. Esto indica que durante la gestación pudiera presentarse deficiencia de Ca en animales en pastoreo que no fueran suplementados con este mineral. El consumo de Ca a partir de la mezcla mineral fue de 4.4 g para el lote experimental y 2.6 g para el testigo. El Ca aportado por el alimento balanceado fue igual para ambos grupos: 0.8 g. La suma de los consumos de Ca  (pasto, suplemento mineral y alimento balanceado) en ambos grupos fue superior a las necesidades de las ovejas durante todo el período experimental. 

Las Figuras 7 y 8 presentan el aporte de P por los diferentes insumos utilizados en la alimentación de las borregas y el requerimiento diario en g.  

 


El P consumido a partir del pasto Estrella de África, en el segundo tercio de gestación, fue similar en ambos grupos: 1 g.; mientras que el requerimiento se ha establecido en 2.1 g; en el tercer tercio el aporte del P fue de 2 g y 1.4 g para los grupos E y T, respectivamente; esta cantidad fue inferior al requerimiento de 3.1 g. En lactación, el requerimiento fue de 6.1 g, el pasto aportó entre 2.6 g y 3.8 g de P; este cálculo hipotético permite suponer que el consumo de P a partir del pasto en ambos grupos resultó ser inferior a las necesidades de las ovejas. El aporte de P del suplemento mineral fue de 2.3 g para el grupo experimental, el grupo testigo no lo recibió. El P aportado por el alimento balanceado fue igual para ambos grupos de tratamiento (E y T): 0.07 g. De lo anterior se puede resumir que el consumo de P en el grupo experimental pudo satisfacer el requerimiento nutrimental durante la gestación, habiendo sido marginal durante la lactación; en cambio, el grupo testigo no llenó sus necesidades de este mineral a partir del consumo de pasto Estrella de África y alimento balanceado.  

Aparentemente, no se manifestó en este trabajo un claro efecto benéfico atribuible a la suplementación de P en las ovejas en pastoreo; posiblemente debido a  que los requerimientos nutrimentales (National Research Council 1985; Kearl 1982) de este mineral estén sobrestimados. Otros autores (Segura y Castellanos 1999) han sugerido la misma situación trabajando con ganado Cebú en pastoreo en una zona cercana a donde se desarrolló este trabajo. Será recomendable conducir experimentación específica para cuantificar el requerimiento de Ca y P de ovinos de pelo. 


Conclusiones 

Con base en los resultados obtenidos se puede concluir que la suplementación fosforada no afectó la productividad de la oveja Pelibuey en pastoreo en la etapa de posparto.  


Referencias 

AOAC 1990 Official methods of analysis. 15th ed. Washington (DC): Association of Official Agricultural Chemists. 

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Received 29 September 2001

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