Efecto de la suplementacion predestete a corderos en condiciones tropicales

Fernando Duarte Vera y Arturo Pelcastre Ortega

Instituto Nacional de Investigaciones Forestales y Agropecuarias,
 Región Península de Yucatán. Mérida,Yucatán, México
inifap@tizimin.com.mx  

Resumen

El objetivo del trabajo fue evaluar el efecto de la suplementación a corderos con diferentes fuentes energéticas. Se distribuyeron 72 corderos en un diseño al azar con arreglo factorial 3*2*2, siendo los factores el tipo de suplemento: soya-maíz (SM), soya-yuca (SY), y un testigo sin suplemento (C); la raza: Pelibuey (P) y Hampshire X Pelibuey (HP); y el sexo (M o H). Los datos se sometieron a un análisis de varianza utilizando la edad inicial como covariable. Las medias se compararon por una prueba “t” de rango múltiple. La ganancia diaria de peso (g/día) fue mayor: con suplementación (229, 204 and 120 para SM, SY y C, respectivemente; en los cruces (233 y 208 para HP y P); y para los machos (239 y 199 para M y H). El consumo de suplemento fue mayor con soya-maíz (393 contra 291 g/día para SY). La conversión alimenticia (g suplemento/ganacia de peso) fue similar para SM y SY (1.45 y 1.44).

Palabras clave: Suplementación, predestete corderos, raza, Pelibuey, yuca

The objective of this study was to evaluate the effect of creep feeding  with different energy sources on lamb growth until weaning. Seventy-two lambs were distributed at random in a factorial arrangement 3*2*2 of treatments, which were: type of supplement: Soya-maize(SM), Soya-cassava (SY) and without supplement (C), the breed: Pelibuey or  Pelibuey X Hampshire and sex. The results were analyzed by ANOVA using the initial age as covariant. Mean values were compared with the multiple range test. The liveweight gain was higher for the supplement treatments (P< 0.01) [228 for SM,  205 for SY and 110 for C]and  for crosses compared with Pelibuey [233 and 208] and for males vs females [239 and 199]. Supplement intakes were: 825 and 689 g DM/day for SMand SY. The feed conversion (kg of supplement DM/kg of LWG) was 1.44 (SM) 1.43 (SY); 1.3 (PH), 1.55 (P); 1.34 (M) and 1.52 (H). It is concluded that supplementation improves sustancially the body weight gain and that crosses and males were more efficient in using the supplement compared with Pelibuey and females, respectively.

Key words: Creep feeding, Hair sheep, Pelibuey, crosses, pre-weaning growth

Introducción

Los corderos, como la mayoría de los mamíferos en la etapa de crecimiento, dependen fundamentalmente de la leche de la madre. En ovinos de la raza Pelibuey,  el crecimiento de los corderos puede estar limitado por la cantidad de leche disponible sobre todo en partos dobles y después de la tercera semana de lactación, etapa en que la producción de leche empieza a descender, siendo la reducción más severa al finalizar el segundo mes después del parto (Castellanos y Valencia 1982). Por otro lado, la disminución en la producción de leche coincide con el crecimiento más acelerado de los corderos  hasta los primeros 41 días de edad (Méndez y Shimada 1982), situación que podría repercutir negativamente si no se proporciona alimento complementario al cordero para que exprese su máximo potencial de crecimiento, sobre todo en borregos de partos múltiples, los cuales se ven seriamente afectados, teniendo pesos al destete de 11.4 kg a los 90 días, en comparación con los de partos simples cuyo promedio fue de 16.1 kg (Valencia et al 1975).

La suplementación a corderos a partir de la segunda semana de vida podría ser una práctica rentable si consideramos que durante los primeros días de vida los animales son más eficientes, y el proporcionar un suplemento energético y proteico permitiría que se exprese su potencial genético. Esta situación se ha comprobado incluso en borregos Pelibuey con crecimiento entre 20 y 55 kg, en donde los machos con un peso vivo de 20 a 30 kg duplicaron la eficiencia en la utilización de la energía para el incremento de peso vivo comparados con los de 45 a 55 kg (Partida y Martínez 1992).

La suplementación a corderos Pelibuey*Blackbelly a partir de la segunda semana de edad, con distintas fuentes de energía utilizando productos con potencial productivo en las regiones tropicales como la yuca, redujo el costo de producción sin afectar el peso de  los animales a los 90 días (Moguel y Acuña 1989). Sin embargo, el efecto de la inclusión de la yuca o de otros ingredientes sobre el costo de producción dependerá de su disponibilidad y del precio en un momento y lugar determinados. La yuca (Manihot esculenta) también se ha empleado en la engorda de  borregos Pelibuey de 25  a 35 kg de peso vivo con buenos resultados en cuanto a la ganancia de peso vivo  y a la conversión alimenticia (Vinay et al 1984).

El objetivo del presente trabajo fue evaluar el efecto de la suplementación predestete  utilizando maíz o yuca como fuente de energía, en el crecimiento de corderos Pelibuey y de la cruza con Hampshire.

Material y Métodos

Localización

El experimento se realizó durante la época de secas (Marzo, Abril), en las instalaciones del Campo Experimental Tizimín, Yucatán, ubicado en el km 16 de la carretera a la Colonia Yucatán, con clima AWo (cálido subhúmedo, con lluvias en verano); a una altura de 10 msnm; localizado entre las coordenadas 21º 08¨ latitud Norte y 88º 06¨ longitud Oeste.

Diseño y tratamientos

Se utilizaron 72 corderos Pelibuey (P) y Pelibuey*Hampshire (PH) con un peso inicial de 9 kg y 41 días de edad. Se distribuyeron en un diseño completamente al azar con arreglo factorial 3*2*2, en donde los factores fueron;

• Tipo de suplemento (soya-maíz [SM], soya-yuca [SY], y un testigo sin suplemento [C])
• Genotipo: Pelibuey y  Hampshire X Pelibuey
• El sexo (M o H)

Cada tratamiento tuvo tres repeticiones y dos animales por repetición. El tipo de parto se trató de balancear asignando a cada tratamiento el mismo número de corderos de parto simple o gemelar.

Manejo y alimentación

Los suplementos se elaboraron de acuerdo a las recomendaciones del NRC (1985) para corderos con 10 kg de peso vivo y con un potencial de crecimiento de 250 g/día. Los ingredientes y sus proporciones se muestran en el Cuadro 1.

Cuadro 1: Composición de los suplementos (% base seca) Ingredientes Soya-maíz Soya-yuca Pasta de soya 42 49 Maíz molido 53 0 Harina de yuca 0 46 Melaza de caña 5 5 Análisis calculado Proteína cruda 26 26 EM,Mcal/kg 3 3

Cuadro 2: Composición del suplemento mineral   % Sal 72.5 Vimifos * 22.0 Oxitetraciclina 2.5 Vitaminas 2.5 Microminerales 0.5 *21 % de P y 16 % de Ca

Para facilitar el manejo, los corderos se identificaron con un número y un collar de color de acuerdo al tratamiento y repetición asignados. Todos los días se separaban de sus madres a las 8:00 horas y se colocaban en sus respectivas corraletas hasta las 13:00 horas. Durante este tiempo, se proporcionaba el suplemento y agua a libre acceso. Posteriormente se incorporaban con sus madres y salían junto con ellas al potrero en donde permanecían hasta el día siguiente. El pasto predominante en los potreros fue zacate llanero (Andropogun gallanus) y se manejó en forma rotacional en cuadros delimitados con malla borreguera con periodos de descanso de 45 días con una carga animal de 40 hembras por hectárea. Como complemento alimenticio, se les proporcionó diariamente entre 1 y 1.3 kg de Taiwán picado y 0.5 kg de un concentrado con 2.7 Mcal de EM/kg y 18 % de proteína cruda. Las madres se desparasitaron inmediatamente después del parto con doramectina a razón de 200 µg/kg de peso vivo. A todos los corderos se les proporcionó una mezcla de sal, minerales y oxitetraciclina a libre acceso (Cuadro 2).

La yuca que se utilizó fue de una variedad amarga, conocida como casabe en la región. Las  raíces se fragmentaron con un pisón de madera y se expusieron al sol durante dos días para secarlas, posteriormente se pasaron por un molino de martillos utilizando una criba para moler granos. La harina producida se mezcló con la soya y la melaza en una revolvedora horizontal.

Mediciones

La variación del peso corporal se registró cada catorce días y la estimación del consumo de alimento se hizo diariamente por diferencia entre lo ofrecido y lo rechazado en cada una de las repeticiones siendo el corral la unidad experimental, ajustando el consumo de alimento con relación al peso vivo del corral mediante la siguiente fórmula: Consumo ajustado = (suma del peso final individual/peso final del corral)*consumo del corral.

El experimento tuvo una duración de 42 días, de los cuales 6 correspondieron a la adaptación de tratamientos y manejo y 36 a mediciones, destetándose al finalizar el experimento. Los datos se sometieron a un análisis de varianza, utilizando la edad inicial como covariable, ya que un análisis de varianza preliminar demostró que el peso inicial y la raza estaban asociados; las medias mínimo cuadráticas se compararon por una prueba de t de rango múltiple. Las interacciones no fueron significativas por lo que se removieron de los modelos definitivos.

Resultados y Discusión

La ganancia de peso fue diferente entre el tipo de alimento, la raza y el sexo (P<0.01), siendo mayor en los corderos que consumieron el suplemento de soya-maíz, en los cruzados y en los machos (Cuadros 3 y 4).

Si se compara la ganancia de peso de los corderos que no recibieron suplementación con cualquiera de los otros tratamientos, se puede inferir que en condiciones de campo las borregas Pelibuey no producen suficiente cantidad de leche para mantener una tasa elevada de crecimiento de sus crías, aún cuando reciban un alimento complementario como en este caso. No obstante, se sabe que la alimentación de las borregas antes y después del parto tiene un efecto indirecto sobre la salud y el desarrollo de las crías(Chávez et al 1995). Bue et al (1984 encontraron una respuesta favorable en el comportamiento de las madres y de los corderos al elevar el nivel energético del alimento para las borregas, de 2 a 2.3 Mcal EM/kg de materia seca. Esto implica que la suplementación a los corderos podría compensar la deficiencia de la leche en partos múltiples o en animales cuyo vigor híbrido les permita un crecimiento superior a los ovinos de la raza Pelibuey, como son las cruzas de esta raza con Suffolk o Dorset (Maqueda y Guevara 1993), o como en este experimento, los F₁ de Hampshire con Pelibuey.

Esta situación se hace más crítica si los partos inician durante la época de seca y el porcentaje de partos múltiples es elevado, ya que en estas condiciones el crecimiento de los corderos puede estar limitado por la cantidad de leche, sobre todo después de la séptima semana de lactación cuando la producción desciende drásticamente (Castellanos y Valencia 1982).

Las ganancias de peso obtenidas en este trabajo son superiores a las obtenidas en otros experimentos con corderos Pelibuey a los cuales se les ofreció un suplemento con 14 % de proteína y se destetaron a los 90 días con un peso de 13 kg (Cabrera et al 1996), o a las de corderos Pelibuey X Blackbelly, suplementados con una ración con 20 % de proteína elaborada con pasta de coco, soya, pulido de arroz y sorgo o yuca, en donde las mejores ganancias fueron de 160 y 153 g/día para los animales destetados a los 75 y 90 días respectivamente (Moguel y Acuña 1989). Sin embargo, hay que recordar que existen otros factores que afectan tanto el peso al nacer como al destete de los corderos como son el tipo y número de parto, el sexo y la época del año entre otros (Carrillo et al 1987) y el manejo de la madre como se menciona anteriormente. En este trabajo los corderos de parto simple ganaron más peso y tuvieron una mejor conversión alimenticia que los de parto doble con promedios de 197 y 178 g/d; 1.48 y 1.31 kg de MS de suplemento/kg de ganacia, respectivamente.

El consumo de alimento fue mayor en los animales del tratamiento de maíz-soya y en los machos (P<0.01), pero no hubo diferencias entre razas (P>0.05) (Cuadros 3 y 4). Los corderos que recibieron el suplemento de maíz-soya, consumieron el equivalente al 2.8% de su peso vivo en materia seca, cantidad superior a los que comieron el suplemento de yuca-soya equivalente del 2.3% de su peso vivo. Considerando el valor energético del suplemento (estimado con base a la composición de los ingredientes en las tablas de composición de alimentos), los corderos del maíz-soya consumieron 1179 Kcal de Energía Metabolizable (EM) por día, mientras que los del yuca-soya consumieron 873 Kcal de EM, lo cual podría explicar la variación en el peso vivo de los corderos en ambos tratamientos. Los resultados concuerdan con los datos que presenta el National Research Council (1985) para corderos en crecimiento entre 10 y 20 kg de peso vivo, los cuales requieren de 672 y 1130 Kcal/día para incrementar 200 g de peso vivo respectivamente. En el tratamiento maíz-soya, la ganancia de peso y el consumo de alimento fueron mayores, comparados con los estandares del NRC (1985), sin embargo no se midió el consumo de leche de los corderos, ni el de forraje durante el pastoreo, razón por la cual no se pudo separar el efecto del suplemento y/o de la leche y forraje con relación a la ganancia de peso vivo y a la conversión alimenticia. Sin embargo, al hacer la comparación de los tratamientos (SM y SY) con el testigo ©, se puede inferir que la diferencia en la ganancia de peso se debe al efecto del consumo de alimento complementario. Este dato sirvió para determinar la “conversión ajustada” que se presenta en el Cuadro 3 y que como podemos apreciar, es muy buena. Durante el experimento, ninguno de los corderos se enfermó, incluyendo a los del grupo testigo por lo que no hubo mortalidad.

Los resultados obtenidos en este experimento, indican que los corderos Pelibuey y su cruza con Hampshire tienen una excelente conversión alimenticia, ya que con un menor consumo de alimento se obtuvieron ganancias de peso vivo similares a las esperadas para animales con un elevado potencial de crecimiento.

Agradecimientos

Los autores agradecen al PAIEPEME el apoyo brindado para realizar este trabajo y a los Maestros en Ciencias Alfonso Velázquez M y Juan José Baeza R su ayuda para realizar los análisis estadísticos.

Bibliografía

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